Hoy, a las dos y media de la tarde, CNN
emitirá la versión en inglés de la entrevista concedida por Nicolás
Maduro —y quizás autorizada por Raúl Castro— a la periodista Christiane
Amanpour.
Aquí
pueden ver un pequeño fragmento de esa entrevista que ya, desde sus
primeras imágenes, se anuncia como una concesión al castro-chavismo.
¿Qué hace la señora Amanpour vestida de verde oliva?
¿Por qué, de la extensa colección de
trajes y disfraces con la que debe contar una cadena como CNN, se
escogió el más castrense de los colores para entrevistar al asesino de
Maduro?
¿Será parte del mismo programa, en aras
del tan cacareado balance que se enseña en todas las facultades de
periodismo de los EEUU, una entrevista con el líder opositor Leopoldo
López?
En caso de que esa entrevista con López
haya sido autorizada por Raúl Castro, ¿se habrá vestido de blanco la
señora Amanpour para hacerla?
Nada tengo, a nivel personal, en contra del verde oliva; mi abrigo de invierno, por ejemplo, tiene un color muy cercano a ese.
Creo que a nivel individual la gente debe
tener el derecho a vestirse como le dé su real gana. A nivel de imagen
pública, sin embargo, está demostrado que hay colores que hieren
sensibilidades y es mejor evitar. A menos que se tenga una razón
poderosa —casi siempre el poder— para no hacerlo.
Mucho me temo, ojalá esté equivocado, que
la tan cacareada entrevista de la señora Amanpour tendrá muy poco valor
informativo. La información, para ser considerada como tal, tiene que
aportar algo que esté fuera de la monotonía.
La reiteración constante, pasado un
tiempo prudencial, pierde su contenido informativo. Y si algo ha
demostrado Nicolás Maduro, a lo largo de todos estos años, es su
capacidad para repetir, hasta el hartazgo y la monotonía, las mismas
consignas que le enseñaron en La Habana.
Mucho me temo que en esta ocasión nada
diferente sucederá y al final tendremos, cortesía de CNN, la versión
inglesa y amplificada de las mismas tonterías no codificantes que Maduro
lleva tanto tiempo repitiendo. Una de ellas, la más cínica de todas, es
que el suyo es un gobierno democrático.
Hace ya un tiempo escuché a Oprah Winfrey
decir que si hay una entrevista que a ella le habría gustado no haber
hecho fue la que le hizo, en su programa, a unos supremacistas blancos.
Unos pobres tipos, refractarios a la lógica, que respondieron a
preguntas inteligentes y respetuosas con una sarta de consignas y un
cinismo a prueba de balas. Al final de esa entrevista Oprah se dio
cuenta que eso tipos, incólumes, celebraban por la exposición que habían
recibido en su programa.
Algo similar puede terminar sucediendo hoy con la entrevista de la señora Amanpour.
Por suerte vivimos en la era del internet
y tenemos a esta muchacha, que se hace llamar Mariel, para decirnos, de
forma clara y altamente codificante, lo que Maduro, con toda certeza,
nunca le dirá a CNN.
Aquí el video (pásenlo, por favor):
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