domingo, marzo 23, 2014

El Contaminante Discurso Del Chavismo

RunRun.es
Isaac Nahón Serfaty*
Entre los tantos legados nefastos del chavismo, habrá que incluir el daño que le ha causado al discurso público venezolano, el cual ha terminado por adoptar sus términos, sus expresiones e incluso, algunas de sus ideas.  Chávez era el maestro de la calificación y de la descalificación. Le puso el mote de “escuálidos” a sus opositores, y muchos de ellos lo adoptaron con una denominación legítima. El término “fascista” pasó a denominar al conjunto de la oposición que además sería, según el chavismo, por naturaleza de “derecha”,  cosa que no es cierta, pues hay oposición de izquierda también.
Otro “aporte” del hablar chavista ha sido la degradación del discurso público. Se recordará la infame afirmación del propio Chávez cuando perdió el referéndum de 2007 al calificar el triunfo del sector democrático como una “victoria de mierda”. En el mismo tono escatológico, Chávez igualmente se refirió a una decisión del Tribunal Supremo de Justicia como una “plasta”.
Pero el efecto más perverso de este discurso que estigmatiza al adversario (de hecho lo denomina “enemigo”) y degrada la majestad de las instituciones públicas, es el efecto contaminante que ha tenido sobre sectores pensantes de la Venezuela democrática. Es así que algunos periodistas y profesores universitarios hablan con ligereza de la “oposición enloquecida”, repitiendo, probablemente sin quererlo, lo que Maduro y Cabello han dicho para intentar reducir al movimiento nacional de protesta a una especie de histeria colectiva. Este es probablemente el gran logro del chavismo en términos de la configuración del pensar y el decir de los venezolanos. Algunos, incluso entre los más esclarecidos, han adoptado su lenguaje para rebajar a una parte de la oposición a la categoría de desquiciados.
Una de las consecuencias de este proceso de contaminación del discurso público con las categorías del chavismo, es la disminución de la calidad del debate entre ciudadanos. Ya no solo se trata de los insultos que intercambian chavistas y opositores en Twitter o las páginas web. Asistimos también a agresiones verbales entre personas que se identifican como demócratas, quienes abiertamente o sutilmente, califican al “otro” con las etiquetas que ha promovido el chavismo.
Una transición hacia la democracia en Venezuela requerirá sin duda una revisión de los elementos del discurso público. Habrá que hacer un esfuerzo por erradicar las taras del habla que introdujo el chavismo en su empeño de quebrar los valores, las instituciones y las filiaciones del país. También habrá que reintroducir la racionalidad en la necesaria polémica democrática. Pero sobre todo, habrá que hacer un esfuerzo por encontrar las palabras justas para hacer realidad un país donde sea posible el reencuentro entre ciudadanos.  
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*Periodista venezolano y profesor en la Universidad de Ottawa (Canadá)

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