Dos de los 11 jóvenes que el 3 de abril de 2003 tomaron la lancha de pasajeros Baraguá que navegaba desde La Habana hasta Regla y Casablanca e intentaron desviar hacia la Florida, permanecen por más de una década en un área especial del Combinado del Este, conocido como el "corredor de la muerte", bajo terribles condiciones, explicó a Martí Noticias uno de sus familiares.
Fotografía de archivo, tomada el 3 de abril de 2003, de la lancha de pasajeros "Baragua" atracada en el puerto de Mariel. |
Lorenzo Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla y Jorge Luis Martínez |
La dama de blanco, Julia Estrella Aramburo, madre de
Harold Alcalá y tía de Maikel Delgado, denunció la precariedad en que se
encuentran Harold Alcalá Aramburo y Maikel Delgado Aramburo. Ellos
junto a otros tres fueron condenados a cadena perpetua en juicio
sumarísimo, celebrado el 8 de abril del 2003. Tres de ellos fueron
ejecutados el 11 del mismo mes.
Julia Estrella ha pedido al gobierno clemencia para sus familiares pues alega que ellos no han matado a nadie y que solo buscaban salir hacia la libertad.
Según relató a Radio Martí, ambos viven expuestos a enfermedades como el dengue, cólera y tuberculosis, comen en el piso y beben agua de una pila colocada en el mismo lugar donde defecan.
Julia Estrella ha pedido al gobierno clemencia para sus familiares pues alega que ellos no han matado a nadie y que solo buscaban salir hacia la libertad.
Según relató a Radio Martí, ambos viven expuestos a enfermedades como el dengue, cólera y tuberculosis, comen en el piso y beben agua de una pila colocada en el mismo lugar donde defecan.
Harold y Maykel |
Considerados como presos políticos, Harold y Maykel han
enviado una carta desde la prisión para recordar los 11 años de
encarcelamiento que cumplirán el 3 de abril y agradecer a los que luchan
por los Derechos Humanos.
Los firmantes dicen que no pueden concebir que el ser humano pueda ser expuesto a tanto dolor y sufrimiento por tener ideas distintas, y recordaron que luego de la promesa que hiciera Fidel Castro el 8 de enero de 1959, de que jamás se derramaría otra vez sangre cubana, comenzaron los fusilamientos que no cesaron hasta la ejecución de tres jóvenes negros en el 2003.
Los firmantes dicen que no pueden concebir que el ser humano pueda ser expuesto a tanto dolor y sufrimiento por tener ideas distintas, y recordaron que luego de la promesa que hiciera Fidel Castro el 8 de enero de 1959, de que jamás se derramaría otra vez sangre cubana, comenzaron los fusilamientos que no cesaron hasta la ejecución de tres jóvenes negros en el 2003.
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