viernes, marzo 14, 2014

Cuba: ¿Cómo van las cooperativas no agropecuarias?

Orlando Freire Santana
visiondesdecuba.com
Al parecer, la conocida sentencia del Generalísimo Máximo Gómez se torna recurrente entre nosotros: los cubanos, o no llegamos, o nos pasamos. Ahora viene al caso en el contexto de la denominada "actualización del modelo económico", y específicamente en el proceso de creación de las cooperativas no agropecuarias.
Casi existe consenso en el sentido de que los cambios marchan lentamente. Sin embargo, da la impresión de que el referido retraso pretende compensarse mediante un ritmo acelerado en la fundación de este tipo de cooperativas. Es decir, sin la existencia aún de condiciones para que funcionen adecuadamente.
Según informes recientes, a las 224 cooperativas no agropecuarias creadas hasta el pasado mes de octubre, se suman ahora otras 228, lo que eleva la cifra a 452 entidades.
Muchas de estas cooperativas —diría que la mayoría— surgieron por indicaciones "de arriba", y no como resultado de la iniciativa de sus socios, como hubiese sido lo ideal. En esta ocasión nos referiremos a los problemas afrontados por dos tipos de cooperativas: las dedicadas al transporte de pasajeros, y las que comercializan productos del agro.
El caso de Ómnibus Ruteros
La primera de las cooperativas de transporte de pasajeros que se creó fue la de Ómnibus Ruteros, que enlaza el municipio de Centro Habana con varias zonas periféricas de la capital. Antes de pasar al régimen cooperativo, este servicio —de mayor confort que el que prestan las guaguas a 0,40 centavos— corría a cargo del Estado, y se cobraba una tarifa de cinco pesos por pasajero. Ahora el Estado ha orientado que la cooperativa mantenga esa tarifa, lo que complica sobremanera la solvencia financiera de esta entidad.
Del total de ingresos que obtiene la cooperativa, cerca del 64% debe destinarse a la compra del combustible para los vehículos. Entonces, del restante 36%, han de salir los recursos para pagar el local arrendado donde funcionan las oficinas y talleres. También el pago del seguro de los vehículos, la compra de las piezas de repuesto, así como las tarifas del agua y electricidad. Y, por supuesto, de este último porcentaje salen las utilidades que se distribuyen entre los socios.
Semejante estrechez financiera ha repercutido desfavorablemente en el bolsillo de los cooperativistas y en la calidad del servicio. Hacia finales del 2013 no se habían cumplido las expectativas de ingresos personales de los socios. De un plan de 2.500 pesos mensuales por cooperativista, los ingresos reales fluctuaron entre los 1.100 y los 1.500 pesos.
Por otra parte, los conductores de los vehículos están transportando pasajeros de pie, violando lo establecido que obliga a que todos los viajeros vayan sentados. Lógicamente, el hacinamiento que esa situación provoca, puede echar por tierra la esperanza de un viaje placentero.
El Arroyo, antes y después
En cuanto a las cooperativas no agropecuarias que comercializan los productos del agro, el mercado El Arroyo, ubicado en Centro Habana, constituye una muestra de retroceso en lo concerniente a la disponibilidad y calidad de los productos que ofertan. Antes, cuando El Arroyo clasificaba como Mercado Agropecuario Estatal (MAE), recibía mercancías de las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y de Créditos y Servicios (CCS), y por tanto exhibía una oferta que, sin llegar a compararse con los mercados de oferta-demanda, satisfacía medianamente a los clientes.
Ahora, con el paso a régimen de cooperativa, las tarimas de El Arroyo permanecen semivacías y con productos de mala calidad. Los propios cooperativistas deben gestionar los surtidos que después ofertarán, y comoquiera que no cuentan con medios de transporte propios, se les encarece mucho la gestión, lo que sin dudas incide en que los precios minoristas no bajen.
El día de nuestra visita a este mercado, una cooperativista-vendedora, en medio del bostezo que le causaba la inactividad, confesó: "Ay señor, es que dependemos de que podamos pescar un camioncito para buscar algo de vez en cuando".
El descontento del Gobierno
Durante la más reciente reunión del Consejo de Ministros, se acordó realizar próximamente un análisis de las cooperativas no agropecuarias, ya autorizadas, y que no se han creado oficialmente. Se evaluará la conveniencia de invalidar el correspondiente acuerdo de constitución. Se trata, en la mayoría de los casos, de lugares donde ha sido más difícil "convencer" a los trabajadores para que aceptaran la cooperativización.
En la propia reunión, el gobernante Raúl Castro llamó a detectar y corregir posible fallos que se produjeran en la creación de estas cooperativas. Y agregó el General-Presidente: "Tenemos que analizar y no actuar como si lo diseñado fuera impecable. No podemos apresurarnos en la aprobación constante de estas cooperativas. Iremos al ritmo que corresponda".
Acostumbrados como estamos los cubanos a leer entrelíneas con tal de descifrar un discurso que se empeña en no ser explícito, no nos resulta difícil constatar la insatisfacción de la cúpula del poder con el desempeño de las cooperativas no agropecuarias.

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