lunes, febrero 17, 2014

Un par de diferencias entre Cuba y Venezuela

Por Andrés Pascual

Un sacerdote “católico”, casado y con hijos, se hizo cargo de una parroquia en Pinecrest, el mismo “templo del Señor” donde juró absoluta fidelidad a la doctrina que traicionó.
La circular (autorización a este novísimo y peligroso reto a la sociedad católica), la pasó “el Beni” durante su ENIGMÁTICO papado y más SOSPECHOSA renuncia; pero Pancholo no hizo nada por detener lo que no refleja “lo moderno”; porque hay cosas que no pueden clasificar bajo el endose temporal, habilitado por la poderosa reacción comunista de hoy, para el campo de “lucha entre lo nuevo y lo viejo...”

Tamaña irresponsabilidad de las altas esferas del Vaticano pudiera generar, con el tiempo, un Santo Pontífice casado con un novio de toda la vida y “un par de vástagos adoptados”; o una MAMA con similares características... La conspiración es de mucho más alcance que lo que un mortal común y corriente pueda suponer.

Parece que Maduro resolvió positivamente su lucha interior “entre el bien y el mal”, porque ayer acusó de antichavistas a quienes le han disparado a la población desarmada en las recientes protestas estudiantiles: “tendrán que pagar como cualquiera”, dijo, y continuó, “esos no son revolucionarios...” Menos mal que superó el momento de la posesión diabólica que le hizo disparar escondido desde una azotea (grabado en un video), a grupos exactamente iguales a los que le exigen su renuncia hoy... ¡DIOS ES GRANDE!

¡Qué desagradable y peligrosa resulta la partícula EX delante del sustantivo “oficialista”, que apoya el carácter de “importancia” de estos extraños líderes de nueva edición, en la oposición a lo que ayudaron a enquistar!: Ex chavistas, ex castristas... Y es obligado, porque fueron responsables en buena medida de “ponerlos”, de ayudar a consolidarlos y de nadie sabe qué aún... ¡NADIE!

Algunos magnates de importancia, que tenían poder económico suficiente durante el batistato, querían el poder político; por eso apoyaron a Castro, ayudaron a crear su ejército, a mantenerlo bien equipado, a los “peluses” protegidos en sus fincas, a establecerle relaciones POLÍTICAMENTE ventajosas con el Norte y, con todo, a descabezar la República, viva a pesar de la “dictablanda” de Batista, que no atentó contra la idiosincracia ni contra la identidad nacional nunca.

El Chacal de Birán era un gángster, un asesino...” eso es lo que he oído durante 30 años en Cuba y 25 en Miami, lo sabía todo el mundo en La Habana y en Santiago: la prensa, los intelectuales, los políticos, los hombres de empresa... pero “el guajiro de tierra adentro o el empleado en pueblos de provincia, NO”; entonces ¿Cómo fue posible que tanta gente inteligente, preparada, anticomunista... que sabían el detalle, lo apoyaran y se le unieran en contra de la población, que fue lo que se logró: una alianza antipopular contra la esencia nacional?
¿Acaso todos los implicados en el “cubanicidio, desde Conte Aguero o el médico Rodríguez Díaz a Miguel Ángel Quevedo, pensaron como las clases vivas que lo colocaron en la punta de su bestial tiranía dictatorial, que el tipo era manejable, que podrían “desmontarlo como a una tienda de campaña” cuando quisieran para hacer lo que les diera la gana? ¡Por favor! Esa actitud fue el más monumental insulto a la inteligencia pretendido nunca en Cuba, porque Castro, farsante, ególatra, ladrón, asesino y mentiroso no ha intentado insultar a la materia gris, sino someterla, anularla, destruirla y aplastarla...

De todos los países (pueblo de a pie), ocupados por la reacción comunista, el único que no tuvo antecedentes que le señalaran el trágico y peligroso destino que enfrentaría fue el cubano. Y no pido absolución, sino comprensión, que debe existir, porque, a fin de cuentas, ningún pueblo ha luchado tanto contra el comunismo como el cubano, ninguno, nunca.

A PESAR DEL PACIFISMO DISIDENTE, LOS QUE SEAN BUENOS ELEMENTOS PATRIOTAS DENTRO DE ESOS GRUPOS, CONTINÚAN LA TRADICIÓN DEL PERÍODO INICIAL, ESTA VEZ ENFRENTANDO EL PELIGROSO PROGROMO EN LAS CALLES CUBANAS, EN TOTAL Y ABSOLUTA DESVENTAJA Y ABANDONO INTERNACIONAL; IGUAL QUE HACE 50 AÑOS LA OPOSICIÓN VIOLENTA ERA FUSILADA, MASACRADA O ENCARCELADA SIN PIEDAD. TAN DESCALIFICADOS HOY POR MEDIO MUNDO COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE LA TRAGEDIA NACIONAL, QUE LOS PATRIOTAS QUE LOS PRECEDIERON POST 1959.

¿Cuál es la primera diferencia favorable a los antichavistas venezolanos con respecto a los luchadores anticastristas de más de medio siglo? A no dudarlo, la época, porque no es igual luchar contra el comunismo internacional regido por el Pacto de Varsovia, con la Unión Soviética al frente, que en las condiciones en que lo hacen en las calles de Caracas, en territorio continental sin rusos, ni alemanes, ni búlgaros, ni... Kennedy, Carter; a pesar de eso, no hay guerrillas en la selva ni comandos urbanos, aunque ya contabilizan un par de muertos y dos o tres centenares de heridos; sin embargo, en Cuba el asesinato se falló en la Constitución castrista como “justicia en aras de mantener los logros del pueblo” y fueron más apoyados por todo el mundo. Todavía nadie sabe realmente cuántos fusilados y muertos en acción han habido.

La cara opositora venezolana es una bella mujer en medio de la masa juvenil que protesta, María Corina Machado, dos fotos “carné” que la retratan de arriba a abajo en su empeño: vibrante y retadora de la fuerza criminal entre la multitud a riesgo de su integridad física, o herida en el rostro (instantánea) que requirió de una operación para arreglar la fractura de la nariz que le infrigieron los salvajes reaccionarios castro-chavistas.

La cara cubana son varios ex oficialistas que se hicieron viejos y enfermos como dirigentes dentro del “proceso”, como Marta Beatriz Roque, especie de Capriles disidente, que ha descalificado varias veces la lucha por la calle cubana contra el opresor.

También pueden ser Vladimiro Roca o Fariñas, que mataron “negros buenos” en África; o Yoani, la heroína de Montaner y de Saladrigas que, aunque no deseo que le suceda, no me explico cómo asaltaron la casa de Antúnez y le robaron hasta los clavos y en la de la directora del Nuevo Juventud (sin rebeldía), no dan ni un “tendederazo” (forma utilizada en Cuba para nombrar el robo de prendas “íntimas” usadas que se secan al sol en una soga atada a dos puntos)
Me quedo con Payá, con Laura Pollán, con los huelguistas asesinados por inanición y efecto de la no asistencia médica, definitivamente.

¿Dónde está la juventud venezolana de Miami? En la calle apoyando a sus iguales ante el peligro en su patria.

¿Dónde “el hombre nuevo” enviado a Miami de varias formas? En la acera opuesta a los viejos exiliados que, para asuntos partrióticos, no envejecen; o en el concierto de fulana, intercambiada con sede en el Dade County Auditorium, o en una discoteca “echando un pie” con Formell y Los Van Van, aunque, probablemente, en la cola de uno de los aeropuertos que ofrecen “tours humanitarios” a la Isla.

Y ¿La juventud de Cuba? En un concierto rocquero, en una embajada esperando una visa “pa' pirarse”, o bajando por la escalinata hasta Infanta en la marcha ratificadora del compromiso con Fidel y Raúl de “vuelta al capitalismo nananina...”

¿La culpa? Perdón del que desacuerde, de los americanos y quién sabe de cuántos más, que lo provocaron todo, que lo promovieron todo y que lo ayudan en lo que sea para que “no se caiga”.

El chavismo no ha podido consolidar nada, porque no ha podido liquidar la identidad nacional del pueblo venezolano; es decir, parte de esa juventud, que ha nacido y crecido con la tiranía madurista en el poder desde Chávez, que no conoció de la gestión de Carlos Andrés Pérez ni de Herrera Campins, se siente venezolana y lucha por su patria, que es su historia, su soberanía y su libertad.

Castro logró descabezar el pasado y la nacionalidad con ayuda de una parte mucho más que generosa de la población oportunista de la época (60's, 70's, 80's), acaso lo único que ha podido hacer perfectamente, por lo que la gente no es marxista, es castrista con lo que le cuelguen; a todos los efectos, lo mismo les ha dado comunista hasta hoy que obamista si mañana se lo pidieran... la razón estriba en que la tiranía logró su individuo, peculiar y particular, que no es cubano ni responde a Cuba mayoritariamente.

Hay un par de generaciones que no conocen “la sovietización”, que no vieron al país invadido por esos “seres raros, cochinos y repugnantes” que cambiaban hasta sus asquerosos calzoncillos por una botella de alcohol con etiqueta de Bacardí; pero sus mayores, nacidos o criados bajo la égida temporal de la hoz y el martillo también, reclaman el pasado de los últimos 52 años como la etapa de “cuando había”, incluso encasillan el período 1962-presente como la única era grandiosa de la ex República en todos los sectores de la sociedad.

A la pregunta de ¿Cómo ve el proceso la juventud? La respuesta de un recién llegado, por lo general, es: “esa gente ni conoce a Fidel”, o “a ningún joven le interesa la Revolución...”

Hasta cierto punto aceptable, porque lo peligroso es que esa apatía, esa forma singular de pensar sin tomar partido en la lucha activa, violenta y definitiva, también es con respecto a Cuba, que ni la conocen ni les interesa recuperarla ni la respetan: para estos elementos, para la mayoría, Cuba es un estado transitorio de días, meses... especie de escala rumbo al Norte, al Este, al Oeste... ¿El Alma Máter? para negocio y cuando resulte conveniente.

Ese es el trabajo que no hace la disidencia ex castrista, enseñar la historia para recuperar el compromiso con la patria, con su liberación, con el pasado, recuperar la identidad cultural y con esta la identidad nacional; es decir, la capacidad absoluta de ciudadano de la República de Cuba de forma oficial y tradicional, porque traería como resultado el tan criticado enfrentamiento en las calles, el sabotaje y la pérdida de sus protagonismos inútiles.

Y si ni lo intentan es por miedo a la represalia comunista, a la buena, la de siempre, porque el trabajo ideológico, de recuperación de la moral patriótica y el civismo ciudadano, ha de ser un stop que ninguno de estos “activistas” se arriesga a “violar”.
Esa fue la monstruosidad que lograron las fuerzas ajenas a la nacionalidad cubana en contubernio con grupos anticubanos y antisociales intestinos, que, salvo los responsables y el propio Castro, nadie sabe a ciencia cierta por qué escogieron a Cuba para semejante experimento.


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