viernes, febrero 07, 2014

La CELAC con el rumbo perdido

cubanalisis
Antonio Arencibia
Ha terminado la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebrada en el edificio Pabexpo del Palacio de Convenciones de La Habana los días 28 y 29 de enero, y aunque nos duela hay que decir que el régimen neocastrista cumplió fácilmente su cometido como presidente por un año de un organismo al que nunca debió pertenecer, gracias a la colaboración cómplice de los gobiernos que allí lo incluyeron y le otorgaron además esa responsabilidad.

Ahora está cosechando la gran publicidad internacional recibida como una dictadura “normal”, es decir, un territorio que se anuncia a los inversionistas con la garantía de la falta de derechos de los trabajadores cubanos. Pero si obviamos los beneficios para el business bilateral que ha recibido la gerontocracia guerrillera de la Isla al codearse con la casi totalidad de los mandatarios de América Latina y el Caribe, el gran proyecto de la CELAC no puede hacer cuajar la integración económica de los 33 países que la constituyen, porque estos a su vez están ubicados en múltiples asociaciones y bloques económicos muchas veces enfrentados entre sí.

Alguien tan poco de derechas como el periodista uruguayo-venezolano Aram Aharonian, director de la revista Question, fundador y ex director de Telesur, ha ejemplificado algunos de los problemas que enfrenta la integración latinoamericana:

Más allá (o más acá) de la declamación sobre el legado de los Libertadores, el sistema integrador regional no pasa por su mejor momento, con el desmantelamiento de la Comunidad Andina (CAN), el éxito de la derecha paraguaya en frustrar las esperanzas de que la presidencia pro témpore en manos -por primera vez- de Venezuela marcara los caminos de un renovación del Mercado Común del Sur (Mercosur), las enormes dificultades de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en consensuar la designación de un secretario general, y la ofensiva conservadora con formatos de integración dependientes como la Alianza del Pacífico, como ejemplos. (1)

Por lo tanto, como La Habana, y Caracas y Quito y Managua y La Paz, lo saben, proyectan alianzas extra-hemisféricas (como veremos más adelante) mientras aseguran acuerdos bilaterales beneficiosos, entre sí, pero sobre todo con quien convenga en un momento determinado, ya sea Rusia, China, Angola o Irán.  

Por eso, más allá de la Cumbre, la atención se centró en los avances de Brasil y de México, que aprovechan la debilidad de la Venezuela “Bolivariana” para aumentar su presencia económica en Cuba. En relación con el gigante suramericano, dos mil médicos de la Isla acaban de llegar a las ciudades de Fortaleza, Sao Paulo y Brasilia, para un total de 7,400 especialistas cubanos en el plan “Más Médicos” que impulsa el gobierno de Dilma Rousseff.

La mandataria carioca aprovechó el viaje para inaugurar junto a Raúl Castro la primera etapa del proyecto portuario de Mariel y ofrecer un nuevo crédito de 290 millones de dólares para crear industrias en los alrededores de esa Zona de Desarrollo. Simultáneamente la empresa “Odebretch” y funcionarios cubanos firmaron un memorando de entendimiento para establecer allí un Polígono de Plásticos, y los representantes de la tabacalera “Souza Cruz”, de Brasil, y el grupo Tabacuba, acordaron estudiar la instalación de una fábrica de cigarrillos.

Entre las personalidades presentes en la inauguración y saludadas por la presidenta Rouseff en su discurso estaba Marcelo Odebretch, del consorcio internacional brasileño que ejecuta la obra y coordina la participación de 400 empresas en el proyecto, y su contraparte por Cuba, el coronel Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, miembro del Comité Central del PCC, presidente del Grupo GAESA de las FAR, y padre de dos de los nietos de Raúl Castro. He ahí los dos puntales de la colaboración con Brasil, poderosos empresarios cariocas y militares-empresarios neocastristas. (2)

Como decíamos, la presencia de México en la Cumbre se complementó con la visita oficial posterior del presidente Peña Nieto. Esto ha sido precedido en noviembre por un buen regalo para el régimen de La Habana, cuando le fue condonada el 70 por ciento de su deuda mexicana (unos 341 millones de dólares) y se acordó el pago de los 146 millones restantes en un período de diez años.

Según cifras oficiales, la inversión actual de México en Cuba es baja, solo unos 730 millones de dólares, y el comercio bilateral en el 2013 fue de 300 millones, pero se esperan importantes incrementos impulsados por el nuevo gobierno del PRI. En ese sentido está prevista para el mes próximo la visita de una delegación de alto nivel, encabezada por el ministro mexicano de Economía y compuesta por representantes de bancos y empresas, interesados en las aperturas a la inversión extranjera que anuncian los funcionarios cubanos.

Claro que Venezuela no podía dejar de ofrecer nuevos acuerdos con la Isla. Esta vez firmaron 56, por un valor de 1,259 millones en inversiones conjuntas para este año de 2014. Como hasta el momento no se han ofrecido detalles de la distribución de esas inversiones y el alcance de esa gran cantidad de acuerdos, estas promesas de Maduro traen recuerdos de los muchos proyectos prometidos pero incumplidos de la era de Chávez.

Al margen de la cumbre la gerontocracia habanera recibía una noticia que les llenaba de regocijo: la Unión Europea abandona la esencia de su Posición Común frente a la dictadura y ha acordado iniciar contactos para reanudar su cooperación.

¿Y qué dicen Rajoy y el PP de cómo se soslaya la propuesta de Aznar que aprobó la UE en 1996? Pues, nada, porque el presidente del gobierno español no es dado a declaraciones sobre temas incómodos, pero las intenciones de España se ven claras: en la reunión europea no se abstuvo ni se opuso al acuerdo. Y otra señal clara ocurrió hace unos días cuando el Príncipe Felipe visitó solo cuatro stands seleccionados entre los 165 países expositores en la Feria de Turismo Internacional de Madrid, y entre ellos fue al de Cuba.

La Cumbre, “Punto Cero” y La Cabaña

Tras recoger a los indigentes, apresar o impedir el movimiento de numerosos opositores y advertir a la población la prohibición de grupos en actividades no oficiales en La Habana, el régimen, con un despliegue policial mayor que lo habitual en ese estado policíaco, se dispuso a recibir a los especialistas, los cancilleres, y especialmente a los jefes de estado y gobierno invitados.

Hay que decir que la asistencia casi total de los 33 mandatarios convocados respaldó la II Cumbre de la CELAC, especialmente si se le compara con su anémica presencia en la Cumbre Iberoamericana de Panamá del pasado mes de octubre. Las dos ausencias en La Habana fueron la del presidente Mauricio Funes de El Salvador, que se excusó alegando motivos de salud, y la del mandatario panameño, Ricardo Martinelli, que no asistió en protesta por la captura en el Canal de Panamá de un buque norcoreano con armas cubanas, en violación del embargo de la ONU. Todos los demás fueron a la cita, incluso Sebastián Piñera y Ollanta Humala, que estaban pendientes de la decisión del Tribunal de La Haya sobre la disputa marítima entre Chile y Perú.

Cristina Fernández de Kirchner había estado fuera de la vista de sus conciudadanos y del ejercicio del poder ejecutivo por razones médicas durante bastante tiempo. Pero en vez de quedarse en Buenos Aires para ayudar a capear la grave crisis cambiaria causada por la estrepitosa caída de la moneda argentina frente al dólar, escogió viajar a Cuba temprano para ser además la primera en ir a “Punto Cero”. Allí se entrevistó y almorzó con Fidel Castro y después,  indiscreta, dio detalles del menú de carne, pescado, postres y otras golosinas al que fue invitada, confundiendo a los ignorantes seguidores de su cuenta en Twitter, que llegarán a pensar que ese fue un típico almuerzo cubano.

No creo que al hacer un viaje a La Habana tras su convalecencia la señora presidenta se haya percatado de la situación que dejaba atrás. Argentina ha estado sacudida por protestas, huelgas policiales y cortes de electricidad que propiciaron el saqueo de muchos establecimientos comerciales. Ahora bien, en Cuba, Cristina se salió de la etiqueta: fue la última en llegar a la ceremonia inaugural de la Cumbre, (lo mismo que hizo en la de Mercosur en Brasil en el 2008), y también fue la primera en regresar a su país sin asistir a la sesión de clausura. Ese día, al llegar a Buenos Aires, pudo escuchar a su jefe de gabinete empleando los mismos argumentos que Nicolás Maduro, acusando de “antipatriotas” a los empresarios y comerciantes argentinos que subieron precios tras la estrepitosa caída de la moneda nacional.

Mientras tanto, Nicolás Maduro había viajado a Cuba dejando atrás una Venezuela que es otra Argentina en el desastre. (3) La Isla sería un paréntesis de tranquilidad para el sucesor del “Comandante Eterno” tras semanas de duro enfrentamiento con los empresarios venezolanos por el control de las divisas y la inquietud social venezolana ante la depreciación del bolívar. A su regreso le va a ser muy difícil superar la violencia criminal de calles y cárceles de su país e implementar el “Movimiento Por La Paz y La Vida” que ha anunciado, porque eso equivaldría a poner coto al lumpen que Chávez armó y protegió por muchos años para ganar su respaldo político.

Los días de la verdadera cumbre, el 28 y el 29 de enero, continuaba sin parar la función doble en Pabexpo y “Punto Cero”. El encuentro de Dilma con Castro fue primera plana en el Granma, que lo calificó de “fraternal”. Luego vino el de la primera ministra de Jamaica, que también realizaría una visita oficial después de la Cumbre. No podía faltar tampoco el encuentro de Peña Nieto con el anciano dictador. Y como no hay secretos entre camaradas, o para acabar pronto, Fidel Castro se reunió de conjunto con Morales, Correa y Ortega, este último muy orgulloso porque llegó con la dictadura en el bolsillo tras la modificación de la Constitución de Nicaragua que le concede la reelección presidencial indefinida.

En esos días Castro recibió también al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al presidente de Surinam, al primer ministro de Santa Lucía, al presidente Mujica de Uruguay, y cerró el programa con Nicolás Maduro, a quien puede llamar “Nuestro hombre en Caracas”. Debido a esa cantidad de encuentros algunos despistados, como el enviado de El País a cubrir el evento de La Habana, piensan que Fidel Castro es el “protagonista entre bambalinas de la cumbre de la CELAC”. (4) Parece que se han dejado engañar por las mentiras piadosas de algunos visitantes sobre la “lucidez” del decrépito tirano. La verdad es que sus herederos políticos han aprovechado la reunión de ese organismo para organizar la despedida de Castro a nivel internacional, por si este año chino “del caballo” va a tener otro significado en Cuba.

Como consuelo para los jefes de delegaciones que no fueron invitados a la residencia del “Líder histórico”, Raúl Castro los llevó a la fortaleza de La Cabaña, donde se iba a inaugurar un museo en memoria de Hugo Chávez. En ese sombrío lugar donde fueron encarcelados y fusilados tantos cubanos en la época colonial y los primeros años del castrato, Maduro improvisó un discurso sobre Chávez. Empezó diciendo que fue el “guerrero de la luz” pero terminó recordando que había sido “aquel niño de Sabaneta que se llamaba a sí mismo, Tribilín”. Fue algo tan ridículo que podría haberle encargado el elogio a Evo Morales y no habría quedado peor.

La nueva Declaración de La Habana

Como era de esperar, la cumbre de la CELAC se cerraba sin cuestionar los derechos humanos en Cuba. De todas las delegaciones presentes Chile y Costa Rica eran la única excepción ante la actitud generalizada de los mandatarios asistentes de ignorar la situación de los opositores y disidentes cubanos, pero por tratarse de presidentes finalizando sus mandatos, se trató de una demostración pobre de solidaridad. Así, Sebastián Piñera, presidente chileno saliente recibía a la dirigente de las Damas de Blanco, Berta Soler; y Laura Chinchilla, -que será reemplazada en el cargo tras las elecciones del domingo 2 de febrero-, envió a su embajador en La Habana y a la jefa de Política Exterior a un breve encuentro con Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que fue el único asistente que en su discurso se refirió de forma general a la obligación de los gobiernos de respetar los derechos humanos, dijo luego a la prensa que había planteado a las autoridades neocastristas el tema de la “detención arbitraria” de opositores, y había pedido la ratificación de los pactos sobre ese tema que el régimen firmó hace cinco años.

Así, sin grandes debates se aprobó el documento final de la Cumbre, que se conocerá en lo sucesivo como Declaración de La Habana, muy diferente de los dos de ese nombre que pronunció Castro en los años 60. El texto de 83 puntos (diez más que el que se firmó hace un año en Santiago de Chile) padece de la verborrea típica del castrismo y del viejo populismo latinoamericano, pero lo que dice no es sorpresa: le da un poco a cada cual y así todos quedan conformes.

Así se recogieron los temas de las Malvinas; del “bloqueo” norteamericano al régimen; en memoria de Chávez; la reconstrucción y desarrollo de Haití; la importancia del diálogo entre los miembros; la erradicación de la pobreza y el hambre; la atención prioritaria a sectores en situación de vulnerabilidad; la preocupación por el cambio climático; en apoyo al diálogo entre el Gobierno de Colombia y las FARC; en saludo a la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas; a favor del desarme nuclear; por una reforma del sistema de Naciones Unidas; y otros tópicos.

Pero, cuando la CELAC aprueba en La Habana una declaración especial de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y lo proclama el jefe de un régimen que desde hace 55 años ha estado subvirtiendo el orden hemisférico y mundial, estamos ante un evento hipócrita (ver en este número de Cubanálisis el trabajo de Eugenio Yáñez “La Cumbre de la Hipocresía”).

Cuando el primer punto de la Declaración dice que:

“…nuestra Comunidad se asienta en el respeto irrestricto a los Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la autodeterminación, a la soberanía, la integridad territorial, la no injerencia en los asuntos internos de cada país, la protección y promoción de todos los derechos humanos, el Estado de Derecho en los planos nacional e internacional, el fomento de la participación ciudadana y la democracia”.

Hay que preguntarse: ¿A dónde puede llegar el cinismo del régimen de incluir y firmar tal principio si Human Rights Watch hace un año informó de sus violaciones de los derechos humanos? (5)

Cuando leemos el punto 41 de la Declaración que dice:

“…ratificamos el Comunicado Especial aprobado por la CELAC el pasado 5 de junio, que rechaza la inclusión de Cuba en la denominada Lista de Estados que promueven el terrorismo Internacional del Departamento de Estado de los Estados Unidos”.

Hay que preguntarse: ¿Y acaso los que aprobaron ese punto no saben que el régimen neocastrista ha violado las sanciones internacionales contra la dictadura guerrerista de Corea del Norte al enviarle armamentos, y que eso motivó la ausencia del Presidente de Panamá a la Cumbre?

Con el rumbo perdido

Pero he aquí un asunto clave recogido en el punto 75 de la declaración: el proyecto de alianzas extra-hemisféricas que ha venido cocinando el canciller de la dictadura durante todo el 2013. Se trata de la creación del Foro CELAC-China y de un Mecanismo de Diálogo con la Federación de Rusia lo que demuestra que a solo dos años de su fundación el nuevo organismo latinoamericano y caribeño fija sus metas lejos de su hemisferio. ¿Qué por qué no hay un Foro CELAC-Estados Unidos-Canadá? Claro que pudiera hacerse, pero como ahí no cabe el régimen de La Habana, entonces hay que irse al convite de China y Rusia

Ahora que Bolivia preside el “Grupo de los 77 más China” y organiza la Cumbre de esa entidad en la ciudad de Santa Cruz, en junio sabremos cual será el regalo envenenado que les hará el imperialismo chino y lo qué le tocará a la CELAC de ese obsequio.  

En fin, sobran las demostraciones para afirmar que la CELAC ha perdido la brújula y el rumbo debido a la complacencia de la mayoría de las democracias de la región con el grupo del ALBA que dirigen los neocastristas y los postchavistas.

Los gobiernos, desde el Río Bravo a la Patagonia, se están alineando con fuerzas ajenas al continente americano. Es un rumbo perdido, que no tiene nada que ver con los ideales de sus fundadores, que en el siglo XIX no eran capaces de imaginar una coyuntura en la que las naciones de la región prefirieran acercarse al mandarinato de Pekín y al neozarismo moscovita y se alejaran de las democracias -imperfectas pero perfectibles- de Washington y Ottawa.

 

NOTAS

(1) Aram Aharonian, CELAC en La Habana: el desafío de construir una agenda propia y un destino común, Rebelión, 25 de enero de 2014

(2) Pero ojo con Brasil, cuya economía no pasa por su momento mejor ya que los países emergentes están desacelerando su desarrollo, y tras las caídas de las monedas argentina y turca, se ha generalizado el temor a un efecto de contagio. Un informe reciente de la entidad financiera “Morgan  Stanley” apuntaba que los Bancos Centrales de dos de los cinco miembros del llamado BRICS, India y Sudáfrica, han convocado reuniones urgentes para acordar medidas que minimicen la reciente inflación de sus monedas frente a las divisas fuertes En ese mismo sentido el 28 de enero el rublo de Rusia, (tercer miembro de ese grupo), sufría la mayor caída en cuatro años frente al dólar y el euro. Cuando escribo estas líneas el real brasileño y el yuan chino son las únicas monedas de los BRICS que no se han depreciado.

(3) En Venezuela and Argentina. The party is over, The Economist, Feb 1st 2014, se plantea que las de esos dos países son “las más débiles economías latinoamericanas y están llegando al límite”.

(4) Bernardo Marín, México y Cuba sellan su reconciliación, El País, 30 de enero de 2014.

(5) "(...) el gobierno cubano sigue reprimiendo a individuos y grupos que le critican o que exigen derechos humanos elementales. Sus funcionarios utilizan diversas tácticas para castigar la disidencia y atemorizar a las personas, como golpizas, actos públicos de repudio, expulsión de sus empleos y amenazas de encarcelamiento prolongado. En los últimos años los arrestos arbitrarios por corto tiempo se han incrementado de forma dramática y se impide la libertad de reunión y de movimiento a los defensores de los derechos humanos, a los periodistas independientes, y a otros individuos (...)" Human Rights Watch, World Report. 2014. Events of 2013. January 21, 2014, pp. 237-241 [traducción mía.- AA]

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