Enrique de la Madrid, jefe del Banco de Comercio Exterior de México
e hijo del fallecido ex presidente Miguel de la Madrid, negó esta
semana que su gobierno esté regalando dinero a Cuba con la condonación
de noviembre pasado de 70 por ciento de una vieja deuda contraída por la
isla a mediados de la década de los 90.
“Ni un solo peso de
capital a Cuba”, dijo el funcionario, quien salió a dar explicaciones,
quizás, a raíz de mi columna anterior, centrada en el viaje del
presidente Enrique Peña Nieto a La Habana y del “diálogo” que sostendrá
con Raúl Castro.
De la Madrid declaró que lo que Bancomext sí
perdonó fueron los intereses moratorios del adeudo, pero que al final
del trecho, esto es, en unos diez años, México cobrará el saldo neto del
préstamo original.
Sostuve una larga conversación con José Luis Romero Hicks, director
de Bancomext durante el mandato de Vicente Fox y testigo del conflicto.
Romero Hicks me dijo que no tiene ninguna razón para dudar de lo dicho
por De la Madrid, un destacado miembro del PRI, a quien califica de
persona íntegra y funcionario sumamente capaz.
Según él, la
condonación podría permitirle a México cobrar algún día el préstamo
original. Yo lo dudo, porque el dinero que se prestó no vale lo que
ahora. Él afirma que es posible y sabe de finanzas un millón de veces
más que yo. Además de considerarse un tipo reacio a hacer demasiadas
conjeturas políticas.
Romero Hicks me contó que cuando Vicente Fox
llegó al poder en diciembre del 2000 la deuda cubana rondaba los $350
millones. La decisión fue respetar el acuerdo inicial, que databa de la
época de Carlos Salinas de Gortari, y que establecía el derecho de Cuba a
acceder a lo que, se dice en términos financieros, “revolvencia” o
“retoma”, lo cual significa que el deudor puede disponer de cierta
cantidad de lo que paga a medida que va reembolsando los intereses. Más
sencillo, Cuba pagó a Bancomext en el 2001 unos $35 millones y, por lo
mismo, tenía derecho a, de ese monto, volver a usar unos $26 millones.
Al
gobierno de Fox le preocupaba el alto riesgo-país que Cuba representaba
e ideó una fórmula para bajar el perfil del peligro en cuanto a la
deuda, respetando el compromiso original. Bancomext propuso al Banco
Nacional cubano cambiar la mecánica de las garantías del préstamo. Cuba
podría “tomar” de vuelta los $26 millones, pero, de ellos, tendría que
comprar $8 millones en alimentos y productos a empresas mexicanas. Y lo
más importante y clave de todo: debía abrir dos cuentas de depósito en
garantía ( escrow account), en Italia, donde
depositaría los pagos referidos a la deuda. El dinero saldría de las
ganancias de las operaciones sobre las llamadas telefónicas de Europa a
la isla, un negocio manejado por la sociedad mixta cubano italiana
TELAN-TELECOM, es decir, ETECSA.
México había encontrado, tal vez,
una manera de evitar el clásico “bicicleteo” que los Castro acostumbran
a practicar con cualquier acreedor, y que consiste en simplemente no
pagar. Romero Hicks me aclaró que antes de su llegada a Bancomext, Cuba
había sido un pagador ejemplar.
Tras largas negociaciones, en las
que participaron por el lado cubano el presidente del Banco Nacional,
Francisco Soberón, conocido como el cashier
de Fidel, y Carlos Lage, a la sazón zar de la economía, dos de los
futuros albaceas de Fidel Castro, en su proclama del 31 de julio del
2006, Cuba y México firmaron el nuevo acuerdo el 5 de marzo de 2002.
Pero
pocos días después la política hizo su aparición. El 21 de marzo Fidel
Castro abandonó la Cumbre de Monterrey, alegando una “situación muy
especial”. A la reunión, convocada por la ONU, asistía también el
presidente de Estados Unidos, George W. Bush. El episodio entre Fox y
Castro, conocido como el “comes y te vas”, echó abajo el acuerdo recién
firmado.
El martes 30 de abril del 2002, la Gaceta Oficial de Cuba
publicó el Decreto no. 273 que ordenaba dejar sin vigor y efecto legal
las facilidades y garantías con las que ETECSA y TELAN respaldaban la
deuda contraída por el Banco Nacional de Cuba con Bancomext. El
documento culpaba al canciller mexicano, Jorge Castañeda, por la
decisión, consecuencia de sus declaraciones y acciones
“malintencionadas” respecto “al diferendo político surgido” entre ambos
gobiernos. El Decreto llevaba la firma de Fidel Castro, Carlos Lage e
Ignacio González Planas, ministro de Comunicaciones.
En octubre,
México solicitó a una Corte de Turín congelar 41 millones de euros de
los fondos de TELAN-ETECSA. La Corte Internacional de Arbitraje de
Comercio, con sede en París, falló a favor de Bancomext, lo que redujo
la deuda. Pero no fue hasta el 2008, durante la presidencia de Felipe
Calderón, que surgió un nuevo intento de reestructuración del préstamo,
al parecer infructuoso.
Quizás el señor De la Madrid esté diciendo
la verdad acerca de la polémica condonación. Yo soy escéptico, porque
cuando se trata de Cuba y sus entuertos financieros, las matemáticas no
se me dan. Y porque, creo, que en este particular la política, como la
sangre sobre el agua, ha pesado más que cualquier otra cosa.
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