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La venta libre de vehículos comenzó oficialmente este viernes en Cuba, después de medio siglo de restricciones por parte del régimen comunista, pero a precios astronómicos que han provocado malestar, incredulidad y desesperación entre los posibles compradores, según han constatado periodistas de France Presse. Por ejemplo, el precio de un Peugeot 4008 estaba fijado en 176.00 euros (239.500 dólares) en el concesionario Sasa de La Havane, mientras la marca francesa ofrece un precio base sobre catálogo de 34.150 euros (46.000 dólares).
Estas ventas se anunciaron el pasado diciembre como un nuevo paso para eliminar prohibiciones y avanzar en las reformas del Gobierno del presidente, Raúl Castro, para «actualizar» la economía socialista. En 2011 el Gobierno ya autorizó las transacciones de vehículos entre particulares, pero mantuvo las limitaciones para su venta a personas naturales en las entidades comercializadoras estatales, las únicas que operan en el país.
En La Habana, esas entidades publicaron este viernes en su sedes los listados de automóviles disponibles y sus precios, mientras decenas de curiosos o compradores potenciales se lamentaban por las tarifas y muy pocos entraban a comprar, según constató Efe.
Las tarifas de coches de segunda mano, divulgadas este viernes, oscilan entre los 20.000 y los 110.000 dólares. Sólo dos modelos con más de una década de uso están alrededor de los 15.000. Una agencia del municipio habanero de Playa, por ejemplo, ofrece un Peugeot de 2008 a más de 85.000 dólares, automóviles Kia de 2008 y 2011 por entre 28.000 y 41.000 dólares y un VW de 2007 a 25.000 dólares. Las ofertas de coches de 2013 de la comercializadora Peugeot incluye precios de más de 90.000 y hasta 262.000 dólares.
«Es una falta de respeto»
Según explicaron medios oficiales, los nuevos precios minoristas han sido fijados de modo «semejante» a los del mercado entre particulares, que en los últimos años se ha movido con abultadas tarifas precisamente por las restricciones que existían.
Uno de los consultados por Efe, que también prefirió el anonimato, observó que, en la misma agencia habanera, hace unos meses un Hyundai modelo ATOS de 2007 costaba unos 4.000 dólares, y a partir de ahora se vende a más de 21.000.
Solo funcionarios
Hasta ahora, los principales clientes de esas agencias eran exclusivamente funcionarios y profesionales de la cultura, el deporte o la salud, a los que el Gobierno había otorgado «cartas de autorización» para adquirir coches porque sus ingresos en misiones de trabajo justificaban la compra. Pero el pasado diciembre, el Estado indicó que ese permiso era un mecanismo ya «inadecuado» y «obsoleto», que se convirtió en una fuente de «especulación y enriquecimiento».
En ese sentido, el Gobierno reveló que un 30% de las ventas mediante ese mecanismo en agencias estatales en 2012 terminó con cambios de propietario, lo que ponía en evidencia negocios de reventa de coches e incluso un mercado negro con las autorizaciones.
Con el dinero recaudado, el Gobierno quiere mejorar el deprimido transporte público
Tania, una trabajadora del sector de la cultura que obtuvo una autorización para un coche de hasta 6.000 dólares hace dos años, explicó a Efe que durante todo ese tiempo intentó cinco veces comprarlo, pero las agencias sólo le ofrecían automóviles de 2.000 dólares y en mal estado. «La agencia pasó meses cerrada y ahora reabre con nuevas ofertas, pero a estos precios que no sé quién podrá comprar», señaló Tania.
Con el dinero recaudado por la venta minorista de coches, el Gobierno ha anunciado que creará un Fondo para el Desarrollo del Transporte Público destinado al desarrollo de ese deprimido sector en el país.
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