Por Andrés Pascual
El filibusterismo oficial y comprobable que ha resultado en la ejecución socio-político-económica del país por la tenaza diseñada por los “interesados” para Obama, es el precedente que está sentando lo peor: Estados Unidos frente el bombardeo futuro de gente como este tipo, a partir de su falsa y engañosa política mesiánica, camouflage del “anticristo del siglo XXI", no más incapaces, no más mentirosos, no más antiamericanos, que sería imposible, sino iguales y se dice todo.
Resulta que no llega por ningún lado el refuerzo de la decencia, la moral y los principios conservadores y la impresion de que este tipo de ciudadano desapareció o lo tienen en túneles bajo tierra a ver qué hacen con él ES UNA REALIDAD DEMOLEDORA.
Los datos sobre la “comunidá” que arribó este año reflejan que la continuación de la la vista gorda define la importancia del castrismo para Obama: por cada elemento que agarran "mojado", permiten que lleguen 200 "con los pies secos". Sin embargo, la noticia será 8 que capturaron en el mar y deportarán para “partir corazones”.
Este detalle no fuera preocupante si la mayoría no se constituyera en parte de la 5ta columna castro-obamista, a partir del apoyo al resquebrajamiento moral del partido demócrata, siempre consecuente con cualquier actitud que golpee a la Unión.
Para la “la comunidá” solo hay una posición política: la que apoye su condición de “emigrantes económicos” sin exigencias de compromiso patriótico, que no les interesa, válido a través del decreto que los autorice a viajar (único objetivo visible), a disfrutar el intercambio, a enviar lo que tengan sin importarles que el salidero económico sin regulaciones empobrece a la ciudad y al país...
Como cualquier ilegal, no tienen en cuenta la realidad económica americana para correr el riesgo de "lanzarse"; ni les interesa si hay o no trabajo, tampoco traen en la agenda aprender ingles, a fin de cuentas “esto es Carraguao” o el Fanguito o Tepito y a “joder la pava y a los pavitos, que vivir del welfare, del fraude y otros "demases" no exige mucho esfuerzo.
Definitivamete, las frases más antiamericanas de la historia son “este es un país de emigrantes” y “el sueño americano”; la primera, sin ninguna razón lógica ni realista para convertirla en significación ética hoy, fue un estandarte de americanos patriotas que, en su momento, no se percataron de que le servirían el arma soberbia al enemigo público 1 de este país: la emigración ilegal, que ha logrado espacios tan significativos por el asalto al poder de comunistas encubiertos como mantener en jaque la política americana con la oficialización de exigencias de reforma migratoria.
La situación no se le escapó de las manos a “los americanos”, sino la dejaron escapar antipatriotas, la “azoraron” los peores engendros de nadie sabe quiénes jamás nacidos aquí...
Sencillamente, la estimulan con objetivo político electoral como primer paso “compañeros” en la lucha contra el capitalismo representado por Estados Unidos.
La conspiración nace en el partido demócrata americano con apoyo de los seculares del Diablo en ultramar.
La situación se ha tornado hiperpeligrosa una vez que lograron imponerle el sello contribuyente para “lo que se avecina” al Vaticano, que eligió, para contentar y reforzar un poder no tan secreto, a un PAPA de la categoría comunista envuelto en papel liberal o reformador.
En ese orden de cosas, hasta la palabra “ilegales” han prohibido en los medios por gestiones de otra “luchadora por esos delincuentes”, jueza en la Corte Suprema, sustituyéndola “indocumentados”; a fin de imponer, como si fuera un derecho, a quienes entraron sin autorización, les falta una firma y a imponer el relajo “como Pedro por su casa”, que es en lo que buscan convertir el “paso de la frontera”.
Con el 90 % del andamiaje mediático en control de los comunistas encubiertos que favorecen todas las medidas contribuyentes a destruir el poder de Estados Unidos, con el Partido Republicano contra la pared, rehén de la circunstancia “ilegales, homosexuales, negros...”, nadie sabe cuánto de malo le espera por las concesiones oportunistas de pusilánimes y traidores.
Razones suficientes para fruncir el ceño cada vez que alguien le desee “felices fiestas...”, porque hasta “christmas” es un delito decir, y un ¿próspero? AÑO NUEVO.
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