viernes, noviembre 01, 2013

Zona Especial del Mariel: apuestas y realidades económicas

Por Emilio Morales*
En el contexto de la llamada “actualización del modelo económico cubano”,  el gobierno de Raúl Castro hará efectivo desde este viernes la apertura de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), con la que se pretende abrir una nueva perspectiva para las inversiones de capital externo en la isla.
El primer  paso de hoy es la inauguración de la Oficina Regulatoria de la ZEDM, que recibirá y gestionará las solicitudes de inversionistas extranjeros interesados en sumarse al proyecto. Se espera que la XXXI Feria Internacional de La Habana, que acogerá a representantes de unas 1,400 empresas de 64 países entre el 3 y el 9 de noviembre, sea otra plataforma para imantar el capital foráneo.
La zona de desarrollo del Mariel busca convertirse en un motor de la economía nacional en momentos en que las reformas del modelo cubano se  ha convertido en la prioridad número uno del gobierno. El fracaso de la economía socialista durante un poco más de cinco décadas ha obligado a la cúpula gobernante a reestructurar la economía del país mediante un plan que comprende la transformación de los sectores más estratégicos, la apertura paulatina hacia una economía de mercado y la reducción de la burocracia en el sector estatal.
Segunda etapa de reformas
Las reformas parecen entrar en una segunda etapa. Recientemente se acaban de poner en marcha 70 cooperativas no agrarias como una nueva forma de gestión económica en diferentes sectores de la economía y las modalidades para ejercer el trabajo privado suman ya 201.
El proyecto del Mariel tiene como antecedente el desarrollo de las Zonas Francas en la décadas de los noventa, las cuales jugaron un papel importante en la atracción de inversionistas extranjeros. No puede olvidarse que fueron decisivas en la eliminación del período especial.
Sin embargo, fueron eliminadas a mediados de la década del 2000, cuando el gobierno dio un viraje de 180 grados y regresó a la centralización de la economía, bajo el patronazgo de Fidel Castro.
Hoy, dadas las circunstancias actuales de la economía cubana y la crisis que atraviesa su principal socio, Venezuela, el ambiente de mercado que se respira es más de incertidumbre que de atracción a los inversionistas foráneos.
Por lo que la nueva zona, erigida a un costo de $900 millones de dólares, va a tener un arranque difícil.
Haciendo memoria
Merece refrescar la memoria sobre los antecedentes de este megaproyecto cubano.
Las Zonas Francas (ZF) surgieron en Cuba mediante el Decreto-Ley 165 de 1996, con el objetivo de atraer capital extranjero. Este decreto planteaba que los operadores de ZF podían realizar actividades manufactureras, ensamblaje, procesamiento de productos terminados o semielaborados y no pagarían aranceles por sus importaciones.
Los competidores de Cuba en el área se concentraban en República Dominicana, México y algunos países centroamericanos. En ellas operaban en total 65 ZF, con predominio de producciones de calzado y cuero, confecciones, electrónica, plásticos y textiles, las cuales eran destinadas principalmente al mercado estadounidense, vedado para el comercio cubano desde 1960.
En 1997 se iniciaron las tres primeras operaciones en las ZF. La zona franca de mayor área era la del Mariel, seguida por la de Berroa (cercana al puerto de La Habana) y la más pequeña, la del Wajay (próxima al aeropuerto internacional José Martí).
Zonas Francas
Área
(Hectáreas)
m2 en
Naves Techadas
m2 en Oficinas
Empresa Concesionaria
Fecha
Wajay
21
13,000
1,000
Almacenes Universales
1997
Berroa
244
41,616
4,200
CIMEX
1997
Mariel
553
7,000
540
Almacenes
Universales
1997
En 1999 existían 243 operadores de ZF de los que el 65.84% eran comerciales, 20.16% de servicios y el 13.99% productivas; estas últimas representadas en el sector de la tecnología, específicamente en la elaboración de software, proyectos industriales y maquinarias.
Para entonces, la ZF que más actividad tenía  era la del Wajay con un total de 120 operadores, seguida por la ZF de Berroa con 91 y el Mariel con 32. Los países con mayor cantidad de operadores eran España (62) y Panamá (43).
Con el desarrollo de las ZF la inversión extranjera llegó a un tope máximo en  el 2002, cuando la cantidad de asociaciones con inversionistas -incluidas las empresas mixtas, los operadores de ZF y demás tipos de asociaciones-  totalizaron alrededor de 400 empresas. Esas asociaciones llegaron a sumar un monto comprometido de inversiones de casi $3,000 millones de dólares.
Sin embargo, a partir del 2002 comienza un proceso de cierre de empresas en las zonas francas, con la consiguiente caída abrupta de la inversión extranjera en la isla. En el 2008, la presencia foránea llegó a su punto más bajo al alcanzar la cifra de solo 200 asociaciones, con escasa poca actividad comercial.
Tres sectores estratégicos
Las normas que van regir el funcionamiento de la ZDEM -según resolución de la Gaceta Oficial No. 26 del 2013- establecen que la zona “ha sido creada con el objetivo de “promover el incremento de infraestructuras y de actividades que permitan el aumento de las exportaciones, la sustitución de importaciones, la realización de proyectos de alta tecnología, generar nuevas fuentes de empleo y contribuir al progreso nacional”.
Es la segunda vez que el gobierno cubano intenta implementar las zonas francas en los últimos 20 años. Si nos atenemos a los fines anunciados, esta nueva versión parte de la posibilidad de potenciar tres sectores estratégicos importantes.
1.  Exploración y extracción de petróleo en aguas profundas y convertirse en un centro procesador de crudo.
2.  Desarrollar parques industriales de alta tecnología para la producción de todo tipo de productos.
3.  Convertirse en centro de almacenamiento y distribución de contenedores.
¿Explorar o refinar petroleo?
La idea parte de la exploración petrolera toma en cuenta la situación geográfica en la que se encuentra Cuba y específicamente el puerto de Mariel. Como ha descrito el acucioso investigador Jorge Piñon, Cuba está situada estratégicamente en el centro de las cuencas del Golfo de México y el Mar Caribe, donde se produce el 49% de la producción de petróleo crudo y se concentra el 59% de la capacidad de refinación de petróleo del hemisferio, a las puertas del mayor consumidor e importador de petróleo del mundo: Estados Unidos.
En un principio tomó mucha fuerza la idea de la explotación de petróleo en aguas profundas en la Zona Económica Exclusiva (ZEE),  situada al norte de Cuba con una extensión de 112,000 km cuadrados. Pero los intentos realizados por encontrar petróleo fracasaron y, a mediano plazo, solo queda  la oportunidad de que la isla pueda convertirse en un centro de refinamiento.
En esa perspectiva  se planea la construcción de una base de almacenamiento en el puerto del Mariel, a 45 kilómetros de La Habana, la reanimación del puerto de supertanqueros en Matanzas, el oleoducto que comunica los puertos de Matanzas y Cienfuegos (centro-sur), y la ampliación de la ya modernizada  refinería de Cienfuegos, que pretende aumentar su capacidad de procesamiento de 65,000 a 150,000 barriles diarios. Pero esto dependerá del financiamiento que pueda dar Venezuela.
Producir bienes y servicios
El segundo objetivo es convencer a los inversores extranjeros de producir en Cuba bienes y servicios de alto valor agregado para la exportación.  Para ello, se ha creado la empresa ZDIM S.A., que es operada por una subsidiaria de GAESA, el holding de las Fuerzas Armadas cubanas.
La ZDEM pretende interconectarse con diferentes áreas de desarrollo e industrias a través de una infraestructura vial, ferroviaria y de comunicaciones de altas prestaciones. La estrategia es concentrar en una economía de maquiladoras -mano de obra barata y calificada- para producir bienes de alto valor agregado: electrodomésticos, computadoras, productos para la construcción, fabricación de productos de biotecnología para la exportación, alimentos y hasta el ensamblaje de automóviles.
Se prevé además que  se instalen industrias para la producción de envases de todo tipo que den soporte al mercado cubano y a la exportación.
Aunque los usuarios y concesionarios que operarán en la zona quedarán exentos del impuesto a la fuerza de trabajo, a las utilidades por 10 años y otras flexibilidades impositivas, las medidas son insuficientes y cuentan con las tradicionales barreras de la contratación de la mano de obra a través de una agencia empleadora del gobierno.
Mientras, la aprobación para otorgar las licencias de operaciones en la zona estará en manos gubernamentales, con el peligro de la centralización y burocratización de las decisiones en  manteria inversionista.
El negocio de los contenedores
El tercer propósito se encamina a crear una moderna infraestructura para el almacenaje y despacho de contenedores. El plan es que el puerto del Mariel absorba el tráfico de buques de carga que actualmente recibe el envejecido e ineficiente puerto de La Habana, que pasará a renovarse para la estrategia turística del país.
La gigantesca terminal portuaria que se pretende poner en marcha en el Mariel, ha tenido muy en cuenta el aprovechamiento de la  ampliación y renovación del Canal de Panamá, de cara al  2015, lo que implicará un escenario inédito para el comercio marítimo en la Cuenca del Caribe. Con el uso de los gigantescos buques conocidos como Post Panamax, el incremento de la actividad de trasbordo en la región será realmente sustancial.
La terminal portuaria se convertirá en la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano y será administrada por la compañía PSA International, de Singapur. Tendrá un muelle que medirá más de 2,000 metros, donde podrán atracar buques de gran calado, y una terminal con capacidad para recibir tres millones de contenedores al año.
En su etapa inicial está previsto que entren en explotación los primeros 700 metros de atraque  y una capacidad para almacenar un millón de contenedores al año. Se prevé que a comienzos del 2014 pueda recibir buques con mercancías de trasbordo hacia otros puertos de la región del Caribe y América.
El proyecto de la instalación incluye almacenes, cámaras frías, el suministro de combustible, la distribución de alimentos y otros servicios. Además contará con una red vial y ferroviaria conectada a las autopistas y vías existentes con el fin de garantizar el movimiento de mercancías que genera el puerto, llamado a ser el más importante de la isla.
Lo que va del sueño a la realidad
En teoría, el proyecto del Mariel se sustenta en una estrategia positiva de gran magnitud y a largo plazo. Sin embargo, en la práctica, el escenario actual presenta serias dificultades y retos.
En primer lugar, la ZEDM tendrá que enfrentar una fuerte competencia de los centros similares existentes en Panamá, Jamaica y otros países del Caribe y Centroamérica, todos con muchos años de experiencia, probada eficiencia operativa y precios competitivos. Además de tener mejores condiciones para desarrollar el comercio con el principal mercado de la región: Estados Unidos.
El proyecto cubano estará limitado por las medidas que se derivan del embargo norteamericano, como la prohibición de entrar a aguas territoriales de Estados Unidos a buques que hayan atracado en Cuba en los últimos seis meses.
A la vez, el desarrollo de la zona requiere de grandes capitales para su desarrollo, lo que se traduce en una presencia de larga estancia en la isla por parte de los inversores, que quedarían también atados a las regulaciones del embargo.
Tomando en consideración estos factores de riesgo, es difícil pronosticar que se produzcan inversiones de largo alcance en la primera etapa el proyecto. Más bien podrían ocurrir inversiones de mediano alcance, provenientes de los principales socios comerciales de Cuba: China, Brasil y Venezuela.
En verdad, el desarrollo de esta Zona requiere que las leyes sean más flexibles y más abiertas que las que ser acaban de poner en órbita. Y obviamente, se hace imprescindible una nueva Ley de Inversión Extranjera, anunciada por Raúl Castro a comienzos de año y postergada irracionalmente hasta los días de hoy. La legislación  pudiera introducir novedosas enmiendas para atraer capital de exiliados cubanos y reanimar el frente de cabildeo ante el Congreso por el levantamiento del embargo.
Porque no hay que engañarse. La ZEDM es un proyecto pensado, estructurado y puesto en la perspectiva futura de desbrozar el camino para la entrada de capital de las grandes compañías norteamericanas. Esa es la idea que inspira también al dinero brasileño invertido en esta apuesta y constituye la carnada para los potenciales inversionistas que a partir de hoy se lleguen por el lugar.
Pero eso todavía es un sueño de una noche de verano. En pleno noviembre en La Habana del 2013.
*Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.

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