DANIEL GONZÁLEZ CAPPA | EL UNIVERSAL
"En el fondo, Venezuela imita los mecanismos de bloqueo de Internet que se aplican en China". Así de tajante es Carlos Correa, director ejecutivo de la organización Espacio Público, aunque organizaciones internacionales aclaran que en el país no hay censura como tal.
El comunicador se refiere a los bloqueos a páginas web y enlaces Bit.ly ordenados por el Gobierno y llevados a cabo por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) con el fin de desarticular los portales de Internet que informaban sobre la cotización del dólar paralelo.
Para ello, Conatel pidió a ocho proveedores de Internet de Venezuela que bloquearan más de cien páginas que informaban sobre el valor del dólar y el euro en el mercado negro. No suficiente con ello, le abrió un proceso sancionatorio a los proveedores y pidió a Twitter eliminar las cuentas vinculadas en esa red social.
"Cuando analizas, las medidas (aplicadas por el Gobierno) son muy similares a lo que ocurre en China porque se responsabiliza a los proveedores e intermediarios del servicio de Internet sobre el contenido de terceros", explica Correa.
De acuerdo con Conatel, la difusión de esta información del dólar paralelo viola el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Resorteme), el cual establece que en los medios no está permitida la difusión de los mensajes que fomenten "zozobra en la ciudadanía o alteren el orden público".
Pero Espacio Público reitera que la medida es "arbitraria y unilateral", ya que no se hace un proceso judicial que justifique la acción, además de que el concepto de "zozobra queda a libre interpretación".
China posee un férreo control de Internet que impide a los internautas del país asiático visitar páginas con contenido prohibido por el Gobierno.
Para ello, el Estado chino se vale de un sistema de filtros y bloqueos conocido como "The Great Firewall". Páginas como Amnistía Internacional, Facebook, Twitter y algunos medios de información estadounidenses son redirigidos o simplemente bloqueados, explica la organización Freedom House.
La operación es llevada a cabo por los proveedores que están a cargo de los DNS (Domain Name Server), un sistema que traduce la dirección numérica de las páginas de Internet (IP). Cuando sale un contenido no deseado, los proveedores bloquean esa IP.
Correa aclara que muchas medidas aplicadas en China no están presentes en Venezuela, como el filtrado de resultados en los buscadores y un equipo de personas enfocadas en el monitoreo y bloqueo de páginas.
No es la primera vez que Venezuela enciende las alarmas por una posible censura en los medios electrónicos. Ya en el 2011 entró en la lista de países bajo vigilancia, elaborada por Reporteros Sin Frontera.
Ello se debía a una reforma a la Ley Resorte, aprobada por la Asamblea Nacional en 2010, con el fin de incluir a los medios electrónicos.
Aunque Freedom House explica que en Venezuela no hay censura, le llama la atención los consecuentes ataques a páginas web y cuentas de Twitter, bloqueos e interrupciones del servicio. El más sobresaliente fue el ocurrido el pasado 14 de abril, durante las elecciones presidenciales, cuando el Gobierno admitió haber "tumbado" el Internet por tres minutos para evitar ataques informáticos, dejando a gran parte del país sin el servicio. La acción se debió a una serie de ataques a cuentas de Twitter y páginas web.
El comunicador se refiere a los bloqueos a páginas web y enlaces Bit.ly ordenados por el Gobierno y llevados a cabo por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) con el fin de desarticular los portales de Internet que informaban sobre la cotización del dólar paralelo.
Para ello, Conatel pidió a ocho proveedores de Internet de Venezuela que bloquearan más de cien páginas que informaban sobre el valor del dólar y el euro en el mercado negro. No suficiente con ello, le abrió un proceso sancionatorio a los proveedores y pidió a Twitter eliminar las cuentas vinculadas en esa red social.
"Cuando analizas, las medidas (aplicadas por el Gobierno) son muy similares a lo que ocurre en China porque se responsabiliza a los proveedores e intermediarios del servicio de Internet sobre el contenido de terceros", explica Correa.
De acuerdo con Conatel, la difusión de esta información del dólar paralelo viola el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos (Resorteme), el cual establece que en los medios no está permitida la difusión de los mensajes que fomenten "zozobra en la ciudadanía o alteren el orden público".
Pero Espacio Público reitera que la medida es "arbitraria y unilateral", ya que no se hace un proceso judicial que justifique la acción, además de que el concepto de "zozobra queda a libre interpretación".
China posee un férreo control de Internet que impide a los internautas del país asiático visitar páginas con contenido prohibido por el Gobierno.
Para ello, el Estado chino se vale de un sistema de filtros y bloqueos conocido como "The Great Firewall". Páginas como Amnistía Internacional, Facebook, Twitter y algunos medios de información estadounidenses son redirigidos o simplemente bloqueados, explica la organización Freedom House.
La operación es llevada a cabo por los proveedores que están a cargo de los DNS (Domain Name Server), un sistema que traduce la dirección numérica de las páginas de Internet (IP). Cuando sale un contenido no deseado, los proveedores bloquean esa IP.
Correa aclara que muchas medidas aplicadas en China no están presentes en Venezuela, como el filtrado de resultados en los buscadores y un equipo de personas enfocadas en el monitoreo y bloqueo de páginas.
No es la primera vez que Venezuela enciende las alarmas por una posible censura en los medios electrónicos. Ya en el 2011 entró en la lista de países bajo vigilancia, elaborada por Reporteros Sin Frontera.
Ello se debía a una reforma a la Ley Resorte, aprobada por la Asamblea Nacional en 2010, con el fin de incluir a los medios electrónicos.
Aunque Freedom House explica que en Venezuela no hay censura, le llama la atención los consecuentes ataques a páginas web y cuentas de Twitter, bloqueos e interrupciones del servicio. El más sobresaliente fue el ocurrido el pasado 14 de abril, durante las elecciones presidenciales, cuando el Gobierno admitió haber "tumbado" el Internet por tres minutos para evitar ataques informáticos, dejando a gran parte del país sin el servicio. La acción se debió a una serie de ataques a cuentas de Twitter y páginas web.
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