viernes, noviembre 22, 2013

Cuba: Un ex-fusilador arrepentido

Cubanet

LA HABANA, Cuba, noviembre de 2013, www.cubanet.org. – Juan Lázaro Ávila Herrera, un impedido físico (tiene lisiada la pierna derecha), está arrepentido de haber pertenecido en su juventud a un pelotón de fusilamiento en la fortaleza de La Cabaña.
Cuando militaba en la Asociación de Jóvenes Rebeldes,  con tan solo 18 años,  fue captado  para  pertenecer a los pelotones de fusilamiento. Recuerda que junto a él captaron a un grupo de 23 jóvenes, todos con edades  entre 16 y 20 años.
Según afirma, a veces los ejecutores se apoderaban de sortijas y otras prendas de los fusilados.
Una vez fue acusado de contrarrevolución y llevado a la prisión del Príncipe. Cuenta  que en el juicio estaba tan asustado que se defecó en los pantalones. Pensó que sería fusilado, pero salió absuelto. A  pesar de ello, luego que salió de la cárcel,  durante una semana tuvo que ir a firmar   todos los días a una unidad de la policía.
“Estuve infiltrado en  una banda contrarrevolucionaria y participé en varios  operativos. En uno de ellos detuve a un cura, a  quien le fueron confiscados en el sótano de la iglesia,  explosivos y armas, además de un mapa donde estaban plasmados los  lugares que serían volados”, refiere.
Dice estar arrepentido de haber estado a punto de asesinar  a un hombre llamado José Díaz cuando lo detuvo  en su vivienda, donde le ocuparon 14 AK y varias pistolas Makarov. “Le puse la pistola en la frente y apreté el gatillo. Si no lo maté, fue porque el arma se trabó”, dijo.
Fungió como investigador del MININT en la unidad policial de Guanabacoa,  atendiendo  casos de robos de autos y violaciones en la zona de las  playas del este de la capital. Recuerda que una vez, cuando  investigaba un caso de violación  de una  menor de 12 años, se violentó y  con   la culata de su pistola golpeó en la cabeza  al detenido que interrogaba.
Ávila perteneció además a la  Marina Mercante. Dice haber transportado armas y azúcar a varios países, entre ellos  Angola, Nicaragua y Honduras. Afirma que a este último país, una vez fueron enviadas  10 mil  toneladas de azúcar, que no fueron para el pueblo hondureño sino que fueron transportadas a un barco norteamericano que se encontraba fondeado cerca de su barco.
“Fue un error haberle dedicado casi toda  mi vida a la revolución. Me pregunto a cada instante para qué luché”, dijo a este reportero.
Ávila Herrera se retiró con 279 pesos de pensión. Vive agregado en una vivienda que  es un pasillo con cocina y baño. Se decidió a contar su historia a la prensa independiente porque se siente muy decepcionado con el gobierno al que sirvió y por el que estuvo dispuesto a morir y matar.

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