Jose Monzo Marco
La popularización del término estadístico “long tail distribution” [distribuciones de “larga cola”] se debe principalmente a Chris Anderson, editor jefe de la revista Wired, que escribió un artículo sobre este interesante fenómeno asociado a Internet allá por el mes de octubre de 2004 y del que en 2006 se publicó el libro en inglés [el libro está publicado en castellano con el título “La Economía Long Tail” por la editorial Tendencias] convirtiéndose rápidamente en un éxito de ventas mundial.
El fenómeno de la “larga cola” se puede interpretar como una tendencia emergente por la que gracias a la tecnología de Internet el mercado de masas [donde la distribución de Pareto del 80/20 –el 80% de las ventas lo produce el 20% de las referencias- se cumple casi siempre: sólo unos pocos productos producen la mayor parte de los resultados] se está convirtiendo en un mercado de nichos: por primera vez en la sociedad de consumo, la venta de pequeñas cantidades es rentable.
La explicación del autor es bastante convincente: en un mercado marcado por la escasez de medios para exponer los productos [la metáfora del espacio de exposición de una tienda física es perfecta] es lógico que unos pocos productos alcancen el éxito [la limitación física de los escaparates en las tiendas o en los grandes almacenes actúa de filtro, al igual que el espacio publicitario destinado en los medios de comunicación] pero cuando el espacio de exposición es virtualmente infinito [tiendas virtuales en Internet] entonces la “larga cola” de productos que se extiende detrás de los éxitos es virtualmente infinita, como podemos observar en el gráfico.
Este fenómeno del Long Tail no implica necesariamente que con las tiendas virtuales desaparezca totalmente la típica distribución de Pareto, pero sí ejemplifica que la curva puede llegar a tener una distribución algo más parecida a una proporción 50/20 –el 50% de las ventas los produce el 20% de las referencias, lo que significa que el restante 80% de referencias produce el otro 50% de resultados-, o algo más plana en ambos lados, del orden de una proporción 20/20 –el 20% de las ventas lo produce el 20% de las referencias- lo que en la práctica algunos interpretan como el fin de la distribución continua de Pareto [1] [o de su equivalente discreto en la distribución de Zipf [2] o regla del rango-tamaño], lo que no es totalmente cierto porque en el mundo real o en el virtual siempre se venderán mucho más unas cosas que otras, pero, eso sí, “La Economía Long Tail” viene a recordarnos que ese 80% de referencias que aparentemente podríamos desechar en un entorno económico pre-Internet, en la economía virtual van a tener una importancia estratégica por la emergencia de mercados de nicho que van a nutrir y alargar la cola de productos, es decir con la tienda virtual seguirán habiendo productos “best-sellers”, sin duda, pero es muy posible que su cifra de ventas sea prácticamente igual al resto de productos que dejan tras de sí. Esa es la “La Economía Long Tail” que nos espera.
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La popularización del término estadístico “long tail distribution” [distribuciones de “larga cola”] se debe principalmente a Chris Anderson, editor jefe de la revista Wired, que escribió un artículo sobre este interesante fenómeno asociado a Internet allá por el mes de octubre de 2004 y del que en 2006 se publicó el libro en inglés [el libro está publicado en castellano con el título “La Economía Long Tail” por la editorial Tendencias] convirtiéndose rápidamente en un éxito de ventas mundial.
El fenómeno de la “larga cola” se puede interpretar como una tendencia emergente por la que gracias a la tecnología de Internet el mercado de masas [donde la distribución de Pareto del 80/20 –el 80% de las ventas lo produce el 20% de las referencias- se cumple casi siempre: sólo unos pocos productos producen la mayor parte de los resultados] se está convirtiendo en un mercado de nichos: por primera vez en la sociedad de consumo, la venta de pequeñas cantidades es rentable.
La explicación del autor es bastante convincente: en un mercado marcado por la escasez de medios para exponer los productos [la metáfora del espacio de exposición de una tienda física es perfecta] es lógico que unos pocos productos alcancen el éxito [la limitación física de los escaparates en las tiendas o en los grandes almacenes actúa de filtro, al igual que el espacio publicitario destinado en los medios de comunicación] pero cuando el espacio de exposición es virtualmente infinito [tiendas virtuales en Internet] entonces la “larga cola” de productos que se extiende detrás de los éxitos es virtualmente infinita, como podemos observar en el gráfico.
Este fenómeno del Long Tail no implica necesariamente que con las tiendas virtuales desaparezca totalmente la típica distribución de Pareto, pero sí ejemplifica que la curva puede llegar a tener una distribución algo más parecida a una proporción 50/20 –el 50% de las ventas los produce el 20% de las referencias, lo que significa que el restante 80% de referencias produce el otro 50% de resultados-, o algo más plana en ambos lados, del orden de una proporción 20/20 –el 20% de las ventas lo produce el 20% de las referencias- lo que en la práctica algunos interpretan como el fin de la distribución continua de Pareto [1] [o de su equivalente discreto en la distribución de Zipf [2] o regla del rango-tamaño], lo que no es totalmente cierto porque en el mundo real o en el virtual siempre se venderán mucho más unas cosas que otras, pero, eso sí, “La Economía Long Tail” viene a recordarnos que ese 80% de referencias que aparentemente podríamos desechar en un entorno económico pre-Internet, en la economía virtual van a tener una importancia estratégica por la emergencia de mercados de nicho que van a nutrir y alargar la cola de productos, es decir con la tienda virtual seguirán habiendo productos “best-sellers”, sin duda, pero es muy posible que su cifra de ventas sea prácticamente igual al resto de productos que dejan tras de sí. Esa es la “La Economía Long Tail” que nos espera.
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