Los obispos cubanos afirmaron este domingo en una carta pastoral que "las esperanzas de un futuro mejor incluyen también un nuevo orden político".
"Como ha venido ocurriendo en el aspecto económico, creemos imprescindible en nuestra realidad cubana una actualización o puesta al día de la legislación nacional en el orden político", señala el documento La esperanza no defrauda, leído este domingo en todos los templos del país.
La carta pastoral, que celebra los 20 años de El amor todo lo espera, asegura que han surgido en la Isla "incipientes espacios de debate y discusión en diferentes instancias y ambientes, en ocasiones creados por los mismos ciudadanos: intelectuales, jóvenes y otros".
Añade que, desde la base, dichos sectores "han expresado de distintos modos su visión de los cambios necesarios en Cuba con opiniones y propuestas serias y diversas".
"Esto indica que Cuba está llamada a ser una sociedad plural, siendo la suma de muchas realidades cubanas o, en otras palabras, Cuba es la nación de todos los cubanos, con sus diferencias y aspiraciones, aunque no siempre haya sucedido así", indica al texto.
Los prelados consideran que "debe haber derecho a la diversidad con respecto al pensamiento, a la creatividad, a la búsqueda de la verdad. De la diversidad surge la necesidad del diálogo".
"Se ha abierto así una etapa de nuestra historia que comienza a mostrar nuevas posibilidades cuando se ponen en práctica en el país un conjunto de medidas que inciden en el entorno económico, social y, hasta cierto punto, político", añade la carta.
'Apremio en la ciudadanía'
Los obispos firmantes ven en las "reformas incipientes" de Raúl Castro "un reflejo claro, aunque aún incompleto, de demandas largamente anheladas por la población cubana".
Citan "algunos cambios", entre ellos: "el retorno de las escuelas secundarias e institutos preuniversitarios a las ciudades, la puesta en libertad de presos por sus ideas políticas y otras causas, y el usufructo de tierras para el cultivo".
También mencionan "la eliminación de ciertas medidas restrictivas que atentaban contra la dignidad de los ciudadanos por ser limitaciones impuestas a la libertad misma de los cubanos, como son las prohibiciones de hospedarse en los hoteles, de crear una pequeña empresa privada o familiar, vender y comprar propiedades o viajar al exterior, etc".
"Los obispos de Cuba queremos ver (...) el inicio de un proceso de reformas siempre más amplias en bien de la población y de las nuevas generaciones de cubanos", señalan.
Dicen confiar en que dichas reformas, "al igual que otras acciones que consideramos necesarias, lleguen ciertamente a alcanzarse, pues experimentamos apremio en la ciudadanía con respecto a esas aspiraciones".
El contexto de la carta
Un laico católico, que pidió omitir su nombre, indicó que "lo más importante es el contexto en el que presentan la carta, hablando de esperanza".
"Estamos en un momento de parálisis y fatiga de un proyecto. De hecho, esto es algo que afecta a la propia Iglesia, especialmente al cardenal, que en los últimos años había apostado por las reformas de Raúl", explica.
La publicación del documento se produce, aparentemente, a poco tiempo de anunciarse un nuevo arzobispo de La Habana, en sustitución del cardenal Jaime Ortega, a quien el anterior papa, Benedicto XVI, no le aceptó la renuncia hace ya dos años.
"Interpreto que los obispos están asustados y preocupados por la poca reacción actual del gobierno, del cual alguno de ellos fueron valedores en el extranjero", añadió el laico.
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