martes, agosto 20, 2013

Peloteros cubanos: ¿ESCAPAN Y/O LOS ENVÍAN?

Por Andrés Pascual

Que un atleta cubano de los deportes béisbol y boxeo decida emprender el camino hacia empeños superiores como profesionales del oficio y triunfe no debe constituir una extrañeza para nadie; históricamente, el nacional de la Mayor de las Antillas fue un elemento indispensable de la competencia en niveles de importancia en estas disciplinas, tanto en el circuito amateur como profesional.
 
De tal forma fue interesante y decisiva la participación cubana en instancias de primer nivel, que las Series Mundiales de Beisbol Amateur no se hubieran podido desarrollar con éxito cuando se ampliaron y cambiaron de escenario, en 1939, sin la intervención de los atletas aficionados cubanos; las Series del Caribe contaron en tal medida con el beisbol criollo para su éxito que, cuando Castro destruyó el Imperio Regional de la Pelota con sede en La Habana, el evento quedó prácticamente al garete en clase, entusiasmo e influencias, golpeado de tal forma que durante diez años vagó, a pesar de Bobby Maduro,  como alma en pena por el firmamento del beisbol invernal confederado.
 
Todos los peloteros cubanos quisieran jugar como profesionales; pero el riesgo es enorme y no solo para el jugador, si no para la familia que quede en Cuba hasta que pueda, si puede, reunirse con ellos (aunque se han superado esos "escollos" sospechosamente"). Debajo Isasi y Fernando Sánchez:
 
El cuadro miserable de la familia cubana, ante decisiones verdaderamente personales y soberanas, es el motor impulsor de la alternativa de saltar al profesionalismo, lo que puede verse en la deprimente fotografía de la familia del pitcher Yadel Martí (foto inicial), un individuo que hace mucho rato debió ser millonario por el trabajo desarrollado decentemente con el talento que Dios le dio.

No es posible que haya un lugar en el mundo que ofrezca por sus servicios cantidades enormes de dinero y que, amparado en decretos de una crápula que vive mejor y con más lujos que Bill Gates, un jugador de pelota cubano tenga que malvivir en medio de la miseria más abrumadora y decepcionante (foto debajo Armando Capiró)
 
Esas han sido las razones que resultan en los arreglos de juegos en Cuba; o que terminan con la vida de peloteros retirados que encuentran, como única salida, la botella de mala bebida criminal y sobran los ejemplos de estos casos lamentables como Fermín Lafitta (foto debajo) -fallecido- o Luis Giraldo Casanova, a quien rescataron de esa clase de suicidio, porque el régimen entendió, con la falacia y la hipocresía de siempre, que era una mala imagen que, acaso el mejor pelotero cubano que no jugó profesionalmente en los últimos 47 años, se extinguiera de tan bárbara forma; entonces le permitieron ir a Colombia como entrenador y le pusieron a dirigir un equipo en la Serie Nacional:
Casanova no saltó por su familia y me consta, nunca fue revolucionario, de hecho, nadie le vio retratado al lado del tirano, como acostumbran hacer allá para perjudicar la imagen del pelotero, sobre todo en el exterior y con base principal en el exilio de Miami. En la foto, de izq. a derecha, Muñoz, Casanova y Rogelio Garcia:
 
Tal vez Casanova se hubiera quedado en estos tiempos para jugar profesionalmente; yo no lo dudo y, como él, muchos otros jugadores de grandes condiciones, que quedaron rehenes de sí mismos y de la circunstancia, que jamás podrán ser comparados con el resto previo al castrismo, porque, lamentablemente, no se probaron en el profesionalismo; pero, que nadie lo dude, en la medida que esos peloteros de condiciones soberbias perdieron la oportunidad de brillar con luz propia en el firmamento de las Grandes Ligas, el propio Béisbol Organizado acaso nunca sepa lo que se perdieron como elementos de clase e interés para semejante tipo de béisbol.
 
Una foto como las de abajo, de los primeros días del experimento diabólico en 1959, confundió a todo el mundo fuera de Cuba y dio inicio a la leyenda del Castro pelotero, que ha llegado tan lejos como hacerle creer al publico que Joe Cambria lo consideró un superprospecto, cuando la realidad fue que nunca sirvió para nada en el béisbol y su única preocupación ha sido debilitar este deporte a extremos ridículos en el país.
 
La otra foto debajo ilustra perfectamente la evolución del personaje: ni decrepito quiere quedar fuera de su verdadero juego, el protagonismo maldito y pernicioso que ha  liquidado al béisbol cubano.
 
Sin embargo, la salida ilegal de los peloteros y boxeadores cubanos en los últimos tiempos esta cubierta siempre por la duda y la sospecha de si fue una decisión personal; o un envió con total responsabilidad de la dictadura en el asunto.
Hace algunos años, el Depto. de Estado americano multó a los Yanquis de Nueva York en suma no revelada por violación del Embargo ¿Cuál pudo haber sido ese delito político-económico de la gerencia neoyorquina; sino la firma de alguno de los jugadores cubanos que han estado en su plantilla en los últimos anos y se habló de José Contreras mayormente? Como todo en cuanto a las relaciones de Castro con los gobiernos americanos durante 50 años, las cosas solo las conocen Castro y los americanos y todo es todo, incluyendo el deporte.
Teniendo en cuenta que la dictadura hace lo que sea por buscar cuatro pesos, nadie duda de que este movimiento de atletas hacia acá este manipulado desde el Consejo de Estado. Ya con Méjico existe un acuerdo que, según un periodista que escribió sobre la cesantía de Víctor Mesa por el Veracruz, se enviarían dos lanzadores como refuerzos importados al club y, yo sugiero esperar porque, como decía Johnny Carson, "todavía falta más... en breve, en breve".

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