sábado, agosto 17, 2013

Daniel Ortega amenaza con reclamar la provincia costarricense de Guanacaste

Guanacaste
vo conflicto diplomático conCosta Rica al anunciar que podría reclamar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la soberanía de Nicaragua sobre la provincia costarricense de Guanacaste, informa Europa Press.
En un discurso pronunciado esta semana en un acto militar, Ortega reveló que estaba considerándolo, «dadas las circunstancias y que es un tema que no ha sido debatido en la CIJ». «Eso permitiría a Nicaragua recuperar un inmenso territorio», dijo. El líder sandinista explicó que a lo largo de estos años ha intentado dialogar con Costa Rica, pero sin éxito. «Así que, mientras no contemplen esa posibilidad, no queda más camino que seguir hacia la CIJ», argumentó.
Daniel Ortega considera que hay «fundamentos históricos» para reivindicar la soberanía nicaragüense sobre Guanascate, ya que esta provincia fue cedida a Costa Rica «cuando el país estaba enfrentando el expansionismo "yanqui"».
El primero en reaccionar ha sido el ministro de Exteriores de Costa Rica, Enrique Castillo. «Es una bravuconada y una falta de respeto a Costa Rica y al Derecho Internacional», aseguró, según ha informado el diario costarricense «La Nación». Castillo recordó que «es la segunda vez en poco más de dos años que (el Gobierno nicaragüense) hace unas declaraciones de ese tipo», por lo que «es obvio que lleva adelante una política expansionista y que quiere atizar la xenofobia» contra los costarricenses.
En este contexto, la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, ha convocado una reunión de emergencia con su equipo de política exterior. «Nuestra obligación es prestar atención cuando se amenaza a un país con cercenarle una importante porción de su territorio», ha dicho. Chinchilla ha considerado que las palabras de Ortega «evidencian el desprecio a la historia y a la hermosa amistad que ha prevalecido entre nicaragüenses y costarricenses», y que «son difíciles de entender porque Costa Rica no ha hecho nada para provocar este tipo de reacciones».

Nota de protesta

Finalmente, el Gobierno de Chinchilla acordó enviar una nota de protesta al embajador de Nicaragua en San José, Harold Rivas, y llamar a consultas al embajador de Costa Rica en Managua, Javier Sancho, según informó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
«El Gobierno de Costa Rica deploró las gravísimas declaraciones del presidente Ortega, quien públicamente anunció la pretensión de reclamar la provincia de Guanacaste, enteramente costarricense», señala la nota de protesta. San José ha considerado que se trata de «una provocación de mala fe» y «un gesto inamistoso que daña gravemente las relaciones bilaterales», ya que «de ninguna forma constituye el camino para la convivencia en paz y en armonía como lo anhelan costarricenses y nicaragüenses».
Además, ha sostenido que «esta nueva ofensa de Nicaragua se inscribe en su política de rechazo e irrespeto al Tratado de Límites Cañas-Jerez de 1858, de la que este país viene haciendo gala, a través de la ocupación y posterior reivindicación de una parte del territorio costarricense» en el Río San Juan y sus islas. Así, ha exigido a su vecino regional que «cese todo intento de reivindicación de territorio costarricense y que cumpla con los instrumentos jurídicos que gobiernan nuestra frontera y nuestras relaciones limítrofes».

Disputa centenaria

La disputa territorial se remonta a la época de la independencia centroamericana de España. Durante el proceso, se crearon la provincia de Guatemala y la de Nicaragua y Costa Rica, que finalmente se dividió en dos, quedando Guanacaste bajo jurisdicción nicaragüense. Costa Rica invitó a la anexión a los municipios fronterizos, entre ellos Guanacaste. Cada uno celebró una votación para decidir y en Guanacaste se rechazó, pero como sus autoridades estaban a favor se dejó a la decisión de la entidad territorial superior, Nicoya, que aceptó.
Para resolver las tensiones limítrofes, en 1858 Costa Rica y Nicaragua firmaron y aprobaron en sus parlamentos el Tratado de Cañas-Jerez, por el que Managua reconoce la anexión de Guanacaste a San José. Sin embargo, apenas una década después, Nicaragua comenzó a plantear objeciones a la validez del acuerdo bilateral, que intentaron resolverse con instrumentos auxiliares, aunque sin éxito, por lo que ambos países decidieron dejarlo a la elección de Estados Unidos, que lo ratificó.

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