En tanto un grupo de congresistas estadounidenses, todos de origen cubano, se dirigían formalmente a Washington para pedir que se le negara la visa de los Estados Unidos a Antonio Castro Soto del Valle; al gobierno de la isla, más que la entrada del hijo, parece estarle preocupando la salida del padre, de este mundo.
Sí, la despedida del padre. Resulta que la extraña fascinación por la muerte y el espíritu funerario del ex Comandante en Jefe, ha llegado a tal nivel de aberración que ordenó, hace algún tiempo, la creación de una comisión especial (obviamente dirigida por él), encargada de reorganizar y supervisar la perfecta ejecución de lo que será su funeral.
Un adiós que sólo en preparación ya alcanza una cifra capaz de saciar hasta el apetito del voraz gigante Pantagruel. La agonizante súper-estrella del vano comunismo, adora compartimentar y las partes involucradas todavía no se logran juntar, como medida de seguridad, para poder diseñar lo que el futuro finado vaticina será un acto lleno de solemnidad y precisión de reloj suizo.
La parte estratégica militar parece estar dispuesta en detalles. También los tiros de salvas de veintiún cañonazos, el fúnebre discurso, la ceremonia luctuosa, y la banda al completo con el maestro y sus lictores que, como corresponde unos vestirán de negro y el resto de verde olivo.
Por supuesto, la participación popular, como en cualquier otro desfile oficial, será obligada y masiva. Aunque en esta ocasión, por especial, asegura una nutrida representación de mimos, cargadores de retratos, plañideras y llorones que de forma espontánea corearán entre sollozos consignas representativas, entre las que no deben faltar, “Cuba sí, yankis no”, “viva Fidel”, “patria o muerte”, “socialismo o muerte” y “Los 10 millones van”….no, perdón, esta última creo que no.
Para evitar las sorpresas y mantener engrasado el mecanismo, el MININT, las FAR, y los CDR, con cierta regularidad repasan dos capítulos del plan que guarda cierta asociación con misiones de combate: “Acciones para salvaguardar la integridad física de la nación” y “Preservar el orden”.
El autor de “Reflexiones” le ha metido tanto empeño a esta mega locura, y esperemos que sea la última, que con el fin de eternizar lo que un día fue su estrado, este sábado 13 julio y hoy lunes 15, pese a todas las actividades infantiles previamente programadas para realizar durante todo este verano, el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución cerró sus puertas al público para realizar allí un par de ensayos generales de lo que será el faraónico mortuorio, y además de revisar los detalles de tan funesta ceremonia, el aún no difunto solicitó analizar, seleccionar y autorizar personalmente los diferentes materiales fílmicos que sobre su vida y su obra trasmitirá la televisión cubana durante el duelo nacional.
En lo que todavía no está muy claro es la ubicación que tendrán los invitados con respecto a la cercanía del féretro. Cada vez que hay un nuevo ensayo, les cambia el puesto - sean Majestades, jefes de Estado o de Gobierno – rompiendo todas las reglas del protocolo, ajustándose solamente al comportamiento que según el profeta, estos tendrán.
El señor que originalmente fue designado como ejecutor del plan, repetía a modo de chiste y con cierta teatralidad que tanta centralización en las decisiones de un funeral concentradas precisamente en las manos de quien será el difunto, entorpecen la actualización de medidas que – por paranoia, superstición, creencia o trastorno bipolar – pasaron del embalsamamiento a sepultura; y de ahí, al olimpo del fogón, la cremación.
Sí, la despedida del padre. Resulta que la extraña fascinación por la muerte y el espíritu funerario del ex Comandante en Jefe, ha llegado a tal nivel de aberración que ordenó, hace algún tiempo, la creación de una comisión especial (obviamente dirigida por él), encargada de reorganizar y supervisar la perfecta ejecución de lo que será su funeral.
Un adiós que sólo en preparación ya alcanza una cifra capaz de saciar hasta el apetito del voraz gigante Pantagruel. La agonizante súper-estrella del vano comunismo, adora compartimentar y las partes involucradas todavía no se logran juntar, como medida de seguridad, para poder diseñar lo que el futuro finado vaticina será un acto lleno de solemnidad y precisión de reloj suizo.
La parte estratégica militar parece estar dispuesta en detalles. También los tiros de salvas de veintiún cañonazos, el fúnebre discurso, la ceremonia luctuosa, y la banda al completo con el maestro y sus lictores que, como corresponde unos vestirán de negro y el resto de verde olivo.
Por supuesto, la participación popular, como en cualquier otro desfile oficial, será obligada y masiva. Aunque en esta ocasión, por especial, asegura una nutrida representación de mimos, cargadores de retratos, plañideras y llorones que de forma espontánea corearán entre sollozos consignas representativas, entre las que no deben faltar, “Cuba sí, yankis no”, “viva Fidel”, “patria o muerte”, “socialismo o muerte” y “Los 10 millones van”….no, perdón, esta última creo que no.
Para evitar las sorpresas y mantener engrasado el mecanismo, el MININT, las FAR, y los CDR, con cierta regularidad repasan dos capítulos del plan que guarda cierta asociación con misiones de combate: “Acciones para salvaguardar la integridad física de la nación” y “Preservar el orden”.
El autor de “Reflexiones” le ha metido tanto empeño a esta mega locura, y esperemos que sea la última, que con el fin de eternizar lo que un día fue su estrado, este sábado 13 julio y hoy lunes 15, pese a todas las actividades infantiles previamente programadas para realizar durante todo este verano, el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución cerró sus puertas al público para realizar allí un par de ensayos generales de lo que será el faraónico mortuorio, y además de revisar los detalles de tan funesta ceremonia, el aún no difunto solicitó analizar, seleccionar y autorizar personalmente los diferentes materiales fílmicos que sobre su vida y su obra trasmitirá la televisión cubana durante el duelo nacional.
En lo que todavía no está muy claro es la ubicación que tendrán los invitados con respecto a la cercanía del féretro. Cada vez que hay un nuevo ensayo, les cambia el puesto - sean Majestades, jefes de Estado o de Gobierno – rompiendo todas las reglas del protocolo, ajustándose solamente al comportamiento que según el profeta, estos tendrán.
El señor que originalmente fue designado como ejecutor del plan, repetía a modo de chiste y con cierta teatralidad que tanta centralización en las decisiones de un funeral concentradas precisamente en las manos de quien será el difunto, entorpecen la actualización de medidas que – por paranoia, superstición, creencia o trastorno bipolar – pasaron del embalsamamiento a sepultura; y de ahí, al olimpo del fogón, la cremación.
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