jueves, julio 25, 2013

El conglomerado militar-industrial cubano

Complejo de Valle Grande con reparadadora de tanques, medios blindados, maquinas ingenieras y metalurgica [Carretera de El Morado entre Autopista a San Antonio y carretera a El Chico]/ Google Earth
cafefuerte
Por Juan Reynaldo Sánchez*
El error es sencillamente garrafal y no parece que pueda tener una justificación diplomática razonable, por mucho que los gobiernos de Cuba y Corea del Norte se esmeren en presentar la pifia como un descuido o una rutina comercial sin mayor importancia.
Luego del silencio y las gestiones tras bambalinas ante Panamá por parte de la cancillería cubana, vino una explicación que ni los más allegados defensores del régimen de Raúl Castro han podido digerir sin tragar varias veces en seco. Porque justificar la presencia de 240 toneladas métricas de equipamiento bélico a bordo de la embarcación Chong Chon Gang como parte de un cargamento que se transportaba a territorio norcoreano para ser reparado y posteriormente devuelto a Cuba es un argumento realmente risible.

Desde la era soviética la industria militar cubana se mantuvo creciendo. Hoy, atravesado ya el período especial y el derrumbe del campo socialista, esta industria cuenta con 67 empresas distribuidas en todo el país, las que componen la Unión Industrial Militar (UIM).
Conglomerado militar
La oferta de prestaciones y servicios brindados por este conglomerado empresarial militar, según el propio Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR), es la siguiente:
  • Reparación y mantenimiento de medios blindados de transporte y medios blindados en general.
  • Reparación y mantenimiento de aviones y helicópteros de combate.
  • Armamento de infantería y artillería.
  • Equipos electrónicos y otros servicios y producciones.
Cuba cuenta con las instalaciones y el potencial humano necesarios para acometer en su territorio cualquier reparación del armamento que posee. Sus producciones van desde fusiles AKM con miras telescópicas hasta cohetes y cañones autopropulsados, fabricados por ingenieros cubanos en las empresas mencionadas. Por ejemplo, el fusil Mambí calibre 12.7 -construido en Cuba desde los años 80- es muy similar al fusil calibre 50 para francotiradores del Ejército estadounidense.
Al menos hay tres instalaciones en territorio cubano en producción activa de armamentos: la fábrica “Ernesto Che Guevara”, en Manicaragua, Villa Clara; la “Desembarco del Granma”, en Santiago de Cuba; y la reparadora y modificadora de equipos blindados y tanques, en Valle Grande, al oeste de La Habana. Fue esta última instalación uno de los lugares visitados por Kim Kyok Sik, jefe de Estado Mayor General del Ejército Popular de Corea, durante su visita oficial a Cuba del 28 de julio al 1ro de julio.
De combinadas cañeras a equipo bélico
A la vez, las fábricas de combinadas cañeras KTP-1 y KTP-2 están dedicadas actualmente a modificar medios blindados y artillería autopropulsada del equipamiento militar cubano.
Hay pruebas fotográficas y videos que demuestran el potencial de creación de las FAR en estas fábricas de reparaciones y producciones armamentistas (Les recomiendo ver el video con que acompaño este artículo).

De cualquier manera salta la pregunta de por qué trasladar hacia Corea del Norte, en un barco que por demás tenía antecedentes de trasportación ilegal de armas y drogas, un armamento que en años anteriores se ha reparado y aún puede repararse en Cuba.

Las únicas limitaciones que tiene el gobierno cubano para acometer este tipo de reparaciones  son de índole económica. No cuentan con el dinero suficiente para adquirir nuevos medios sofisticados de combate, y ni siquiera pueden comprar las piezas y componentes necesarios para mantener en forma todo su arsenal bélico. Entonces por qué trasladar ese armamento hacia Corea del Norte para repararlo y regresarlo a Cuba, cuando es más económico adquirir las piezas de los coreanos y reparar los equipos en fábricas cubanas.
Un mercado alternativo
La respuesta hay que buscarla no en los argumentos del gobierno cubano, sino en la pista real de que Cuba está tratando de insertarse en el mercado alternativo de ventas de armas que el gobierno de Corea del Norte tiene establecido en países del Medio Oriente, Africa y el sudeste asiático.

No me cabe duda de que el gobierno cubano está buscando una entrada de dinero como resultado de la venta ilegal de armamentos que le posibilite a la vez reinvertir las ganancias para comprar otro tipo de armas más modernas, así como componentes para las que ya posee. Debe recordarse además que la versión coreana del armamento ruso es muy deficiente y este armamento cubano es originalmente soviético, de mucha mejor calidad que el producido en Corea del Norte.

Por eso, el cuento chino de que esas armas van a repararse a Corea del Norte no lo puede creer nadie que tenga el mínimo conocimiento de la industria militar cubana, y la capacidad adquirida por sus ingenieros y técnicos.

Desde 1967 Cuba fue capaz de producir los neumáticos que llevaban los aviones de combate Mig-15 y en 1984 adquirió en el mercado negro unas máscaras de visión nocturna, novedad para la época y entonces en manos de pocos países. La industria cubana las copió y produjo satisfactoriamente. Desde entonces a esta fecha, la industria militar cubana ha dado pasos consistentes.
Chapucería imperdonable
Por otro lado llama mucho la atención la chapucera operación en este traslado ilegal de armas. Estuve en Corea del Norte en 1986 y conozco que los coreanos no son dados a escuchar sugerencias, por lo que me inclino a pensar de que esta fue una operación concebida y ejecutada por los norcoreanos sin escuchar las recomendaciones cubanas para enmascarar el traslado del  material bélico. Cuba posee experiencia en tráfico de armas durante la intromisión en América Latina en las décadas de los 60 y 70,  y posteriormente durante la guerra de Angola, a partir de 1975.Sin embargo, en cualquiera de los casos, el gobierno cubano violó la resolución establecida en el 2006 por Naciones Unidas sobre el embargo de armas a Corea del Norte.

En medio de este atolladero diplomático y político de magnitud internacional, la estrategia del gobierno cubano será restarle importancia al asunto y mantener silencio hasta que pase la tempestad. Habrá posiblemente sanciones y reprimendas por parte de Naciones Unidas, con alguna oposición de los aliados tradicionales de La Habana. Y pasará el capítulo de esta crisis azucarada de los misiles, con ingredientes de tragicomedia tropical y suciedad coreana hasta la última bodega de su barco impresentable.

Pero las aguas tomarán nuevamente su curso y dudo mucho que el gobierno cubano renuncie a este multimillonario negocio, que apenas enfrenta su primer tropiezo en aguas del Caribe.
*Juan Reynaldo Sánchez fue escolta personal de Fidel Castro entre 1968 y 1994, con grados de teniente coronel. Fue destituido y cumplió prisión en Cuba. Logró abandonar la isla en el 2008 y actualmente reside en Miami. Tiene en preparación un libro sobre su experiencia en la seguridad personal del gobernante cubano.
Video sobre armamentos cubanos:

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