Este mensaje podría reforzar la reputación de Brasil como un líder entre los gobiernos de América Latina que en los últimos años han abrazado un izquierdismo más moderado, mezclando sólidas políticas sociales con principios de libre mercado.
Mayor influencia
Diplomáticos en Washington y en Europa también observan cuidadosamente a Brasil, en momentos en que el gigante sudamericano busca una mayor influencia en el mundo y un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Rousseff y Lula viajaron a Caracas el jueves y se unieron a una larga lista de líderes que participaron en los funerales de Chávez.
La presidenta brasileña también ofreció al presidente en funciones, Nicolás Maduro, asistencia no financiera en los próximos meses si gana las elecciones para suceder a Chávez, dijo un funcionario.
La oferta incluye técnicos brasileños del programa de vivienda pública “Mi Casa, Mi Vida” para ayudar a trabajar en proyectos similares en Venezuela.
Sin embargo, tanto Rousseff como Lula dejaron Venezuela antes de una ceremonia fúnebre programada para el viernes a la que asistieron dignatarios de más de 30 países, incluyendo algunas figuras polarizantes como el presidente cubano Raúl Castro y el iraní Mahmoud Ahmadinejad.
A diferencia de Lula, que fue cercano a Ahmadinejad, Rousseff ha evitado contactos con el presidente iraní desde que asumió el cargo en el 2011 debido a que su Gobierno busca hacer hincapié en el valor que tienen las democracias firmes y el respeto de los derechos humanos.
Un miembro de la delegación de Brasil envió el viernes un mensaje en Twitter poco antes de la salida del sol, donde dijo que su avión acababa de aterrizar nuevamente en Brasilia.
La presidenta argentina Cristina Fernández también estuvo ausente en la ceremonia del viernes, aunque ella atribuyó su pronto regreso a Buenos Aires a razones de salud.
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