En Minority Report, los precog eran utilizados en la unidad de precrimen para vaticinar posibles asesinatos. Ya de por sí el presupuesto resulta moralmente cuestionable a la vez que familiar para los que hemos visto en nuestro Código Penal la figura de la Peligrosidad predelictiva. Pero, ¿Puede la grafología emular a los precog, o al menos puede con carácter científico probar que rasgos de la personalidad delictiva o criminal pueden detectarse a través de la escritura? La respuesta es categórica y es negativa.
Hablo con conocimiento de causa. Certificada como perito en documentos en el Laboratorio Central de Criminalística, mi especialidad fue la letra. Muchos libros se han escrito sobre el tema que “demuestran” que la caligrafía revela rasgos de la personalidad aún ocultos o que se pretendan ocultar. Utilizan siempre personajes conocidos, cuya hoja de vida está cerrada y han sido ampliamente biografiados para “probar” cómo se revela en la letra esta o aquella característica. Pero no se podrá encontrar en la amplia literatura al respecto ni un solo estudio que sistematice la relación letra-personalidad, y sí, mucha subjetividad.
Es posible establecer la autoría de un documento, porque la letra es una hermanita algo casquivana de la huella dactilar en cuanto a su individualidad; por el mismo principio es posible detectar una falsificación, aunque existen falsificaciones con un alto grado de complejidad y elaboración que arrojan un falso positivo. Por la letra puede conocerse la edad aproximada y el sexo. La escritura revela entre otras cosas, rasgos de la personalidad, nivel cultural, si se escribe con la mano cambiada, si se intenta deformar (para lo que debe existir una comparación entre dos o más documentos).
Me parece irresponsable y manipulador presentar en un juicio a un “perito” que certifique por la escritura de un párrafo, que un acusado posee tal o mas cual tendencia en su personalidad. Con un mero vistazo a un fragmento copiado del periódico con desgano y bajo presión, un perito pitoniso certifica ante un tribunal con su declaración que el acusado denota las características necesarias para condenarle.
La grafología es una seudociencia. Ningún perito del Laboratorio de Criminalística prestaría declaración sin demostrar mediante una fototabla ilustrativa sus conclusiones periciales. Igual pudieron ahorrarse el ridículo: el caso de mi amigo Ángel Santiesteban, estaba juzgado de antemano.
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