El debate sobre cuál es el rumbo de la brújula que está guiando las transformaciones del modelo económico y político por el cual se encamina la dirigencia cubana toma cada vez más fuerza, en dependencia de las ideologías e intereses tanto dentro como fuera de Cuba. Unos aseguran que van tras los pasos de los chinos, otros que prefieren el modelo vietnamita, algunos afirman que todo seguirá igual elevándose el poder de los militares; no pocos alegan que es la vía de Putin sin pasar por Yeltsin y ni se sabe cuántas otras especulaciones, incluyendo la última variante de que convertidos ya en la metrópoli de su nueva colonia suramericana con las mayores reservas de petróleo del mundo se conformarán con lo que logren sacarle a sus nuevos súbditos.
No he encontrado mejor termómetro para medir la situación interna de la Isla que los testimonios de personas que no tienen nada que ganar o perder al definirse hacia donde se inclinara el poder en nuestro país. Durante décadas he mantenido relaciones con personas muy objetivas y sinceras que viajan con frecuencia a la Isla y que al contrario de la poca confiabilidad de los medios de prensa que nos desinforman desde ambas orillas del estrecho de la Florida tienen un olfato y un poder de análisis tan grande que difícilmente se les puede dejar de prestar atención. Hoy solo me referiré a uno de ellos que le he llamado John Doe como suele hacerse en Estados Unidos cuando no es conveniente identificar al personaje por razones obvias.
Este John Doe fue un prospero empresario cubano durante la era pre revolucionaria que le fueron confiscadas todas sus propiedades por el gobierno de Fidel Castro a principios de los años 60. Llegó al exilio con escasamente la ropa que traía puesta. Comenzó de nuevo vendiendo tomates en las calles y tres décadas después, cuando el gobierno cubano había dilapidado todo lo que le quitó, John Doe ya tenía duplicado el valor de las propiedades confiscadas por la revolución. Indudablemente un doble triunfador y lo más importante, resurgió de las cenizas honradamente.
John Doe fue revolucionario. Uno de aquellos que creyeron en los ideales que fueron más tarde traicionados por Fidel Castro. Sin embargo después de recuperarse económicamente en la diáspora comenzó a viajar a Cuba con bastante frecuencia. Una mescla de añoranza sentimental por la tierra que lo vio nacer ligada a la curiosidad por ver en que terminaba aquel experimento de lo que hasta hace unos años le llamaban Revolución Cubana.
Casi siempre que regresaba de sus viajes compartíamos durante horas transmitiéndome sus observaciones que además de objetivas han sido extraordinariamente acertadas. Sus impresiones de la involución que me describía después de cada uno de sus viajes dibujaban el inexorable camino al precipicio que ha señalado Raúl Castro en varios de sus discursos.
John Doe acaba de regresar nuevamente de Cuba. Creo que nuestros lectores merecen conocer esta entrevista y que cada uno saque sus propias conclusiones. Este es su más fresco testimonio:
Nos gustaría escuchar tus impresiones de la última visita.
John Doe (JD): Por primera vez desde que comencé a visitar Cuba en 1980 he visto esperanza en el rostro de los cubanos. Esperanza que no oculta una alegría a pesar de los sufrimientos, necesidades y limitaciones a la libertad de los ciudadanos que aún persisten. No creo que pueda haber ya marcha atrás en este proceso. Ni siquiera pienso que pudieran intentarlo. Seria caer definitivamente en el precipicio.
¿Cuál es el camino de este proceso si es que puede comparársele con alguno de los grandes cambios que ha habido en el mundo como el caso de China, Vietnam, Rusia o Alemania?
(JD): De lo que nadie puede tener la menor duda es que hace tiempo Raúl Castro y sus principales colaboradores están consientes de que si no transforman lo que tienen hasta ahora van directo al precipicio que ya han mencionado en reiteradas ocasiones. Y aquí es donde entra a jugar el gran Pluto. Ese Dios de la mitología griega que era la personificación de la riqueza. A ese Dios de los ricos que después se le agregó la terminación “cratia” creando el sustantivo Plutocracia para calificar el gobierno de los ricos.
Al desaparecer la utopía comunista en las postrimerías del siglo pasado el gobierno cubano se vio en la disyuntiva de iniciar urgentemente transformaciones económicas que fueron en un inicio obstaculizadas por Fidel Castro hasta que para suerte de los mas pragmáticos le sobrevino la enfermedad que lo apartó definitivamente del poder. La lentitud de las reformas influyó sobremanera en el deterioro de las condiciones de vida de los cubanos y creo que no podían esperar un minuto más en su implementación.
Sí pero, ¿Cuál cree usted que es el derrotero de la dirigencia actual?
(JD): Ni China, ni Vietnam, ni Putin sin pasar por Yeltsin. El modelo lo tienen a 90 millas al norte o 120 millas al oeste. Me explico:
El gran error de muchos en la diáspora es que consideran a los dirigentes cubanos como un grupo de militarotes estúpidos e inflexibles. Los dirigentes cubanos y en especial Raúl Castro no tienen un pelo de bobos. Saben lo que se están jugando y se ve claramente que tienen el sartén agarrado por el mango. “The upper hand” como dicen los gringos. O “el pie en el acelerador” como dice el propio Castro.
Han aprendido que si un multimillonario como Rick Scott pudo comprarse la gubernatura del Estado de la Florida ¿cómo se puede dudar que ellos controlando los principales sectores de la economía no puedan lograr la mayoría de votos para mantenerse en el poder cuando eso suceda? El modelo final lo veo como una mescla de la Plutocracia norteamericana con el PRI mejicano.
Pero ellos dicen que mantendrán el régimen de un solo partido. ¿Qué le hace pensar en unas eventuales elecciones?
(JD): Bueno, yo no digo que las harán enseguida pero de que crearan las condiciones para hacerlas y ganarlas juégatela al canelo. Es más si las realizan ahora mismo las ganan. Monitoreada por todos los observadores del mundo, de la ONU de la OEA, del CELAC y hasta de la Casa Blanca si quieren. Oye, el que domina en la economía domina en la política. Batista se fue y todo su ejército se rindió prácticamente sin combatir porque nosotros le viramos las espaldas y los americanos también. Tejimos soga para nuestro pescuezo.
¿Entonces ya no queda nada de la utopía comunista?
(JD): Todo el que haya estudiado a los clásicos del marxismo sabe perfectamente que en Cuba jamás exigió socialismo y mucho menos comunismo, que se consideraba la fase superior de la sociedad. No puede confundirse el populismo de dilapidar las riquezas y aniquilar los avances económicos, que había logrado Cuba a mediados del siglo pasado, con el socialismo. Populismo que destruyó toda la infraestructura y el tejido económico de Cuba. Ese populismo fue el instrumento utilizado por Fidel Castro para arrastrar tras de sí las masas que lo apoyaran a consolidar su poder absoluto sobre la sociedad. Apoyo que pudo lograr gracias también a las subvenciones de la Unión Soviética durante décadas de enfrentamientos con Occidente y en especial con Estados Unidos en medio de la Guerra Fría. Por lo tanto no podemos hablar de ideología sino de intereses personales y familiares.
¿Crees que la comunidad internacional acepte ese tipo de elecciones cuyo resultado final está en el poder económico del partido gobernante?
(JD): Pero si acaban de nombrar a Raúl Castro presidente temporal del CELAC sin siquiera hacer elecciones.
¿Y cómo crees que puedan legalizar este tipo de “piñata”?
(JD): Nada de piñata. Y ahí superaran con creces el caos que ocurrió en Rusia donde la Mafia se apoderó de las principales industrias. En Cuba por si no lo sabes, todavía está vigente la Ley No.498 “Ley del Mercado de Valores” del 24 de Agosto de 1959 aprobada por el Consejo de Ministro y sancionada por el entonces presidente Osvaldo Dorticos.
Te voy a poner un ejemplo simple: Entre las grandes empresas que existen hoy en Cuba, digamos las de turismo que son las más productivas. Una vez que estén funcionando establemente en esta nueva etapa de la autogestión pueden ser declaradas “públicas” y pasarlas a formar parte de una futura Bolsa de Valores donde podrían invertir incluso cubanos del exterior y empresas de turismo norteamericanas y hasta de casinos. El gobierno se liberaría de tener que dirigir todo ese monstruo y solo lo controlaría y supervisaría a través de sus agencias creadas al efecto. Lo mismito que hace Estados Unidos. Bien, al hacerse esa conversión, ¿quién tú crees que serán los directivos de esas entidades actualmente en manos de exmilitares ahora en guayaberas? Serían por supuesto los mismos que están en control, pero hay algo más, recuerda que a los militares los retiran de la FAR pero nunca del partido. Tú mismo me has dicho que para ser oficial de las FAR tienes que pertenecer a esa organización política por lo tanto desde el CEO (Chief Executive Officer) de la corporación hasta el último dirigente de un hotel, casino, campo de golf o turismo de salud serían militantes del PCC. ¿Crees tú sinceramente que los empleados de esos centros y sus núcleos familiares votarían por el Coco Fariñas o por Yoany Sánchez o Bisset?
Bueno, todo dependería si se les da el derecho de organizarse, formar sus partidos políticos y transmitir libremente su plan de gobierno a todo el pueblo.
(JD): No seas ingenuo Rafael, en Cuba hay decenas de organizaciones que se piden la cabeza unas a otras, sin contar las que están penetradas o hasta dirigidas por la Seguridad del Estado y en la diáspora hay otras decenas que se hacen trizas mutuamente. Viviendo la mayoría de ellas del dinero que les proporciona el gobierno norteamericano. Hay que ser realistas, no podrán competir contra un partido organizado, disciplinado y con todo el control económico del país. Los huesitos que los gobernantes cubanos le han tirado a los cuentapropistas es para entretenerlos y que hagan sus pesitos pero no deciden en las grandes ligas económicas.
¿Podrías ampliar sobre la relación del poder económico con el político?
(JD): Ya te puse anteriormente el ejemplo de Rick Scott, el multimillonario que se compró su gubernatura con la tubería de millones de dólares que le inyectó a su campaña, pero hay otros como Jon Corzine, que hizo lo mismo en New Jersey en 2006. Y si vas a nuestras repúblicas bananeras de la América te darás cuenta que es diez veces peor. Solo analiza lo que hizo Alemán en Nicaragua. El caso de Venezuela es muy típico. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que el populismo de Chávez acabará destruyendo el tejido económico de Venezuela igual que sucedió en Cuba, pero ese populismo le funciona. Anteriormente los otros discípulos de Pluto, los Carlos Andrés Pérez, Caldera o Lusinchi fueron tiburones que se bañaban pero no salpicaban. El chavismo por lo menos salpica a amplias masas, cosa que no hacían los otros cuando se forraban, y con eso tienen asegurado el poder de su partido. Las desigualdades sociales en Venezuela son tan grandes que esas masas indefensas cuando se les proporciona atención medica y subsidios se van detrás de quien los salpique, y les importa un bledo si los precios del petróleo suben, bajan o se desploman. Es triste, muy triste, pero es una realidad que no se puede tapar ni ignorar.
¿Y no podría el resentimiento que existe por los abusos del régimen influenciar en que tengan éxitos?
(JD): Como me dijo en la Isla un viejo amigo tuyo, muy simpático por cierto: “El resentimiento era verde y se lo comió un chivo”. Hoy todo el mundo está en posesionarse lo mejor y más rápido que puedan. Es la carrera de los cachorros de Pluto atrás de su Dios. El mejor restaurante privado de La Habana es hoy en día el que tiene el hijo de Tony de la Guardia, que le asesinaron al padre y le va de maravilla por cierto. ¿Crees que pueda haber mucho resentimiento?
¿Qué problemas consideras que pudiera obstaculizar el derrotero que ha tomado el gobierno cubano?
(JD): Mira, lo único que pudiera obstaculizar el derrotero que ha tomado el gobierno cubano sería que la actual administración norteamericana continuara aplicando políticas obsoletas que están desfasadas. Mientras en la Isla están enfrascados en el inevitable cambio, aquí siguen empantanados y congelados en políticas del siglo pasado. La pasividad y falta de iniciativa por parte de Estados Unidos está dejando, entre otras cosas, que los chinos con su acostumbrada paciencia asiática se vayan posesionando de áreas económicas claves de la América Latina como sucede ahora con el canal de Panamá.
¿Cuándo van a comenzar a negociar con los cubanos? ¿Después que los chinos se afinquen en toda la Isla? Y cuando esto suceda, ¿como tú crees que puedan influir en Cuba si su mayor acreedor les tomó la delantera?
No es que yo esté razonando como un empresario, es que es una realidad tan objetiva que solo es ignorada por los “intransigentes” ¡Ah! y por los funcionarios oficiales de este país que no acaban de darse cuenta que esos “intransigentes”, como también Fidel Castro, son el pasado y en la política al igual que en el mercado los mayores aciertos se logran previendo el futuro.
Muchas gracias por brindarnos sus observaciones. Esperamos que se repitan estos intercambios.
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[esperamos???; no era un conversacion personal? por lo demas superior a cualquier cubanologo-lg]
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