Ya son tres las reuniones en menos de dos semanas en las que
coincidió el alto mando chavista con el dúo Raúl Castro, presidente de
Cuba y Ramiro Valdés, vicepresidente de la nación antillana. El alto
mando chavista estaría integrado por Nicolás Maduro, Vicepresidente
Ejecutivo y designado como candidato a la presidencia de Venezuela por
Hugo Chávez en caso de que éste no pudiese tomar posesión de su cuarto
mandato; Adán Chávez, hermano mayor de Hugo Chávez y gobernador del
Estado Barinas; Diosdado Cabello, actual presidente de la Asamblea
Nacional y vicepresidente primero del Partido Socialista Unido de
Venezuela (Psuv); Jorge Arreaza, yerno de Hugo Chávez y Ministro de
Ciencias y Tecnología y Cilia Flores, Procuradora General de la Nación y
miembro de la directiva nacional del Psuv.
Por iniciativa de Raúl Castro, y para “garantizar la sucesión a Hugo
Chávez en paz y sin traiciones”, según el deseo del propio Hugo Chávez,
en la ciudad de La Habana, Cuba, el alto mando chavista aceptó el
tutelaje de Raúl Castro y de Ramiro Valdés en el llamado “Pacto de La
Habana” en el cual se acepta que Hugo Chávez no asumiría la presidencia
de La República, por lo que el 10 de enero de 2013 se declararía su
“ausencia temporal” por causa sobrevenida para su nuevo mandato y la
presidencia provisional de Venezuela la asumiría Diosdado Cabello, en su
condición de nuevo presidente de la Asamblea Nacional elegido con la
mayoría de votos consensuados del Psuv el 5 de enero de 2013. Al asumir
la presidencia temporal de La República, la presidencia de la Asamblea
Nacional recaería en la persona de la Primera Vicepresidenta Blanca
Eéckhout.
El compromiso se extiende con la formación de un politburó de
gobierno, en donde Nicolás Maduro sería nombrado Vicepresidente
Ejecutivo en el nuevo gobierno provisional de Diosdado Cabello, si éste
no se dedica desde ahora a su campaña electoral. Serían también miembros
del Politburó los gobernadores de los estados Barinas, Adán Chávez,
Trujillo, Gral Henry Rangel Silva; y estado Aragua, Tareck El Aissami,
quienes serían la última instancia de gobierno, junto al presidente
provisional y el tutelaje cubano de Castro y Valdés en la toma de
decisiones del Ejecutivo Nacional y en el control interno de la
estructura del Psuv. En política exterior, la prioridad será conservar y
ampliar los pactos con China y Rusia, más la entrada al Mercosur, donde
Brasil ejerce un indiscutible liderazgo.
Según el devenir de la salud de Hugo Chávez, la temporalidad de la
presidencia de Diosdado Cabello, de un trimestre, podría ser prorrogada
por tres meses más. En ese lapso de producirse la ausencia absoluta de
Hugo Chávez a la presidencia, se convocaría a unas nuevas elecciones
presidenciales con Nicolás Maduro como candidato del Psuv.
En La Habana han manejado la tesis de la “continuidad del actual
gobierno”, defendida por la presidenta del TSJ Luisa Estela Morales, que
insiste que la reelección de Hugo Chávez es la ratificación por 6 años
más de su actual gobierno. Esta tesis no termina de imponerse por la
precario de su base legal. En caso de prosperar, Nicolás Maduro
continuaría como Vicepresidente con los mismos poderes delegados por
Hugo Chávez en el decreto de fecha 9 de diciembre de 2012.
Las recientes declaraciones de Dilma Rousseff sobre la necesidad de
observar una sucesión apegada a la Constitución Nacional le ha restado
soporte a esta tesis, que en un principio era la preferida del dúo
Castro-Valdés.
¿Cuál será el futuro de Diosdado Cabello después de ejercer la
presidencia provisional de La República? Quizás en la Asamblea Nacional
lo esperen con un serrucho.
Las próximas horas son decisivas en la forma final que tomará el
“Pacto de La Habana”. En todo caso, este pacto fue celosamente delineado
por el propio Hugo Chávez cuando decidió competir enfermo por la
presidencia de Venezuela. (LP)
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