miércoles, diciembre 26, 2012

Lo más despreciable del Premio Nacional de Literatura de Cuba no es quién lo otorga, es quien lo acepta

Padura en la Casa de América Latina en París [rnw.nl]
Premian al escritor Leonardo Padura. Leo algunas tonterías al respecto. Esta es una de ellas. Nadie dice que Padura ha sido premiado por una dictadura feroz que lleva cincuenta y tres años en el poder y que para conseguir permanecer en el poder ha matado, torturado y encarcelado a miles de cubanos. Nadie habla de los ahogados en el Estrecho de la Florida, tratando de escapar de los que hoy premian a Padura. Y por último, que esto ya aburre, nadie dice que Padura ha sido y es un destacado lameculos del régimen. Padura, aunque quieran disfrazarlo de otra cosa, es un lameculos que sigue al pie de la letra los dictados de la dictadura y extiende la lengua hasta donde lo dejan y según lo autorizado.
Ah, Comandante ¿ya no somos colonia soviética?, ¿ya podemos criticar a Stalin? Pues ahí voy Comandante con mi perruno libro. Sí Comandante ordene Comandante.
Lo más lógico del mundo es que le hayan dado el Premio Nacional de Literatura a un Padura. Siempre se lo dan a un Padura. Nunca a un escritor. Siempre a un lameculos faldero que salta por el aro según lo estipulado.
Lo más despreciable del Premio Nacional de Literatura de Cuba no es quién lo otorga, es quien lo acepta.
¿Tiene que ver algo este premio con la literatura? Nada. Es otra ceremonia entre amo y esclavo en la que el amo le da una palmadita en la espalda al esclavo y el esclavo tiembla agradecido y deja escapar un ladridito trémulo.

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