viernes, diciembre 21, 2012

Agente

Emilio Ichikawa
Ayer jueves 20 de diciembre (2012) el empresario Dan Castañeda accedió a hablar ante un amable grupo en la ciudad de Miami. Vivió aquí una pequeña temporada del año 1983 y después dio unos cuantos traspiés por los EEUU. Hoy reside o “se está quedando” en Kansas. Accedió a hablar de Cuba, pero no de estrategias y conceptos sino solamente de un recuerdo. Lo resumo.
En los años ’60 Dan Castañeda solía sentarse en el Prado cienfueguero con un par de amigos (“amigotes”, que es como llama la familia cubana a ese tipo de amistades peligrosas) para planificar la fechoría del momento. Con el tiempo se sumaron otros socios del barrio y un buen día alguien les hizo caer en la cuenta de la existencia de un “patrón”, de una regla: esas acciones siempre afectaban una “unidad” o un “plantel” del estado: una granja de pollos, un almacén, un parque, un estadio, un bar, una panadería, etc.; por lo que ese alguien sugirió que ellos eran algo más que un grupo de amigos, una pandilla o un piquete de delincuentes: “Ustedes son un verdadero Comando”.
Después llegaron los comentarios del “Comando” sobre cosas que se decían en la televisión, las noticias del periódico, ciertos “mandados” para llevar de un lado a otro… Hasta que una noche del año 1967 (Castañeda dice que no puede fechar exactamente dónde estuvo eso que los marxistas llaman el “salto cualitativo”) se encontraron frente a una mesa “preparando” un atentado a Fidel Castro, quien había anunciado una visita a Cienfuegos y probablemente se hospedaría en el Hotel Jagua.
Meses después Dan Castañeda escuchaba la sentencia: 20 años por conspirar para atentar contra la vida del Comandante en Jefe de la Revolución. Fue un juicio sonado en la zona, del cual él siempre recordaría dos cosas: Las lágrimas de Miosotis, su novia de entonces, y las declaraciones del testigo de la Fiscalía: Un agente de la Seguridad del Estado infiltrado en el piquete de socios, en el “Comando”, que por demás fue el de la idea de “eliminar” a Fidel Castro.
Castañeda pudo salir por el Mariel porque un vecino que era un alto oficial de la provincia convirtió el “Intento de asesinar a Fidel Castro” en “Robo con lesiones a un dirigente del plan caña”. Al desembarcar en EEUU estuvo un tiempo por Los Cayos, vivió unos meses en Miami en aquel 1983 y solo regresó al sur de la Florida a mediados de los años ’90 porque Miosotis, que había salido pero rehecho su vida en Kendall con un abogado cubanoamericano, le localizó para decirle que le urgía mostrarle una cosa importante. Sin muchos preámbulos, en el mismo aeropuerto, Miosotis le soltó a Dan: “El gobierno en Cuba destapó un agente que tenía infiltrado en un grupo de derechos humanos de esos pacíficos de ahora y quiero que lo veas”.
Dan contó anoche que se trataba de un grupo importante, que se decía que “respondía a la Fundación”, pero no quiso dar detalles. Recordó que cuando empezó a rodar la casetera Beta en el Sanyo, no más aparecer un par de miembros del llamado grupo contrarrevolucionario, casi gritó: “¡Coño, pero si ese es Nivaldo, el que estaba conmigo cuando aquella cosa del atentado a Fidel en el Hotel Jagua, lo jodieron otra vez!”. Segundos después preguntó Miosotis: “¿Y ese Castañeda, ese agente de la Seguridad destapado que habla sobre lo que hacían Nivaldo y esas personas de los derechos humanos, lo conoces?” / “Hum… esa cara me es conocida de alguna parte”. Y ella explotó: “¡Cómo carajo no te va a ser conocida esa cara si es el mismo agente que se les infiltró a ustedes hace 20 años y los embarcó en el juicio en Cienfuegos!” / “Pero coño –se excusó Castañeda- a mí se me olvidó porque ya yo le saqué el pie a Cuba pero cómo es que Nivaldo no lo reconoció si él sigue allá y en lo mismo y ese cabrón está igualito”.
Este relato le sirvió a Dan Castañeda en la reunión de anoche para recomendar que lejos de distanciarse las nuevas generaciones de opositores y disidentes en Cuba deben acercarse y compartir experiencias y sobre todo la historia con las anteriores. Que es lo que ha sabido hacer Fidel Castro con las generaciones de su revolución.

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