Un judío le dice a su amigo cubano: Tengo un truco para comer gratis.
- ¡¡Carajo!! Cuéntame como lo haces.
- ¡¡Carajo!! Cuéntame como lo haces.
-
Voy al restaurante bastante tarde, pido un entrante, plato principal,
quesos, postre y me tomo todo mi tiempo para beberme el café, el coñac,
mientras me fumo un buen tabaco y espero a que cierren. Como ni me
muevo, cuando ya recogen todas las mesas, ponen las sillas sobre las
mesas para barrer, viene el mozo a preguntarme si le puedo ir pagando
porque ya se van.
Entonces le respondo:
“Pero si ya le pagué a su colega que se fue antes”. – Es así de simple.
El cubano entonces le dice: - ¡Qué genial! ¿probamos juntos mañana?
- Ok, le contesta el judío.
La noche siguiente los dos amigos van al restaurante y piden: entrante, plato principal, quesos, postre, etc…
Llega el momento de cerrar, se acerca el mozo, les pregunta si les puede cobrar y el judío le dice:
Lo siento, pero le pagamos a tu colega que ya se fue.
Y el cubano agrega:
...estamos desde hace rato esperando el vuelto…
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