domingo, octubre 07, 2012

VENEZUELA: Fiesta y complejidades de la democracia

anarkismo.net
Emilio Ichikawa
La última vez que conversé con el periodista Adolfo Rivero Caro dedicó la mayor parte del tiempo a cuestionar que la democracia fuera un valor político absoluto. De algún modo esto era algo osado en el menú intelectual de un anticastrista, pues deshabilitaba uno de los argumentos más esgrimidos contra el régimen de La Habana. Si de pronto el anticastrismo empezaba a asumir la crítica de la democracia “burguesa” (Rivero Caro conocía la teoría y la praxis comunista), perdía sentido que se objetara a Fidel Castro por dictador.
Rivero Caro había entendido la trampa de la democracia chavista en su trato frecuente con exiliados venezolanos en Miami. Aquel día habló más de Venezuela que de Cuba, al parecer porque creía que ayudar a sacar a Chávez del poder era más útil que seguir intentándolo con Castro a la altura de medio siglo de aquel 1959. Sucede que si la democracia no es lo suficientemente próspera para que la sumatoria de clase media y alta funcione como mayoría, los pobres o los humildes se impondrán políticamente por neta preponderancia cuantitativa. [negritas y subrayados -lg]
Claro que esto lo habían comprendido antes Truman y Mr. Marshall, que tuvieron que llenar Europa de mulas, papas y dólares para evitar que el comunismo (incluso el stalinismo) sedujera a la geografía oeste de la postguerra: “Nadie le gana a los comunistas si hay que competir en un contexto de pobreza”, era el presupuesto del plan Marshall. Así y todo, los rojos casi se llevan a Italia tras la cortina de hierro.  Mas >>

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