Armando Añel/
'¿No está muerto? Pues que lo muestren y que se mueva. Que mueva aunque
sea los párpados. Es verdad que la muerte de Fidel Castro ya no resulta
políticamente influyente, al menos no como pudo serlo hace diez años,
pero recuérdese que son Raúl y sus lugartenientes los que le temen al
punto de ocultarla obsesivamente. Ahora, después de cinco días de
revelada en Internet, la pelota sigue estando en la cancha del gobierno
cubano'.
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