Comparado con el resto de posibles causas, morir en un accidente de coche
es algo a lo que aterroriza a muchas personas. Pero también puede
considerarse «extremadamente improbable», según dicen los expertos en
estadística. Han calculado que si fuéramos «prácticamente inmortales» y
no hubiera otra forma de morir que no fuera en un accidente de coche, podríamos conducir durante 250 años día y noche,
día y noche, sin parar, antes del fatal desenlace. Aun así, los
accidentes de tráfico están entre las primeras «causas de muerte
externa» (no naturales), tan solo por detrás de una más común: el suicidio. [Fuentes: The Dangers of Safety en The Freakonomics Podcast + INE / El País.]
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