Al caudal de los errores cometidos individualmente, por las razones
que sean, se le llama experiencia. En política, muchos errores juntos es
igual a ganarse una dictadura-tiránica comunista.
Los gobiernos opresores que están llegando al poder en
Hispanoamérica, que lo cambian todo de verdad; pero hacia lo peor, no
aparecen como por arte de magia, sino como el resultado práctico de
quienes se autodenominan demócratas, que roban tanto cuando son elegidos
como prometen en campañas. Después se van del país y dejan a la gente
en el infierno, exigiéndoles que hagan lo que ellos no tuvieron ni
coraje ni disposición para impedir.
El pueblo vota por quien promete más, sobre todo, por quien sea capaz
de traslucir que “va a acabar con los ricos”, tan odiados
irracionalmente como los americanos; sin embargo, el fanatismo de “los
de abajo” (título del libro de Mariano Azuela sobre la Revolución
Mejicana), no les permite identificar en estos nuevos Mesías de
revoluciones de segunda y hasta de tercera edición, que llegan por la
vía del voto democrático, la intención de esclavizarlos. La envidia y la
baja pasión, siempre ha sido así, mueve más montañas y más grandes que
la verdad, por lo que es más peligrosa y, sin son muchos… esa es la
etiqueta de los tiempos modernos.
Los cubanos no somos magos, pero tenemos “experiencia”; es decir, una
vez éramos un pueblo muy joven y prometedor, que no necesitaba sino
“arreglos” menores, quizás un par y arriesgó su vida por el asesino y se
la entregó gratuitamente, fue una verdadera pérdida de la virginidad
política, nadie lo dude, la demostración más apabullante de que podíamos
saber mucho de todo, menos de lo que realmente necesitábamos…
Por esas razones podemos identificar, muy a nuestro pesar por exhibir
tan triste y dudoso grado de sabiduría, lo que puede pasar en otros
lugares antes de que los borren del mapa como seres humanos que piensan y
deciden por sí mismos.
Dicen que la elección al Salón de la Fama del Beisbol Latino de este año se le dedicará a Venezuela.
Haciendo uso de “mi especial sabiduría como representante del pueblo
considerable en el rango de alcornoque de primer orden”, comencé a
escribir hace dos años sobre el futuro del beisbol venezolano; solamente
tenía que repasar los acontecimientos de 1959, 60, 61 en Cuba. Solo
falta el discurso chavista, como hizo Castro en julio de 1961 ante los
llamados Consejos Voluntarios Deportivos, en que atacó con todo al
profesionalismo y, especialmente, al beisbol.
Pudiera ser que Chávez deje en las manos de los jugadores seguir
jugando allí por poco tiempo; pero acondicionados a reglas, sobre todo a
salarios, impuestas por él, único patrocinador, que sería similar a lo
que el tirano cubano propuso y que los jugadores rechazaron en bloque,
para lo que autorizó que Mike González, una leyenda del beisbol cubano y
propietario de los Leones del Habana, corriera detrás de todo el mundo
por Estados Unidos y México tratando de convencer a los peloteros.
En ese momento, todos los oficiales de la Liga Cubana estaban
exiliados y toda la propiedad privada, sin importar el tamaño, se la
había robado, por lo que era imposible.
Sin embargo, el ex coach y una vez manager interino de los
Cardenales, solo estaba tratando de salvar su negocio particular, de
hecho, patrimonio histórico cubano: el club Habana. Castro le reconoció
el interés y, única vez en su maldita existencia, le ordenó al Che
Guevara que descongelara todos los fondos del glorioso ex jugador,
manager y propietario, superiores a setecientos mil dólares, para que
dispusiera de ellos como quisiera. En 1976, a los 86 años, el Idolo de
Regla falleció en La Habana.
Hoy Venezuela está en su mejor momento en el beisbol, en poco tiempo
pudiera desplazar a República Dominicana como la principal cantera de
jugadores del área; a pesar de que la tierra de Bolívar tiene más
desarrollo polideportivo que la de Balaguer y es ahora, precisamente
ahora, cuando se levanta prometedora en el juego como nunca, que Chávez
firma la pena de muerte contra la pelota allí…
Pese a todo lo que se diga, la experiencia ajena no es suficiente,
porque Chávez solo tenía como palmarés un intento de golpe de estado y
una visita a Castro; sin embargo, cuando el tirano se escondió en la
Sierra Maestra para que algunos capitalistas resentidos, cierto tipo de
americanos y el ejército inconforme de “indignados” depusieran a
Batista, casi todo el mundo sabía que era un gángster asesino, un ladrón
que había estado en el Bogotazo, que había cometido una masacre en los
cuarteles Moncada y Bayamo y en el hospital militar Saturnino Lora.
Además, Bohemia había publicado, en 1957, la Proclama del 26 de Julio,
criticada en la propia revista por Leopoldo Pío Elizalde como “
reveladora por comunista”.
Nosotros tenemos razón cuando alertamos, sin embargo, en el fondo,
deberíamos meter la cabeza en un cubo, porque, aunque no tuvimos
‘asesoría”, lo de Castro fue tan abierto que no la necesitábamos.
Ahora, Venezuela está perdiendo 0-10 en el 9no. con dos outs, el
bateador en 0 bolas y 2 strikes y Santana, en su mejor forma, en el box.
Que nadie lo dude. Tal vez ese beisbol merezca un réquiem, o una misa
de difunto.
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