Amaneció con neblina y la ardilla que nunca lo hace, se trepó al olivo. Recordé algunas mañanas en el campo hace muchos años. Qué desagradable. Bajé a desayunar y vi una foto de Carromero. Sale rapado de un vehículo. Lo escolta un esbirro y una esbirra típicamente cubanos es decir vulgares, grotescos. En los periódicos españoles hablan de juicio y de abogados es insondable la ramplonería de la prensa española pero no hay juicio ni abogados sólo un joven rapado y machacado en manos de una de las maquinarias más siniestras que haya inventado jamás la humanidad.
Carromero dirá lo que sabe que tiene que decir allá y cuando lo suelten, que será en cualquier caso después que el gobierno español haya lamido lo suficiente el culo castrista, Carromero también dirá lo que tiene que decir y si quisiera decir la verdad porque le queda un poco de pudor cosa dudosa porque en estos casos el pudor es lo primero que se pierde, los de aquí le dirán “no es conveniente revolver esa mierda”, y le ofrecerán un puesto.
Asesinaron a Payá y a Cepero y la vida sigue su curso.
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