seria conveniente que el vastago de castro 1 y la ministra de ciencia, tecnologia y medio ambiente [cargo donde sobran las tres denominaciones] dejaran la boberia de la nanotecnologia kubiche y arrancaran por donde es, la frontera tecnologica del asunto.
pero que la'bana retome el ritual aspergiano [del sindrome] cientifico-tecnologico tantas veces ejecutado por el mesias del bonche en jefe, es caricaturisticamente entendible pero, que los medios desde el nuevo herald hasta el abc iberico lo repitan amplificadamente sin filtrarlo como corresponde, es una conducta esquizofrenica y/ o manipuladora.
pero que la'bana retome el ritual aspergiano [del sindrome] cientifico-tecnologico tantas veces ejecutado por el mesias del bonche en jefe, es caricaturisticamente entendible pero, que los medios desde el nuevo herald hasta el abc iberico lo repitan amplificadamente sin filtrarlo como corresponde, es una conducta esquizofrenica y/ o manipuladora.
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Microsiervos/
Este artículo se publicó originalmente en Cooking Ideas, un blog de Vodafone donde colaboramos semanalmente.
Almacenar datos informáticos en secuencias de ADN o en soportes de
memoria basados en ADN puede sonar raro y lo es. Pero es posible y al
parecer es un método bastante capaz: un grupo de investigadores ha
conseguido almacenar unos 700 terabytes (unos 720.000 GB) en un gramo de
ADN.
Al fin y al cabo el ADN almacena información, que es algo que nos
encanta hacer a los humanos; nos pasamos el día averiguando dónde más y
cómo almacenar datos con la mayor capacidad y velocidad de acceso a
ellos que sea posible. Y el ADN parece un buen lugar: un disco Blu-Ray
puede contener hasta 25GB, o 50 GB si es de capa doble, por lo que hacen
falta unos 14.000 para igualar la capacidad de un gramo de ADN. Más
aún, almacenar una cantidad de información equivalente supondrían más de
230 discos duros de 3 TB, que suponen unos 150 kilos de peso, calculan en ExtremeTech.
Hace unos meses un equipo de genetistas y nanoingenieros combinaron ADN de salmón y nanopartículas de plata para construir un soporte de memoria
que funciona de forma similar a un disco óptico. Es decir, se escribe
la información una vez, la cual queda secuenciada en el ADN, y se puede
leer tantas veces como se quiera. Según los investigadores una vez
configurado el polímero compuesto por ADN y nanopartículas el patrón de
datos se mantiene inalterable de forma indefinida.
Tanto si el destino es una memoria basada en ADN como una secuencia
de ADN convencional el proceso es similar: primero hay que convertir la
información digital, que se expresa en forma de 1 y 0 en el lenguaje del
ADN, que utiliza las bases A, G, T y C.
Por ejemplo, los ceros se convierten en el par de bases A o C y los
unos en las bases G o T. La secuencia codificada se guarda en cadenas de
ADN convencional o modificado, caso del modelo con nanopartículas de
plata. Así es como un investigador guardó miles de millones de copias de
su último libro en un pequeño tubo de ensayo «y en condiciones normales
durarará cientos de años». O lo que es lo mismo: un dispositivo con
este tipo de memoria puede almacenar, «en lo que ocupa un dedo pulgar
tanta información como la que hay en Internet».
De momento la técnica sigue estando limitada a su uso en laboratorio y
al desarrollo de variantes basadas en el mismo principio, pero el coste
de secuenciar ADN se ha reducido significativamente en los últimos 10 años, pasando de los 10.000 dólares por cada millón de par de bases secuenciada a los 10 céntimos por millón actuales.
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