Llega a mis púdicos oídos que los cubanos jóvenes van de patriotas y de “lo especial” que tiene “lo cubano”. Es verdad. Hay que ser especial para aguantar una dictadura que te mata de hambre asesina a los mejores y te da de patadas en el culo durante cincuenta años. Muy especial hay que ser.
Después de apartar la diarrea patriótica porque la diarrea patriótica no vale la pena revolverla ya sabemos lo que es (estupidez y sentimentalismo), medito sobre el asunto. Locura colectiva, me digo. Falta de vergüenza endémica, aventuro. ¿Cara dura más allá de cualquier límite? Es posible.
Que gente que pertenece a un pueblo tan aguantón y cobarde tan servil y canalla tan oportunista y tan miserable un pueblo que lleva medio siglo revolcándose y regodeándose en la mierda del castrismo un pueblo ajeno a cualquier decencia y siempre dispuesto a aceptar callado cualquier bajeza presuma de ser especial es algo verdaderamente insólito.
Especiales. Dicen. Bueno. Creo que no ha existido un pueblo tan chivato y colaborador y tan arrastrado ante su opresor como el cubano. Si se refieren a eso, no me queda más remedio que estar de acuerdo con ellos.
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