Arnaldo M. Fernández Díaz/
La transición a lo real vendría de coger al toro castrista por los
cuernos electorales y —en vez de largar panfletos—clavarle alguna
banderilla de agitprop como: «Votar por cualquiera es votar por
el castrismo; votar por el castrismo es seguir como estamos: ¡Anula tu
boleta! Nadie podrá verte ni pedirte cuentas después». Aun así habría
que guardar distancia frente al embullo con «el pueblo». En los comicios
alemanes de 1932 corrió el eslogan: «Votar por Hindenburg es votar por
Hitler y votar por Hitler es votar por la guerra». La mayoría del pueblo
no prestó oídos y la historia pasaría la cuenta. Leer >>
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