Cubanálisis El Think-Tank
Antonio Arencibia/
A
nadie en su sano juicio se le ocurriría negar las serias
consecuencias de las crisis cíclicas del capitalismo. En estos
momentos, en un mundo cada vez más interconectado, los mercados
están golpeando duramente a los países más débiles de Europa. Sin
pecar de optimista, pues todo eso repercute inexorablemente en el
nivel de vida de millones de ciudadanos, esas crisis no han impedido
que el sistema que las genera sobreviva a ellas durante siglos. Dan
fe de esto último, y de la inviabilidad económica del comunismo, no
solo el desarrollo de China y de Vietnam con sus “socialismos de
mercado”, sino incluso, los torpes, escasos y poco fructíferos
cambios en la economía que tratan de implantar en Cuba los
neocastristas.
Pero las crisis políticas o de gobernabilidad son otra cosa,
especialmente porque no coinciden exactamente con las económicas.
Esa situación se agrava cuando se trata de regímenes dictatoriales,
el caudillo está gravemente enfermo y no hay sucesor designado. En
esos casos, es proverbial que el tema clave se convierta en secreto
de estado. Ocurrió así en Venezuela en los años treinta del siglo
pasado, con la mortal enfermedad del dictador Juan Vicente Gómez y
hoy se repite en el gobierno chavista, que gozó en el último año de
mejores precios del petróleo.
Esta última situación, que favorecía a los regímenes de la izquierda
rabiosa de nuestro hemisferio agrupados en la Alianza Bolivariana
(ALBA), se está empezando a oscurecer debido a la superproducción
petrolera saudita, y a la desaceleración de China y de Europa, a lo
que se une la incertidumbre por la estabilidad política venezolana.
El
problema es que esa alianza cojeaba ya de arrancada por la
incoherencia del proyecto chavista de un Socialismo del Siglo XXI, y
entonces La Habana impuso la línea de que cada cual “construya el
socialismo” a su manera. Por eso el ALBA se ha reducido a un acuerdo
entre dictadores en torno al reparto de la riqueza de Venezuela como
garantía de retener indefinidamente el poder político.
Aparte de eso no hay verdadera estrategia económica, solo trueque en
torno a una invención monetaria fallida: el SUCRE virtual. Con la
crisis de la zona euro, ahora más que nunca, acopian dólares. Su
política exterior consiste en atacar ciegamente al “imperialismo
yanqui” y al sistema de organizaciones en las que tiene preeminencia
Estados Unidos, y forjar alianza con los países que reten el poderío
norteamericano. De ahí que dedicaran el tiempo de este mandato
presidencial de Obama a intentar desprestigiarlo, para reducir el
impacto que significó su elección a la Casa Blanca.
Un Caballo de Troya dentro de la OEA
Así
se explica el esfuerzo de los países “albistas” en la reunión de la
OEA en Cochabamba, Bolivia, a inicios de este mes, para seguir
desmantelando al organismo hemisférico a favor de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, donde está incluido el
régimen neocastrista y excluidos Estados Unidos y Canadá
Como la orientación de Chávez por control remoto no bastaba, ante su
obligada ausencia por enfermedad, la jefatura de ALBA allí tuvo que
recaer en el torpe anfitrión, Evo Morales, respaldado por el
quejumbroso y poco carismático Rafael Correa. El plan de ataque
contra la OEA de estos dos mandatarios y de los cancilleres de
Venezuela y Nicaragua consistió en exigir la reestructuración de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y reiterar las
críticas al inútil Tratado Interamericano de Defensa Recíproca
(TIAR), buscando que el gobierno de Argentina se les sumase en su
retirada del mismo. La puesta en práctica de esos dos objetivos
desplazó de la agenda de la reunión al tema central previsto, que
era la seguridad alimentaria en el hemisferio.
Como esa 42a. Asamblea General de la OEA no era una cumbre, sino una
reunión de cancilleres, correspondió a los de Ecuador, Venezuela,
Bolivia y Nicaragua plantear que sus gobiernos se retiraban del
TIAR. Lo que dijo el canciller ecuatoriano Eduardo Patiño de que
este “no se usó cuando más se necesitó, en las agresiones contra
Argentina y las islas Malvinas”, era noticia con treinta años de
atraso, y que no revelaba nada espectacular, ya que el TIAR fue
calificado de obsoleto por Vicente Fox en el 2002, cuando México se
desvinculó del Tratado. Así, los países del ALBA, se anotaron una
“victoria” fácil porque no hubo combate.
El
otro propósito de los cancilleres y presidentes de países del ALBA
presentes en la cita panamericana era reformar la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuyos informes críticos
han molestado especialmente a los gobiernos miembros de esa Alianza,
que son los mayores represores de la prensa libre y violadores de
los derechos humanos en todo el hemisferio.
Desde mayo, Chávez ha encargado al flamante Consejo de Estado que
encabeza el ex Vicepresidente José Vicente Rangel que le presente
propuestas sobre una posible retirada de Venezuela de esa Comisión.
Siguiendo la rima, Evo Morales, en su discurso inaugural en la
reunión de la OEA, cuestionó a la CIDH porque no vigila también las
violaciones a los derechos humanos en EE.UU.
Por
su parte, Rafael Correa declaró haber “sufrido” acusaciones
“injustas” por parte de la Relatoría de Libertad de Expresión de la
Comisión, porque se le pidió en un informe que cesara un proceso
judicial contra periodistas que lo caracterizaron como un gobernante
autoritario. Y al igual que Chávez, el mandatario ecuatoriano dejó
entrever la salida de su país de la CIDH, lo que según expertos no
es posible hacer por separado, pues la comisión es un órgano de la
OEA y solo se puede desvincular de la misma el gobierno que se
retire de la organización que la incluye
Las
propuestas de las naciones miembros del ALBA presentes en Cochabamba
iban encaminadas a limitar la independencia de la Comisión y de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, y habrían permitido a los
gobiernos de los países integrantes de la OEA diferir hasta por un
año los informes de la Comisión sobre violaciones de derechos. Pero
cuando la mayoría de los asistentes a la Asamblea acordó remitir
esas propuestas a la consideración del Consejo Permanente de la OEA
a celebrarse el año próximo, los gobiernos de Correa ni Morales se
opusieron.
Una
vez cumplida la misión provocadora de torpedear la agenda de la
reunión de la OEA, el gobierno venezolano dio a conocer las llamadas
de Chávez a sus aliados de Bolivia y Ecuador en las que se
prodigaron elogios mutuos “por el digno rol” de los países de la
ALBA en la Asamblea de Cochabamba.
El candidato del PSUV “resucita”
Cuando esto ocurría en Bolivia, la prensa opositora en Venezuela
veía en la postergación de la inscripción de Hugo Chávez como
candidato a las elecciones presidenciales “una estrategia
oficialista a efectos de ganar tiempo, y tratar a todo trance de
sacar el mejor provecho posible.” Por eso causaba sorpresa que
el señor Robert Zoellick, presidente saliente del Banco Mundial
(BM), vaticinara en Washington que Hugo Chávez “tiene los días
contados y si sus subsidios a Cuba y Nicaragua se suspenden, esos
regímenes estarán en problemas”. Ese anuncio, a un año de la
primera operación de cáncer de Chávez, reforzaba la errónea idea de
que el seguro deceso del caudillo será la clave de la victoria de
Capriles en octubre.
El
presidente del Banco Mundial, o sus asesores, no tienen en cuenta
que aunque el cáncer del mandatario no haya remitido, Venezuela
ingresó el pasado año casi 90 mil millones de dólares por las ventas
petroleras, con las que incrementó los programas dirigidos a las
capas de más bajos ingresos de la población.
Ni
que la multimillonaria campaña presidencial del PSUV, está
financiada -aparte de las donaciones de un día de trabajo
solicitadas a militantes y simpatizantes-, con el desvío de fondos
públicos, de la petrolera y la banca estatales, de los fondos de las
misiones, y los de otras entidades gubernamentales. Se trata de
enormes recursos destinados a una votación masiva, ya sea a favor de
Chávez o incluso de un sucesor de última hora.
El
líder opositor Henrique Capriles logró sacar a cientos de miles de
simpatizantes a las calles de la capital venezolana, y los concentró
en la Plaza Caracas al oficializar su candidatura a las elecciones.
Al día siguiente fue el turno de Hugo Chávez, que presidió una gran
concentración por el inicio formal de su campaña. Pero el caudillo
de Barinas no se quedó ahí, y continuó la semana con largas
comparecencias televisivas, recuperando el protagonismo mediático.
Como cierre, acaba de aprobar de un plumazo once decretos-leyes por
vía habilitante: sobre viviendas; el llamado Gobierno comunal; un
programa para incrementar el empleo; para saldar deudas de
jubilados; y varios más, todos de carácter eminentemente populista o
de reforzamiento de su poder autoritario, como el del servicio de
policía; el de las empresas mixtas; y el de unificación de las bases
electrónicas de datos en la administración pública. Y días antes
-quizás por sugerencia de sus “panas” de La Habana-, Chávez autorizó
por vez primera un encuentro entre altas figuras del gobierno
chavista y los dirigentes de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Aparte de la demagogia populista y las maniobras electoreras, el
oficialismo se ha asegurado otras tres ventajas que denuncia Carlos
Blanco en su artículo Tres dificultades para que triunfe Capriles.
Primera, que el Consejo Nacional Electoral funciona como un “agente
indesmentible del Gobierno”. Segunda, que para amedrentar a la
oposición se ha hecho correr el rumor de que el Sistema Automatizado
de Identificación (SAI), que vincula la huella dactilar del votante
con la máquina de votar, puede identificar la opción del ciudadano.
Y tercera, como muestra el mayor crecimiento del Registro Electoral
respecto al de la población, que se ha llevado a cabo la entrega de
cédulas de votantes por los funcionarios del RE a cientos de miles
de extranjeros. (www.analitica.com)
La
reaparición de un Chávez tan dinámico como el que en estos días ven
los venezolanos levanta sospechas. Por eso uno de sus críticos
escribió:
Contra todo pronóstico, renació el Chávez
kilométrico, el Chávez verborrágico, agresivo, pendenciero
retrechero, repelente, fabulador, exagerado, cuentero, histriónico,
contradictorio y patriotero (…)
La noticia, sin embargo, es que si está enfermo
lo disimula muy bien, y esa mayoría (60%) que nunca creyó en su
gravedad, ahora ha confirmado su convicción. Puede ser también que
lo de ayer haya sido una farsa, pero si Chávez no está listo, no lo
parece y entonces la farsa fue al revés. Una farsa, que de ser
cierta esa posibilidad, se prolongó por un año.
(analítica.com).
De
todo lo que se ha analizado hasta aquí queda muy claro que la sombra
principal sobre el futuro del chavismo no recae en un triunfo -bien
sazonado y amañado- en las elecciones presidenciales, sino la falta
de un claro sucesor para la inevitable etapa neochavista.
¿Qué está pasando en La Habana?
Pareciera que Hugo Chávez y Raúl Castro, los jefes de Cubazuela que
es la entidad rectora del ALBA, se turnan en aparecer y ocultarse.
El General de Ejército se dice que preside reuniones, destituye
ministros y recibe a visitantes. Pero casi no viaja al extranjero,
ni se le ve en la calle, ni en las provincias, ni en las grandes
obras. Se aparecerá por Guantánamo el 26 de Julio y hará un discurso
en la Asamblea Nacional con su voz engolada, de los dos anuales que
le tocan por la libreta a los cubanos en el neocastrismo.
Pero el que habla demasiado y no tiene quien lo calle es el
Comandante. Agobia al país con su presencia virtual en vallas,
murales, con la publicación de sus “libros” y ridículos homenajes
que se le tributan. Tiene además sus artículos que ahora ha reducido
a una especie de epigramas. En la última de las largas Reflexiones
que publicó, comentaba dos trabajos aparecidos en la prensa mundial.
Uno trataba sobre las reuniones semanales de Obama con sus asesores
para decidir la eliminación de terroristas internacionales y Castro,
que tiene un cementerio particular, tuvo la desfachatez de citar un
artículo que califica al actual presidente norteamericano de
“asesino en jefe”. ¿Se puede ignorar que esto apareció en Cubadebate
y Juventud Rebelde, una semana después que su sobrina Mariela dijera
en Estados Unidos que si fuera ciudadana de ese país votaría por
reelegir a Obama?
Ahora Castro redujo a un párrafo sus casi diarias entregas, y
sobrevino el caos nacional e internacional cuando se puso a alabar
al criminal Erich Honecker, a proponer a Alberto Juantorena -porque
le dio su real gana- como sucesor del “Gallego” Fernández en el
Comité Olímpico Cubano, y sacó del olvido viejas diferencias no solo
entre él y Deng Xiaoping, sino con los dirigentes del Partido
Comunista Chino, a los que no puede agradar que les saquen los
trapos sucios. Como vale la pena detallar este último asunto, cito
lo que Fidel Castro publicó:
Deng Xiaoping
Presumía de hombre sabio y, sin duda, lo era.
Pero incurrió en un pequeño error. “Hay que castigar a Cuba”, dijo
un día. Nuestro país nunca pronunció siquiera su nombre.
Fue una ofensa absolutamente gratuita.
Para encontrar lo que nos esconde este anciano hipócrita, basta la
lectura de su discurso del 21 de febrero de 1979 Estaba aquel día
evidentemente cabreado por la invasión china a Vietnam, pero sabía
que contaba con el casi ilimitado subsidio soviético para decirle lo
que le dijo al entonces líder chino. Fidel Castro calificó aquel día
(a quien hoy es venerado en China como impulsor de las reformas) de
“mentecato”, “títere”, “desvergonzado” y “caricatura
de Hitler”, y lo situó al frente de la “camarilla de
facinerosos, de fascistas que se ha apoderado de la dirección del
pueblo chino”.
No
se trata de que yo ignore o apruebe la invasión china a Vietnam de
entonces, ni sus intentos actuales de apoderarse por la fuerza de
los archipiélagos Spratley y Paracel, en el Mar del Sur de China,
consideradas ricas en hidrocarburos. Esas disputas territoriales,
que están dando lugar a graves incidentes, y que la prensa castrista
no toca ni con el pétalo de una rosa, no se circunscriben a Vietnam,
sino también incluyen presiones y agresiones chinas contra otros
vecinos como Taiwán, Filipinas, Malasia y Brunei, que han buscado
alianzas entre ellos y con otros países para protegerse de las
ambiciones chinas.
Todo el que se quiera informar, -excepto los cubanos, que no tienen
cómo-, sabe que varios navíos de la Séptima Flota de la Armada de
Estados Unidos comenzaron un intercambio de actividades navales con
Vietnam en Abril 23 del 2012. Esas visitas amistosas, que incluyen
reparaciones en astilleros vietnamitas, fueron iniciadas desde el
2009, y se han acrecentado ahora como parte de la decisión
norteamericana de incrementar su presencia militar y naval en Asia,
a pesar de la oposición de China.
El
nivel de cooperación entre Vietnam y Estados Unidos fue subrayado
por la visita a ese país del Secretario de Defensa Leon Panetta, que
incluyó un recorrido por buques norteamericanos anclados en una de
las antiguas bases navales en uso durante la guerra.
Hay
que abordar estos temas que parecen ajenos al destino de la nación
cubana, porque el régimen mantiene a los ciudadanos en la ignorancia
de que hay un imperialismo chino, haciéndoles creer que solo les
amenaza “el imperialismo yanqui”
Es
indiscutible que la interferencia de Fidel Castro en este delicado
tópico y en nombramientos gubernamentales reduce la credibilidad del
régimen “raulista” ante sus poderosos acreedores chinos, y siembra
duda entre los servidores del general-presidente sobre su autoridad.
Pero como cualquier análisis debe ir más allá de lo que se publica,
la “osadía” del viejo dictador en el tema chino pudiera explicarse
con que haya habido enfriamiento de las relaciones económicas entre
La Habana y Pekín. Eso ayudaría a entender el viaje a Cuba del
Ministro de Exteriores de la India y su interés en incrementar las
inversiones de su país en la Isla.
Ricardo Alarcón, tras entrevistarse con el visitante, declaró que
discutieron “las posibilidades de una mayor participación de la
India en el esfuerzo que hace Cuba para introducir ajustes en su
economía”. Es interesante destacar, después de una serie de
rumores de que el General de Ejército estaba preparando la
defenestración del Presidente de la ANPP, que siempre ha sido
favorecido por Fidel Castro, este protagonismo de Alarcón en el tema
económico, esfera hasta ahora solo en manos de los “raulistas”.
¿Pudiera tratarse de una nueva jugada de Fidel Castro como árbitro
final en las luchas por el poder en el seno de la camarilla
gobernante?
Por
eso, a pesar del “retorno” de Chávez y de los “triunfos” obtenidos
en la reunión de la OEA, son verdaderamente inquietantes las señales
que salen de los países fundadores del ALBA, -Cuba y Venezuela-,
para los demás miembros de la Alianza Bolivariana.
Estas auguran la segura decadencia del bloque continental de la
izquierda radical.
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