José Imperatoti |
Desde el sitio de Ichikawa
Cristóbal L. Simón
El jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington (SICUW),
Jorge Bolaños, acaba de invitar a gente de alto copete a una reunión
informal —«ocasión maravillosa para charlar, bailar o simplemente
escuchar música de Cuba y saborear sus platos y bebidas»— en su
residencia de 7105 Millwood Road (Bethesda, Maryland 20817) para este
sábado 2 de junio. No debe abrigarse sospecha alguna ni sembrar cizaña
ni andar con suspicacias. Ya en la clausura (marzo 4, 2000) del II
Festival Internacional del Habano, Fidel Castro aseguró haber dado
«órdenes terminantes de no realizar inteligencia en nuestra sección de
intereses».
Al restablecer (septiembre 27, 1977) la Casa Blanca y Punto Cero sus
respectivas misiones diplomáticas en Cuba y EE. UU., Castro mandó a
Washington a Ramón Sánchez-Parodi, de quien nunca se precisó si era
oficial de la Dirección General de Inteligencia (DGI) o funcionario del
Departamento América (DA) del Comité Central, pero sí vino acompañado
por un alto oficial de la DGI: Teófilo Acosta. El «perro guardián»
conservador Accuracy in Media pondría el grito en el cielo cuando Acosta largó breve discurso en la despedida de duelo de su good friend Laurence «Larry» Stern (1929-79), editor del Washington Post.
Para 1979 el Centro de Estudios Cubanos (Nueva York) montaba su
Primera Conferencia Nacional (noviembre 2-4) con la claque pro castrista
de académicos, sindicalistas, abogados y hasta el congresista
afroamericano Ron Dellums (D-CA). Allí estaban Sánchez Parodi y el
oficial de inteligencia Alfredo García Almeida, quien luego se
encargaría de controlar a la Brigada Venceremos y otras entidades por el
estilo desde la Sección de Norteamérica del DA.
La liebre demoró en saltar. El primer secretario Ricardo Escartín sería declarado persona non grata
(febrero 11, 1981) por andar de ronda por EE. UU. para reclutar
empresarios estadounidenses dispuestos a violar el embargo haciendo
negocios con dummy corporations [Moonex International (Jamaica)
y CIMEX, Servimpex, Servinaves, Leybda y Havanatur (Panamá)]
controladas por el gobierno castrista.
En el otoño de ese mismo año, Castro movió al oficial de la DGI Jesús
Arboleya de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas (MCNU) a Washington.
Luego de servir (1994-99) como tercer secretario en SICUW, Rafael
Daussá fue transferido a MCNU, que hasta el propio Castro reconocería
implícitamente como su nido de espías en EE. UU. La transferencia de
diplomáticos en ambas direcciones indica que así mismo sucede con los
oficiales de inteligencia. Hacia 1986 había 20 de estos últimos en
SICUW, según la cuenta de Jeffrey Talbot Richelson, autor de Foreign Intelligence Organizations (Ballinger Publishing Co., 1988).
El jefe interino de la SICUW, Bienvenido Abierno, y su tercer
secretario, Virgilio Lora, serían expulsados (julio 15, 1987) como
represalia por el «maltrato» a funcionarios de la Sección de Intereses
de EE. UU. en La Habana (SINA) sin alusión alguna a labores de
inteligencia. Ya el mayor Florentino Aspillaga había desertado en Praga y
enseguida identificó a Lora como espía. El Departamento de Estado
terminaría por informar que, precisamente por ser oficiales de
inteligencia, ambos habían sido escogidos para la expulsión de cajón.
Para la década siguiente, el tándem Félix Wilson-Johana Tablada,
primer y tercero secretarios de SICUW, se engolfaron en campaña agitprop
de costa a costa, que llegó incluso a reunión con el caucus negro del
congreso estadounidense. Ya como segundo jefe de SICUW, Wilson sería el
primer funcionario de Castro que largó discurso (marzo 22, 1997) en acto
público en Miami. Después se encargaría de manejar la rebambaramba con
el balserito Elián González. Al final de la década sobrevino el
escándalo (febrero 19, 2000) del vicecónsul cubano José Imperatori por
labor de espionaje asociada al funcionario del Servicio de Inmigración y
Naturalización (INS) estadounidense Mariano Faget. Castro dijo que
aquello había sido «una conspiración organizada en Miami por la
organización anexionista llamada [Fundación Nacional] Cubano-Americana,
con la complicidad del jefe del FBI de la estación local». Luego la
superespía castrista Ana Belén Montes se declaró culpable (octubre 16,
2002) y fueron expulsados los oficiales de inteligencia y primeros
secretarios de SICUW Gustavo Machín Gómez y Oscar Redondo. Para mayo de
2003, otros 9 diplomáticos de SICUW corrieron la misma suerte, pero el
Departamento de Estado no revelaría sus nombres hasta septiembre de
2011.
La declaración oficial de persona non grata se libró contra
7, a sabiendas de que otros 2 se irían en comparsa: Josefina Vidal y
María Cristina Delgado, esposas del primer secretario José Anselmo López
y del segundo secretario Raúl Rodríguez, respectivamente. Los demás
fueron el segundo jefe Cosme Torres, el primer secretario Fernando
Miguel García, el segundo secretario Juan Hernández y los terceros
secretarios Jorge Ernesto Autie y Florentino Batista.
Así y todo, el teniente coronel retirado de la inteligencia militar
estadounidense Chris Simmons opina que SICUW se concentra en influencia
política, desinformación, detección y evaluación de personas en estudio o
de interés, que son labores de inteligencia relativamente modestas si
se comparan con MCNU, de donde fueron expulsados, por ejemplo, los
compañeros que atendían a la Red Avispa: Eduardo Martínez-Borbonet,
Roberto Azanza y Gonzalo Fernández.
-Foto: José Imperatoti en Bethesda (Maryland) el 26 de febrero de 2000 © Ron Sachs/CNP/Sygma/Corbis
-Nota: El recambio de Imperatori sería Fernando
Miguel García (DA), a pesar de la oposición del FBI y del senador Jesse
Helms (R-CN) por la conexión previa de García Bielsa con los terroristas
puertorriqueños Macheteros.
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