viernes, junio 01, 2012

Castro y SICUW [Seccion de Intereses de Cuba en Washington]

José Imperatoti

Desde el sitio de
Cristóbal L. Simón
El jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington (SICUW), Jorge Bolaños, acaba de invitar a gente de alto copete a una reunión informal —«ocasión maravillosa para charlar, bailar o simplemente escuchar música de Cuba y saborear sus platos y bebidas»— en su residencia de 7105 Millwood Road (Bethesda, Maryland 20817) para este sábado 2 de junio. No debe abrigarse sospecha alguna ni sembrar cizaña ni andar con suspicacias. Ya en la clausura (marzo 4, 2000) del II Festival Internacional del Habano, Fidel Castro aseguró haber dado «órdenes terminantes de no realizar inteligencia en nuestra sección de intereses».
Al restablecer (septiembre 27, 1977) la Casa Blanca y Punto Cero sus respectivas misiones diplomáticas en Cuba y EE. UU., Castro mandó a Washington a Ramón Sánchez-Parodi, de quien nunca se precisó si era oficial de la Dirección General de Inteligencia (DGI) o funcionario del Departamento América (DA) del Comité Central, pero sí vino acompañado por un alto oficial de la DGI: Teófilo Acosta. El «perro guardián» conservador Accuracy in Media pondría el grito en el cielo cuando Acosta largó breve discurso en la despedida de duelo de su good friend Laurence «Larry» Stern (1929-79), editor del Washington Post.
Para 1979 el Centro de Estudios Cubanos (Nueva York) montaba su Primera Conferencia Nacional (noviembre 2-4) con la claque pro castrista de académicos, sindicalistas, abogados y hasta el congresista afroamericano Ron Dellums (D-CA). Allí estaban Sánchez Parodi y el oficial de inteligencia Alfredo García Almeida, quien luego se encargaría de controlar a la Brigada Venceremos y otras entidades por el estilo desde la Sección de Norteamérica del DA.
La liebre demoró en saltar. El primer secretario Ricardo Escartín sería declarado persona non grata (febrero 11, 1981) por andar de ronda por EE. UU. para reclutar empresarios estadounidenses dispuestos a violar el embargo haciendo negocios con dummy corporations [Moonex International (Jamaica) y CIMEX, Servimpex, Servinaves, Leybda y Havanatur (Panamá)] controladas por el gobierno castrista.
En el otoño de ese mismo año, Castro movió al oficial de la DGI Jesús Arboleya de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas (MCNU) a Washington. Luego de servir (1994-99) como tercer secretario en SICUW, Rafael Daussá fue transferido a MCNU, que hasta el propio Castro reconocería implícitamente como su nido de espías en EE. UU. La transferencia de diplomáticos en ambas direcciones indica que así mismo sucede con los oficiales de inteligencia. Hacia 1986 había 20 de estos últimos en SICUW, según la cuenta de Jeffrey Talbot Richelson, autor de Foreign Intelligence Organizations (Ballinger Publishing Co., 1988).
El jefe interino de la SICUW, Bienvenido Abierno, y su tercer secretario, Virgilio Lora, serían expulsados (julio 15, 1987) como represalia por el «maltrato» a funcionarios de la Sección de Intereses de EE. UU. en La Habana (SINA) sin alusión alguna a labores de inteligencia. Ya el mayor Florentino Aspillaga había desertado en Praga y enseguida identificó a Lora como espía. El Departamento de Estado terminaría por informar que, precisamente por ser oficiales de inteligencia, ambos habían sido escogidos para la expulsión de cajón.
Para la década siguiente, el tándem Félix Wilson-Johana Tablada, primer y tercero secretarios de SICUW, se engolfaron en campaña agitprop de costa a costa, que llegó incluso a reunión con el caucus negro del congreso estadounidense. Ya como segundo jefe de SICUW, Wilson sería el primer funcionario de Castro que largó discurso (marzo 22, 1997) en acto público en Miami. Después se encargaría de manejar la rebambaramba con el balserito Elián González. Al final de la década sobrevino el escándalo (febrero 19, 2000) del vicecónsul cubano José Imperatori por labor de espionaje asociada al funcionario del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) estadounidense Mariano Faget. Castro dijo que aquello había sido «una conspiración organizada en Miami por la organización anexionista llamada [Fundación Nacional] Cubano-Americana, con la complicidad del jefe del FBI de la estación local». Luego la superespía castrista Ana Belén Montes se declaró culpable (octubre 16, 2002) y fueron expulsados los oficiales de inteligencia y primeros secretarios de SICUW Gustavo Machín Gómez y Oscar Redondo. Para mayo de 2003, otros 9 diplomáticos de SICUW corrieron la misma suerte, pero el Departamento de Estado no revelaría sus nombres hasta septiembre de 2011.
La declaración oficial de persona non grata se libró contra 7, a sabiendas de que otros 2 se irían en comparsa: Josefina Vidal y María Cristina Delgado, esposas del primer secretario José Anselmo López y del segundo secretario Raúl Rodríguez, respectivamente. Los demás fueron el segundo jefe Cosme Torres, el primer secretario Fernando Miguel García, el segundo secretario Juan Hernández y los terceros secretarios Jorge Ernesto Autie y Florentino Batista.
Así y todo, el teniente coronel retirado de la inteligencia militar estadounidense Chris Simmons opina que SICUW se concentra en influencia política, desinformación, detección y evaluación de personas en estudio o de interés, que son labores de inteligencia relativamente modestas si se comparan con MCNU, de donde fueron expulsados, por ejemplo, los compañeros que atendían a la Red Avispa: Eduardo Martínez-Borbonet, Roberto Azanza y Gonzalo Fernández.
-Foto: José Imperatoti en Bethesda (Maryland) el 26 de febrero de 2000 © Ron Sachs/CNP/Sygma/Corbis
-Nota: El recambio de Imperatori sería Fernando Miguel García (DA), a pesar de la oposición del FBI y del senador Jesse Helms (R-CN) por la conexión previa de García Bielsa con los terroristas puertorriqueños Macheteros.

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