lunes, mayo 07, 2012

No es suficiente ser un buen boxeador para ganarle a Mayweather

Por Andrés Pascual
        Miguel Coto creyó que podría ganarle a Floyd Mayweathers jr, incluso en Miami, algunos que escriben sobre deportes se arriesgaron a decir que el trainer cubano Pedro L Díaz “había reinventado al boricua”, algo que, más que un índice de desconocimiento, es una soberana ridiculez; porque, si bien el preparador que sustituyó a Stewardt en la esquina de Coto es útil en el acondicionamiento físico, a los efectos del trajín dentro del cuadrilátero no es brillante y eso lo dije cuando comenté sobre la pelea con Margarito. Ahora, anoche contra Mayweathers jr poco hubiera podido hacer Ray Arcel.
        Qué hizo mal el Boricua?, Todo y nada, porque cuando se tiene enfrente lo mejor de su generación, el valor es solo un aditamento al cartel de “lució bien”, pero es que Coto tampoco lució así, porque quien pierda 118-110 recibió una soberana paliza. Por lo menos yo la anoté así, por lo que nadie debe hacer tracender ese desempeño como algo digno de integrarse al capítulo de las grandes batallas del ring…sería una profanación a la historia del boxeo.
        Floyd Mayweathers jr no es lo mejor de todos los tiempos, pero sí de hoy, una era aburrida, poco brillante y peligrosa para este deporte; una etapa tan turbia que tiene en el suelo y con 9 a la cuenta al pasatiempo.
      En medio de ese panorama desolador se mueve el moreno americano, muy criticado por los frustrados que ven sus peleas para verlo caer noqueado y a los que no les da el gustazo, porque cuando se tiene la inteligencia de este pugilista, cuando todo lo que hace en el ring es calculado previamente, cuando se tienen sus dotes defensivas y su velocidad es inigualables para el momento, no se puede perder ante alguien que, como Miguel Coto, solo es un buen boxeador sin pegada anesesiante.
      Coto hizo el esfuerzo y solo eso, lo demás fue desconcertarse, tratar y no poder hasta que cayó el ultimo round de una pelea que había perdido antes de subir. Su mayor equivocación?  Creyó que podría ganar…

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