Marcada por un escaso impacto mediático y la renuncia del
cineasta Fernando Pérez como director del evento, transcurrió del 3 al 8
de abril la XI Muestra Joven del audiovisual cubano, denominada hasta el año 2011 Muestra de Jóvenes Realizadores.
En las palabras de presentación de “la Muestra” -como habitualmente se le conoce-, Fernando Pérez mencionó entre las principales características que definían la presente edición el profundo sentido periodístico de los documentales presentados, la amplia presencia de directoras de fotografía, los intentos (no siempre acertados) y búsquedas en los materiales de ficción y la ausencia de experimentación en los escasos trabajos de animación enviados.
De las más de 200 obras presentadas se seleccionaron 86 divididas en los apartados de ficción, documental y animación. Las ganadoras en las respectivas categorías fueron Camionero (Sebastián Miló), relato de aguda crudeza que aborda la violencia en una escuela internada de jóvenes; De agua dulce (Damián Saínz), que según el portal Cubacine “relaciona poéticamente la turbulencia de las aguas contaminadas de un río con el oscuro pasado de un hombre que da testimonio de sus actos”; y Uvero (Arian Enrique Pernas) que “que evoca una comunidad desaparecida durante un recorrido donde vuelven a la vida lugares, personajes y situaciones”, de acuerdo al mencionado sitio digital. El premio al riesgo y la búsqueda artística lo recibió La piscina (Carlos Machado), arriesgada realización que apuesta por un tempo larghissimo y que soporta buena parte de la carga dramática en el sonido y la fotografía.
Según Fernando Pérez, el motivo de su renuncia fue la negativa por parte del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos) a exhibir el documental Despertar (Fernando Figueredo y Anthony Bubaire). El reconocido cineasta destacó que el documental no estaba artísticamente bien logrado pero que precisamente por esa razón debía ser incluido, para propiciar el debate sobre la realización audiovisual.
El documental en cuestión aborda la vida del rapero Raudel Collazo (S4drón Patriota), artista que en sus canciones critica habitualmente la realidad social en Cuba, y que ha sido censurado en su país. Situación similar vivió en el año 2010 el filme Revolution (Maykell Pedrero), sobre el popular dúo de hip hop Los Aldeanos.
La renuncia de Fernando Pérez conmocionó a muchos en el corrillo cinematográfico y motivó el intercambio de emails (la mayoría de jóvenes cineastas) que mostraban su tristeza por la ausencia al frente de la Muestra del que algunos consideran el mejor director de cine cubano vivo, y llamaron a reflexionar, rechazar y combatir las razones que motivaron su dimisión. Muchos de estos correos pueden ser consultados en el blog del crítico audiovisual Juan Antonio García Borrero, Cine cubano, la pupila insomne.
En las palabras de presentación de “la Muestra” -como habitualmente se le conoce-, Fernando Pérez mencionó entre las principales características que definían la presente edición el profundo sentido periodístico de los documentales presentados, la amplia presencia de directoras de fotografía, los intentos (no siempre acertados) y búsquedas en los materiales de ficción y la ausencia de experimentación en los escasos trabajos de animación enviados.
De las más de 200 obras presentadas se seleccionaron 86 divididas en los apartados de ficción, documental y animación. Las ganadoras en las respectivas categorías fueron Camionero (Sebastián Miló), relato de aguda crudeza que aborda la violencia en una escuela internada de jóvenes; De agua dulce (Damián Saínz), que según el portal Cubacine “relaciona poéticamente la turbulencia de las aguas contaminadas de un río con el oscuro pasado de un hombre que da testimonio de sus actos”; y Uvero (Arian Enrique Pernas) que “que evoca una comunidad desaparecida durante un recorrido donde vuelven a la vida lugares, personajes y situaciones”, de acuerdo al mencionado sitio digital. El premio al riesgo y la búsqueda artística lo recibió La piscina (Carlos Machado), arriesgada realización que apuesta por un tempo larghissimo y que soporta buena parte de la carga dramática en el sonido y la fotografía.
Según Fernando Pérez, el motivo de su renuncia fue la negativa por parte del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos) a exhibir el documental Despertar (Fernando Figueredo y Anthony Bubaire). El reconocido cineasta destacó que el documental no estaba artísticamente bien logrado pero que precisamente por esa razón debía ser incluido, para propiciar el debate sobre la realización audiovisual.
El documental en cuestión aborda la vida del rapero Raudel Collazo (S4drón Patriota), artista que en sus canciones critica habitualmente la realidad social en Cuba, y que ha sido censurado en su país. Situación similar vivió en el año 2010 el filme Revolution (Maykell Pedrero), sobre el popular dúo de hip hop Los Aldeanos.
La renuncia de Fernando Pérez conmocionó a muchos en el corrillo cinematográfico y motivó el intercambio de emails (la mayoría de jóvenes cineastas) que mostraban su tristeza por la ausencia al frente de la Muestra del que algunos consideran el mejor director de cine cubano vivo, y llamaron a reflexionar, rechazar y combatir las razones que motivaron su dimisión. Muchos de estos correos pueden ser consultados en el blog del crítico audiovisual Juan Antonio García Borrero, Cine cubano, la pupila insomne.
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