Desde el sitio de Ichikawa
Gustavo Silva
Juan Antonio Blanco es otra peripecia
de la comedia del intercambio académico Cuba-USA, porque ahora la
Iglesia católica se engolfó, del 19 al 21, en un foro sobre la
emigración y aquí se presentará el mamotreto de 87 páginas La diáspora cubana en el siglo XXI, preparado
en el verano del año pasado por una comisión del Instituto de
Investigaciones Cubanas (CRI, por sus siglas en inglés) de la
Universidad Internacional de la Florida (FIU, ídem), bajo la
coordinación de Blanco. Este documento pide modificar la constitución y
otras leyes cubanas para dar espacio dentro de Cuba a la iniciativa
económica de los cubanos residentes en el exterior y conceder más
libertad de movimiento y residencia a todos los cubanos.
Todo parecer indicar que como el documento no acaba de darse a los
presuntos implicados —el grupo político de Fidel Castro— , tras haber
andado por circuitos intrascendentes de Washington y Miami, Madrid y
Ciudad México, alguien recomendó —quizás con astucia evangélica—
tirarlo en el arzobispado de La Habana para ver si el cardenal puede
llevárselo a Raúl Castro. Esta esperanza debe de chocar con un serio
obstáculo: ni la paciencia cardenalicia da para leerse tanto mamotreto y
venir a morir a la misma orilla de siempre: pedir peras liberales al
olmo castrista. Esperar que algún Castro lo lea no sería ya evangélico,
sino supersticioso.
-Ilustración: Alexis Esquivel, Retrato del Che Guevara (1990).
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