viernes, abril 06, 2012

Boxeo cubano: Pedro Luis Diaz Benitez

Por José A. Sánchez Fournier
El Nuevo Día

ORLANDO, Fla. -- En exactamente un mes, Miguel A. Cotto tendrá la pelea de su vida, ante el invicto Floyd Mayweather Jr. Y juzgando por lo que ha visto El Nuevo Día durante los pasados dos días de su acuartelamiento en esta ciudad, Cotto está entrenando con la dedicación y sacrificio que requiere un combate de esa envergadura.
Utilizando como base un gimnasio para su uso exclusivo ubicado en las facilidades de MechTech College en Orlando, Miguel está entregado de lleno a su preparación, combinando trabajo a campo traviesa, ejercicios de pesas, guanteos ultrasecretos e innovadoras rutinas de ejercicios para intentar propinarle el primer revés profesional al extrovertido estadounidense.
Durante los pasados dos días, este diario ha observado a Cotto trabajar duro casi sin descanso, obedeciendo diligentemente a su entrenador Pedro Luis Díaz Benítez, quien apenas le permite tomar un aire entre instrucciones. 
El entrenamiento, en ocasiones, parece adoptar un sabor paramilitar. Miguel pasa de un asalto de sombras a hacer abdominales boca arriba mientras simultáneamente levanta pesas, para luego escalar por soga hasta el techo de 20 pies de altura del gimnasio. Entonces baja y --sin tomar impulso-- brinca sobre un pedestal de más de tres pies de alto. Rápido pasa a golpear una inmensa llanta de automóvil con un pesado bate de acero, seguido de una rutina de opers y ganchos contra un mueble acojinado que el entrenador cubano diseñó y construyó para ese propósito.
Casi seguido, Miguel comienza un ejercicio muy peculiar, en el que tiene que mantenerse moviendo en la punta de sus pies mientras atrapa y le devuelve a su entrenador dos pequeñas pelotas, las que Pedro Luis le arroja repentinamente de un lado a otro. El objetivo es que Miguel lance una y atrape la otra de manera simultánea, sin dejarlas caer y sin parar de moverse.
Si eso no suena lo suficientemente complicado, hay que subrayar que el ejercicio comienza luego que el campeón pasa un minuto dando vueltas como trompo, para simular la manera aturdida que se siente un boxeador tras recibir un golpe fuerte o ser derribado.
Aunque Miguel siempre tiene puesta su cara de jugador de póquer y es muy difícil saber en qué estado anímico se encuentra, durante el entrenamiento varias veces se pudo ver el cansancio retratado en su rostro. Aún así, obedecía las instrucciones de Díaz Benítez sin titubear.
"Son cosas nuevas que Pedro ha traído al entrenamiento, cosas para las que hemos estado positivos para hacerlas", dijo Miguel sobre los inusuales retos físicos. "Aunque nos resulte difícil al principio, son cosas a las que nos hemos ido acostumbrando. Es un tipo de trabajo físico algo retante. Y ese tipo de trabajo a la persona de Miguel Cotto le agrada y lo hacemos más motivados".
"Con la intensidad que hacemos el trabajo todos son bien retantes", admitió el cagüeño. "Y como hay que mantener cierto ritmo, cierta intensidad entre todos, se convierte en más retante aún".
Los pocos momentos de descanso que Miguel tiene entre ejercicios usualmente los pasa jugando o acariciando a su perro Tonka, un pequeño pero fornido French Bulldog que es el querendón del clan Cotto. Miguel incluso le da a Tonka agua de la misma botella de la que él bebe.
En el gimnasio se encuentran su esposa Melissa y sus tres hijos, pero ellos usualmente no interrumpen al campeón mientras entrena.
A Miguel siempre lo rodea un equipo de producción de HBO, el cual graba todos sus movimientos para la popular serie de 'reality' 24/7.
Todo el sacrificio vale la pena, entiende el campeón. 
"Me siento bien. El trabajo ha sido fuerte desde el inicio. Uno se acostumbra a este tipo de carga", le dijo Miguel a El Nuevo Día ayer, mientras compartía con su familia en su residencia de Orlando, una vez finalizado el trabajo de la mañana. "El entrenamiento tiene sus altas y sus bajas, sus días de entrenamiento fuerte en guanteo y de entrenamiento fuerte de circuito. Entiendo que entre la semana pasada y esta semana ha sido el trabajo más duro".
Este es el segundo acuartelamiento de Miguel dirigido por Díaz Benítez y el púgil dijo que se siente mucho mejor para esta ocasión.
"El cambio ha sido grande. El cambio ha sido inmenso. Hemos notado un poco más de ritmo esta vez", expresó Cotto, "También hay un poco más de sincronía entre Pedro y yo".
Los guanteos son igual de intensos, indicó. 
Ayer, Miguel hizo 12 asaltos totales, guanteando con el cubano Inocente Fritz, el dominicano Jonathan Batista y el estadounidense Phillip Penson. Estos fogueos son cerrados al público y los medios, pero por lo que pudo ver este diario de su trabajo en guanteletas y sombra, Pedro Luis parece estar poniendo particular énfasis el trabajo ofensivo a los planos bajos.
Miguel sabe que el cinco de mayo tendrá un rival talentosísismo, quizás el mejor boxeador del mundo hoy día. Pero expresó confianza en que podrá removerle el invicto a Mayweather.
"Va a ser una gran pelea. Esto va a ser un excelente combate, uno de esos que tanta falta le hacen al boxeo", aseguró el campeón junior welter de la Asociación Mundial de Boxeo. "Va a ser una gran pelea y estoy preparándome para cualquier cosa que Mayweather pueda traer el próximo 5 de mayo. Después que yo esté preparado, el resto es poner en práctica lo que hemos trazado en el entrenamiento".

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