Por Andrés Pascual
Tal
vez porque yo no reacciono igual, no me gusta la forma exageradamente pacifista
y conciliatoria que emplea Jesús Angulo con ciertos personajes, quienes,
aparentemente, conocen de su amor por la libertad de Cuba y se bandean con el
valioso compatriota casi abusivamente.
Si
yo tuviera que tirar una galleta por alguien, por uno de los que lo haría sería
por Angulo, porque es honesto y claro, sin embargo, hay gente “opositora” que,
sin medir el grado de confusión de las respuestas que le dan al informador,
como que se cagan más y salen del paso (yo diría que mal paso) con él, pero no
con quienes logramos acceder a esas “justificaciones”, contradictorias de
arriba abajo, quienes, además, hace rato que ponemos en duda la calidad de la
oposición “de la vanguardia”; es decir, de la permanente en radio, en
televisión, en prensa escrita y en dinero, yo no sé cuánto, pero debe ser más
que lo que gana un albañil en Cuba.
Resulta que Angulo le envió una carta en
la que, con su decencia acostumbrada, le solicitaba a Martha Beatriz Roque
algunas aclaraciones sobre la opinión pública que tuvo acerca de los sucesos de
la ocupación de la iglesia en días recientes, desalojada a la fuerza por el
MININT bajo petición cobarde y afiliada a la tiranía del propio cardenal, que
la reclamó como “solicitud de ayuda para que le pidieran a los ocupantes que
abandonaran la posición”, un cura dijo que no hubo fuerza, una vendedora de
algo de raza negra dijo lo mismo (no sé por qué si estaba afuera) y la
“DISIDENTE ESTRELLA” le respondió a Angulo que no estaba de acuerdo con el uso
de la fuerza en la operación, pero que la desacreditaba (también lo hizo con la
actividad de lucha por la calle), porque Jesús “no sabía quienes eran esos
elementos que ocuparon el templo”.
Visto
crudamente según “la valiosa luchadora”, o son delincuentes de la peor calaña,
o elementos del G-2 puestos allí para “detener a toda la oposición”, entonces
lo que vale es lo segundo.
Claro,
la respuesta es viable con la forma como les imploran desde aquí algunas
explicaciones a los de allá, en el caso de Jesús Angulo “ustedes están allá
adentro y saben…”, equivalente al “esos son los que se la están jugando porque
están allá” desde otra arista a veces.
Ni
saben ni se la están jugado los que son caras visibles fijas del fraude
opositor con excepción de las Damas de Blanco.
En
peligro deben de estar los que nadie conoce ni ha visto nunca; el que no se ha
constituido en un contrincante serio al protagonismo vicioso de esa gente
porque no fue “jefe” o empleado oficialista de algún nivel, por lo general,
soldados desconocidos de gran valor moral y personal, posiblemente tampoco
tengan el nivel cultural para chacharear con un periódico español o con “el
hombre de las manos sucias” del 41, como le gusta al quisqueyano, con altos
niveles de enjundia filosófica basada en tratados de cuneta ineficaces, tal el
comunista Espinosa Chepe.
No es
posible acusar casi a los ocupantes de la iglesia como “palas” para la
detención de la “curia” opositora y luego tratar de arreglar el potaje con “no
estoy de acuerdo con el uso de la fuerza en el desalojo”.
De
darnos una idea de quiénes son esos patriotas que sacaron a la fuerza del
templo se encargó Alana en Nuevo Acción, con un llamamiento de advertencia
contra los divisores de la oposición que, por supuesto, donde más efectivos son
es “allá adentro”.
Yo no
necesito más elementos para entender cosas de las que siempre dudé; debido a
cómo se han precipitado: ni Marthe Beatriz ni Yoani ni quién sabe cuántos-as
más son “finas”, como se le dice en la valla al gallo que hay que matarlo y aún
así…
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