Considerando que Marino Alberto Murillo Jorge es uno de los nuevos vicepresidentes del Consejo de Ministros del regimen de Raul Castro y uno de los pocos miembros no historicos o tradicionales del Buro Politico, la delicada mision de explicar, persuadir y convencer de primera mano a la prensa extranjera que cubre la visita a la isla de Benedicto XVI, sobre lo que realmente le interesa conocer a la opinion publica internacional sobre el proceso de reformas del NeoCastrismo, su designacion podria ser inapropiada y peligrosa.
Y efectivamente lo es, como se puede apreciar en los videos que siguen, donde se dirige a los periodistas acreditados como si fueran reclutas imberbes en su primera semana de servicio militar. Marino no es un politico aunque se le hayan encomendado presidir algunas delegaciones al exterior con el objetivo de explicarle a algunos socios politicos el proceso de reformas, pero su falta de habilidad, carisma y empatia en el trato humano es manifiesta. No solo el tono y la exposicion son en si duros, rispidos, arrogantes, prepotentes, rigidos y cuartelarios; sino que comete numerosos errores de pronunciacion y de la sintaxis y fluidez del discurso incompatibles con un relacionista publico lidiando con agudos y habilidosos representantes de los medios internacionales generadores de estados de opinion.
Y es que Murillo es un sargento vestido de burocrata mediocre de "obedece y manda", que es incapaz de apartarse un milimetro del guion establecido por conciencia de su propia incapacidad, pero tambien por miedo. Un miedo atroz a que algo en el video resultante no sea del agrado de Castro 2.0. Pero asi son los hombres escogidos por el heredero de esa finca privada que es Cuba para los Castros: miedosos sargenticos.
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