Intelectuales y teologos, analistas y expertos, sabios y kubishes de a pie; cubanologos, kaxtriztas y anticastristas; creyentes, devotos y ateos, beatas y pedofilos; cada uno seguramente encontrara en las palabras expresadas esta noche bochornosa por Benedicto XVI en su misa en Santiago de Cuba lo que deseen o quieran, como eco de sus almas y pensamientos; pero, con perdon de todos, para mi es una muela -a su manera- pero una muela complice que bendice al Neokaxtrizmo.
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