Por Andrés Pascual
El
quisqueyano Raúl Mondesí, que fue presentado por los Dodgers con tanta
fanfarria como han hecho en estos días ciertos grupos cubanos de Miami con
Yoennis Céspedes, fue un buen pelotero, pero no una estrella, le faltó el
“toque estelar”, especie de “nadie sabe qué es”; pero que existe, con lo que se
hace la diferencia no solo con un jugador bueno, sino con los muy buenos.
En
aquella época, el dominicano y el boricua Orlando Merced fueron tasados, por lo
que creían que sería su desempeño, como Roberto Clemente. Fue un atropello a la
inteligencia.
Pocos años antes, a un cronista americano
se le ocurrió decir que ‘Eric Davis no tiene que envidiarle nada a Willie Mays…”
La humanidad pierde la perspectiva muchas veces en cuestión de opiniones.
Mondesí fue bueno, quizás pudo hacer más, pero, como no lo hizo, “el
muerto no cuenta”, algo parecido a ese bateador zurdo grande, elegante, de
pueblo chiquito de América Latina, especie de joya comunitaria sin números ni
trascendencia, pero que no hace contacto y la frustración de sus simpatizantes
queda en “Ño, si la coge…” después de un swing que pudo ser firmado por
Williams, Ruth o Mantle y que resultó en otro soberano ponche.
Nadie
sabe la razón por la que presentan en sociedad ante el público “capitalista” a
los peloteros cubanos de reciente ingreso al mercado profesional con: “produjo
en la Liga Cubana…”; nadie entiende, primero, por qué a esos torneos de la
tiranía los llaman “ligas” sin un cumplir un solo requisito: son corruptos,
todos los equipos del mismo dueño, incluyendo instalaciones, implementos,
peloteros, árbitros y público y están sometidos a normativas políticas: se hace
lo que la dictadura quiera o no quiera. Después, son una miseria por la clase competitiva.
Cuando Yoennis Céspedes fue abierto a prueba ante buscadores de los
clubes de Grandes Ligas en República Dominicana, no fueron todos los equipos a
observarlo; sin embargo, posiblemente, en calentamientos, lució de tal forma
que algunos “escuchas” pensaron que se podría “hacer algo” si se ajustara a los
normas y aprendiera, porque el muchacho tiene, para comenzar, el swing muy
largo, lo que en este beisbol se conoce como “out por regla” en elevados al
cuadro o al outfield.
Cuando, desacertadamente, le integraron a una alineación de equipo que
luchaba por clasificar de la Liga Invernal Dominicana, los responsables se
comieron el clásico “millo del burro”, porque el jardinero no estaba firmado y
porque estaban pidiendo una barbaridad, con la que no pudo contar un pelotero
mejor que él, que lo hace en Grandes Ligas: Nelson Cruz.
Entre estiras y encoges, Céspedes se fue quedando solo, no porque no
tenga para que lo firmen, sino porque exigen cantidades poco realistas por un
pelotero que no creen que pase de bueno si acaso llega.
El caso fue se mantuvieron los Marlins como
única y aparente alternativa visible y, hacia este equipo, enfiló su batería
poco objetiva y menos conocedora el staff del Nuevo Herad que cubre al club,
más Yiqui Quintana en el canal 41.
Tal
vez no saben leer entre líneas, por lo que no se dieron cuenta de que el club
de casa no tenía ningún interés en el cubano, porque, ¿Dónde jugaría? En
realidad todo lo dicho hasta que lo descartaron fue una maniobra de mercado, a
fin de cuentas, un arroz con frijoles negros y un bistec no cuesta casi nada en
Estados Unidos y decirle que no a una barbaridad inmerecida era lo mismo que
hacerlo con Albert Pujol con otra cantidad que metía miedo, solo que al
dominicano le quedaban alternativas reales y lo logró.
Ossie Guillén acaba de decir lo que cree como director del club del Sur
de la Florida sobre Yoennis Céspedes: de la forma más diplomática posible, le
confesó a Espn Chicago que: “le había impresionado mucho, pero no estaba seguro
de que pudiera iniciar su carrera con su novena”.
Como buen torpedero que fue, le dio la bola al presidente para que se
responsabilizara con la conclusión de la doble matanza: “le escuché a Samson
que tenemos un gran equipo y que estamos felices con lo que tenemos” Yo no
descarto nada en la jugada de las oficinas, desde que lo que se pide es
demasiado por la mercancía en juego, hasta la “cubanofobia histórica” de la
franquicia que, para mí, es increíble por ser “el supuesto club de casi un
millón de cubanos”, en una ciudad en la que no se puede prescindir de ellos si
se quiere triunfar en el negocio, cualquiera que sea.
Entonces Ossie lo compara con Mondesí y concluye que cree que el
dominicano es mejor. Incluso, agregó que escuchó comparaciones con Bo Jackson
que, según el director, “no es pelotero”, lo que yo siempre he pensado también.
Al
ex-jugador y manager triunfador no le gustó que el criollo dijera “no vine a
jugar en ligas Menores…” y yo creo que, sin influencias paisanistas
equivocadas, a nadie, eso fue una arrogancia sin sentido y poco objetiva; pero
se debe reconocer que son los “rezagos del castrismo” y solo hay que leer lo que
comenta el público cubano de reciente entrada al país para saber que no es “la
etiqueta” del pelotero, sino generalizado como la amplia expansión de una
infección bacteriana ambiental de medio siglo.
José Cardenal y Haitiano González fueron mejores que Mondesí, con una
condición negativa en contra: la época que les toco jugar. En el caso del
camagueyano (González) se habla del mejor jardinero central cubano de todos los
tiempos que haya jugado en las Mayores y, al modo mío de ver el asunto, discute
el primer puesto contra todos los hispanos defensivamente.
Para canalizar lo que demoraron en entender, el Herald está presentando
materiales sin ton ni son de acuerdo a la realidad de Yoennis Céspedes y los
Marlins, resumible todo en “no les gustó ni lo que vieron ni lo que les
pidieron”, que sería lo mismo que vender en GoodWill a precio de Bal Harbor…
De
la forma como están presentando a los cubanos aquí solo son merecedores quienes
ya hicieron sus carreras, como Liván Hernández, Ordóñez y el Duque, o Kendri,
Betancourt y Escobar, lo otro merece un mínimo de cautela al informar o se
corre el riesgo de hacer un ridículo soberano como cronista.
Sin embargo, se arriesgaron a llamar “peloterito”, por boca de otro, a
quien sí va a triunfar en esta pelota: Adonis García.
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