El kubishe, sea apparatchik del partido, de la intelligentsia, de la ramplona chivateria de barrio, de la in-mungracion de Jayalia o ahora en la variante actualizada de cuentapropista, disfruta de la turba, se regodea en ella, la vacila, tiene convulsiones orgasmicas. Es genetico, necesita la talanquera, el latigo, aunque la yuca se la tenga que luchar el mismo. No importa, el 87% se apuntan en el sindicato.
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