viernes, febrero 10, 2012

El Panchen Lama sigue desaparecido 17 anos despues de su secuestro


La única imagen conocida de Su Santidad el XI Panchen Lama, Gedhun Choekyi Nyima
Según un informe del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Involuntarias o Forzadas (WGEID) presentado en la 19ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU hoy en Ginebra, el gobierno de China continúa diciendo, diecisiete años después de su desaparición forzada, que Gedhun Choeky Nyima, el 11º Panchen Lama del Tíbet no está bajo arresto domiciliario. Los argumentos de las autoridades chinas son incomprensibles, ya que nadie ha visto al Panchen Lama desde que él y su familia fuese secuestrado de su vivienda en mayo de 1995 y nunca se han obtenido respuestas convincentes por parte de China a las numerosas peticiones de la comunidad internacional sobre su bienestar o su paradero.

El falso Panchen Lama seleccionado por China, charlando amistosamente con un alto cargo del régimen. Es hijo de dos miembros del Partido Comunista y se crió en Pekín.
El Panchen Lama es la segunda autoridad espiritual del budismo tibetano después del Dalai Lama. Cuando fallece un Dalai Lama, es el Panchen Lama el encargado de localizar su reencarnación, y viceversa. Siempre se ha sospechado que podría estar retenido junto a su familia en Pekín, sometido a un intenso lavado de cerebro. El régimen chino se inventó su propio Panchen Lama falso oficial, una figura a la que los budistas tibetanos no otorgan el menor valor ni reconocen como figura de veneración en absoluto, sino como un títere del régimen comunista.

Sin embargo China vuelve a caer una vez más en contradicciones y destapa sus mentiras al afirmar, según el informe, que “él y su familia están actualmente viviendo vidas normales en Tíbet y está recibiendo una educación excelente”. Por supuesto, para China una “educación excelente” es un adoctrinamiento estricto de la propaganda del régimen. “En numerosas ocasiones han dicho que no desean que sus vidas normales sean interferidas en modo alguno, y debemos respetar plenamente sus deseos”, declararon las autoridades chinas en una comunicación con el WGEID el 4 de septiembre de 2009. Es bien sabido que China no tiene precisamente interés en “respetar plenamente los deseos” de ningún tibetano.

El WGEID ya publicó una declaración el 8 de abril de 2011 en la que mostraba su preocupación por el Panchen Lama, “un caso que se remonta ya dieciséis años atrás. Desapareció en 1995 cuando contaba con seis años de edad. Mientras las autoridades chinas han reconocido que se lo llevaron, una y otra vez han rechazado divulgar ninguna información sobre él ni su paradero, convirtiendo este caso en una desaparición forzada. Diversos mecanismos de Derechos Humanos, entre ellos el Comité contra la Tortura de la ONU, el Comité de la ONU para los Derechos de los Niños, así como el Informador Especial para la Libertad de Religión o Creencia, han pedido que se diga dónde está, sin recibir respuesta”.

El nuevo informe del WGEID también revela que ha aumentado la preocupación sobre la desaparición de 54 tibetanos que fueron detenidos tras las protestas en la región de Kardze (Tíbet oriental) entre junio y julio de 2011. En aquel momento las autoridades chinas arrestaron “principalmente a monjes y monjas que reclamaban libertad religiosa en Tíbet”.

Otro asunto de importancia del que se pidió explicaciones a China el 23 de mayo de 2011 trataba sobre la desaparición de aproximadamente 300 monjes del monasterio de Kirti (Ngaba) la noche del 21 de abril de 2011, que fueron “presuntamente arrestados y trasladados a paradero desconocido en diez camiones militares por agentes de la Policía Armada Popular, la Oficina de Seguridad Pública y el Ejército Popular de Liberación”. Más adelante, en una nota de prensa, el WGEID una vez más mostró su preocupación y pidió a las autoridades chinas que diesen a conocer la situación de todos aquellos tibetanos que habían sido hechos desaparecer por la fuerza.
“Pedimos a las autoridades que ofrezcan información detallada sobre la situación y el paradero de las personas que han desaparecido”, dijo el Grupo de Trabajo, señalando que hay informaciones que indican que algunos de los monjes fueron liberados. “Animamos a las autoridades a acometer investigaciones profundas sobre la práctica habitual de hacer desaparecer por la fuerza y asegurar que los responsables son investigados y reciben sentencias apropiadas a la gravedad de su crimen”. Por supuesto, el gobierno de China jamás investigará sus propios crímenes.

El 1 de noviembre de 2011 el WGEID junto con cinco expertos en Derechos Humanos de la ONU publicaron un comunicado advirtiendo de “serias restricciones a los Derechos Humanos en los monasterios budistas tibetanos” y explicando la situación en Ngaba: “Un grupo de expertos independientes de las Naciones Unidas han expresado su preocupación por las grandes medidas de seguridad dentro y alrededor del monasterio budista tibetano de Kirti, que sirve de hogar a 2.500 monjes aproximadamente, y otros monasterios de Ngaba y su condado”.

“Cualquier desaparición forzada es inaceptable y semejante práctica es una violación de las leyes internacionales”, ha dicho Jeremy Sarkin, Informador Jefe del Grupo de Trabajo, que explica que una simple modificación de la legislación criminal china podría legalizar las desapariciones forzadas en ese país, incluido Tíbet: “Esta práctica vergonzosa no puede permitirse bajo ninguna circunstancia. No hay circunstancia excepcional en absoluta que pueda ponerse como excusa para justificar una desaparición forzada”.

El WGEID también advirtió a China el 30 de agosto de 2011, junto a otros mecanismos, sobre la situación del monje budista Jigme Guri -también conocido como Lama Akhu Jigme-, detenido por la policía y las fuerzas de seguridad el 20 de agosto del mismo año, en un hotel de Hezou.


El 6 de octubre, tras recibir información sobre las auto-inmolaciones por parte de los monjes de Kirti, Lobsang Kelsang y Lobsang Kunchog, el Grupo pidió explicación sobre su paradero al gobierno chino. La intervención denunciaba “la humillación y represión continuadas de la comunidad monástica en y alrededor del monasterio de Kirti [...]. Las fuerzas de seguridad chinas y la policía apagaron el fuego y los dos monjes fueron trasladados a algún lugar desconocido. También se ha sabido que uno de los monjes falleció tras los hechos”. Mas en  Libertad para Tibet >>

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