Desde el sitio de Ichikawa
Arnaldo M. Fernández
El líder octogenario de su revolución despachó los debates entre los candidatos presidenciales del GOP como «competencia de idioteces», luego de aseverar que un robot daría la misma talla de Obama como presidente demócrata. Así, Castro demuestra que su declive senil incluye episodios de lucidez, porque presta atención y comenta las peripecias políticas en EE. UU. antes que las abundantes opiniones de tal o cual «experto en temas cubanos» sobre la política —o cualesquiera otras cosas— en la siempre fiel Isla de Cuba.
La próxima reunión protocolaria (o conferencia) de militantes selectos del único Partido ha generado, por ejemplo, comentarios hasta de quienes no han visto un solo pliego de la documentación interna del cónclave rojo ni han conversado siquiera con alguno de los cardenales. Así y todo repican las campanas de la limitación del ejercicio del poder hasta ya sólo dos períodos de cinco años, como si esta conferencia tuviera algo que ver con eso después que Raúl largó la decisión en el congreso del partido único, santiguada por Fidel con aquello de «me agradó la idea», como si no fuera de él mismo ni vinieran cocinándola ambos incluso antes de la crisis intestinal de Fidel, al soltar Raúl en foro del Ejército Occidental (junio 14, 2006) que «el sustituto de Fidel solo lo puede ser el Partido», ergo: es preciso limitar por ley el ejercicio del poder para que nadie se crea otro Fidel. Mas >>
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