Solo Boxeo/Por Andrés Pascual
Con Ismael Salas cambia todo para Rigondeaux
Rico Ramos iba perdiendo la pelea contra el oriental Akifumi Shimoda, pero el ex campeón olvidó que la mano derecha debe recogerse rápido para proteger la mandíbula y por ahí mismo le entró un swing, casi a media distancia, del boricua.
Ha sucedido decenas de veces, que un peleador gane con un golpe de mala suerte para el perdedor; pero no es suerte, es la imprecisión inoportuna en la defensa, es el abandono de la cautela ante un contrario que, porque se sabe que se le domina, crea la confianza que, en un par de segundos, echará todo a perder.
Rico no es un gran pegador, pero le metió el golpe al japonés en el lugar indicado para quitarle la faja mundial AMB, de peso supergallo, el pasado 9 de julio en Nueva Jersey.
Mañana hará su primera defensa titular en el Palms Resort & Casino de Las Vegas contra el cubano Guillermo Rigondeaux.
Por el record de ambos pugilistas, debería ser una pelea preliminar: Rigondeaux, 8-0 con 6 nocaos y el boricua 20-0 con 11 recetas de cloroformo; es decir, 28 combates entre los dos; sin embargo, al oriental lo califican, pese a sus 31 años, como un fenómeno del ring sin que haya demostrado todavía ninguna faceta del virtuoso de Fistiana. Hasta hoy demasiado exagerado el nivel en que lo ha colocado la prensa , a la que debería bastarle un “bastante bueno, pero tiene que apurarse”, lo que es muy difícil por las pocas peleas que le consiguen.
Ramos es un peleador joven, que cumplirá 25 años en cuatro meses y que le falta un mundo por aprender, pero mañana no es día de colegio y el rival que tendrá enfrente no es para ensayos de academia, este peleador va a probarse de verdad contra el cubano, mucho mejor que Shimoda en todo, fundamentalmente en la velocidad de sus desplazamientos.
Rigondeaux tiene que tirar, sobre todo eso, porque de él, por la dañina propaganda de fuera de grupo que le han hecho, los promotores grandes, el público no cubano y la televisión esperan que destruya a sus contrarios a base de poderío, que se caigan noqueados, no cansados de correr tras el. Sencillamente, quieren que mate a cada oponente, otro resultado no sería aceptable.
Ismael Salas, uno de los buenos 5 trainers cubanos que laboran como profesionales, los otros son Cuellar, Quesada, Pedro Luis Díaz y Osmiri Fernandez, puede hacer la diferencia a favor del criollo si se le enreda la pita, porque está capacitado para poder conducir a un campeón, como quiera que se llame, cuando el “perro se mete en el tabaco”, al modo mío de ver las cosas, una medida inteligente de los apoderados de Rigodeaux, a fin de cuentas, estos son mejores que Roach con sus títulos personales más Pacquiao; digo, limpiamente…
Yo creo que Guillermo puede ganar, pero debe hacer las cosas bien, porque el puertorriqueño es una figura joven en ascenso que se mueve con estilo y técnica aunque, tal como lo ví contra Alex Valdés y contra Shimoda, no está capacitado para dominar la guardia de zurdos, aunque maneja bien su mano zurda, por lo que pudiera estar virado de la guardia natural, tampoco riposta tirando lo suficiente..
Ni Ramos es tan joven como para no poder ganarle a un peleador de 31 años ni Rigondeaux tan viejo como para no poder someter a alguien de 25 primaveras.
Casi con la misma estatura, 5’4 el cubano, 5’5 el boricua, mañana se expone en Las Vegas la faja supergallo del AMB por su propietario, el campeón Rico Ramos, contra el # 1 en el escalafón bajo el fraudulento “titular interino”, el cubano Guillermo Rigondeaux.
En su breve carrera como profesional, el paisano de Mantequilla Nápoles solo ha peleado dos veces a 10 ó más rounds, ambas a 12, con una ganada por nocao técnico en el primer round y la otra a la distancia por decisión.
Por su parte, el campeón lo ha hecho tres veces, con dos nocaos técnicos favorables y una decisión a favor.
La lógica indica que debe ganar el cubano por cualquier vía, pero eso se especuló el 9 de julio pasado y Ramos noqueó al japonés en una pelea que iba perdiendo por puntos en 7 capítulos.
El ring dirá la última palabra cuando uno de los dos “dure un round más”.
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