Investigaciones desarrolladas en las últimas dos décadas muestran que en Cuba existen las mejores muestras de roca de toda la región del Caribe, cuyo origen está relacionado con el choque hace 65 millones de años de un enorme asteroide sobre la Tierra, que presuntamente ocasionó la extinción de los dinosaurios y otras especies.
Algunas de esas formaciones geológicas alcanzan hasta 500 metros de espesor y fueron localizadas fundamentalmente en la Cordillera de los Órganos y la Sierra del Rosario, en Pinar del Río, y en puntos de la provincia de Matanzas. Tienen indicios de haber surgido como resultado de grandes trenes de olas o tsunamis desencadenados por la mencionada colisión.
Una de las huellas más notorias de tan importante suceso es la presencia de una capa con alto contenido de iridio, material escaso en las rocas terrestres, pero abundante en los meteoritos y determinados cuerpos espaciales.
El impacto del asteroide ocurrió en las inmediaciones de la actual Península de Yucatán, y se corresponde con el gigantesco cráter que yace a más de un kilómetro de profundidad, denominado Chicxulub, por el nombre en lengua maya de la localidad donde fue encontrado.
Una de las huellas más notorias de tan importante suceso es la presencia de una capa con alto contenido de iridio, material escaso en las rocas terrestres, pero abundante en los meteoritos y determinados cuerpos espaciales.
El impacto del asteroide ocurrió en las inmediaciones de la actual Península de Yucatán, y se corresponde con el gigantesco cráter que yace a más de un kilómetro de profundidad, denominado Chicxulub, por el nombre en lengua maya de la localidad donde fue encontrado.
Para buscar posibles evidencias de aquel hecho en nuestro archipiélago, especialistas del Museo Nacional de Historia Natural, el Instituto de Geología y Paleontología, y la Universidad de Tokio, unieron esfuerzos en un proyecto de investigación iniciado en 1997.
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