Desde el sitio de Ichikawa
Emilio Ichikawa
Por la época en que Marx y Engels eran opositores mesiánicos, en una nota a La Ideología Alemana (1845-46), aparece confirmado este lema como listón de una política revolucionaria: “Todo cuando existe, merece perecer”. Sin embargo, la diafanidad de la formulación pronto empezó a dar tropiezos con asuntos procesales de la política concreta: organización, recaudación de fondos, necesidad de alianzas, tareas de propaganda, papeles migratorios en Bruselas o París, seguridad, etc.
Existen muchos documentos que muestran los debates entre comunistas acerca de si era correcto que opositores de tanto calibre como ellos enseñaran en Universidades burguesas, publicaran en periódicos y editoriales canónicas, legislaran en Parlamentos de las clases dominantes o, incluso, ingresaran a gabinetes de Partidos tradicionales en el poder. La conocida crítica de Engels al profesor Eugene Dühring, por ejemplo, implicaba también una crítica al pensamiento académico por su ejercicio en la Universidad de Berlín (aunque para la publicación ya Dühring estaba deshabilitado por ceguera); y a la política formal, por sus nexos con el Partido Socialdemócrata.
Hay que decir que aunque este debate no les fue ajeno, los comunistas cubanos de la República no tuvieron muchos reparos en expresarse en la prensa burguesa, en enseñar o pretender las principales Universidades de la isla, legislar y cabildear en el Capitolio de La Habana o en formar gabinete con “politiqueros” electos.
Pero hasta aquí se trata de los comunistas en la “oposición” en el contexto de la sociedad burguesa-capitalista que ellos se encontraron. Otra cosa es el asunto de los comunistas en el poder y de la oposición al mundo por ellos mismos creado. A imagen y semejanza de sus libros, porque los libros donde se insinúa la utopía de los comunistas no son bonitos. De hecho, los libros bonitos, como la Iliada, Romeo y Julieta y Guerra y Paz tratan de cosas bastante “feas”: de los celos, la ambición, la envidia…
Igual que los comunistas en la oposición, la oposición a los comunistas discutió –y discute- si es correcto participar en las instituciones creadas por ellos precisamente para el ejercicio del poder comunista. Entre cubanos, opositores o no, ha sido muy popular la querella en torno a si debe re-interpretarse la Constitución en busca de espacios, o incluso tratar de ganar o merecer un escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Insisto: el debate intelectual en torno al asunto supera con mucho al intento práctico para lograrlo. Mas >>
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