viernes, noviembre 25, 2011

Contracastrismo

Desde el sitio de Ichikawa
 
Alexis Jardines
Hay una parte de los cubanos de la Isla ―no viene al caso si mayoritaria, pero, en mi opinión, la más interesante― que de una u otra forma apuesta por una Cuba postnacional. Hay también una parte de los cubanos exiliados ―tampoco importa si minoritaria, aunque seguramente la menos interesante― que sueña con una Cuba mambisa. Y no se piense en términos generacionales. Digo esto por el contraste tan agudo que resulta de esa actual emigración “económica” y la desconfianza-rencor-odio con que la misma es recibida por algunos de sus “anfitriones”  de Miami. Si solo fuéramos a reparar en estas dos fracciones de la cubanidad, cabría decir que son los primeros los que exhiben una mentalidad más avanzada ―y acorde con los tiempos que corren― que aquellos que creen que el acceso a la información por sí mismo les confiere alguna ventaja adicional y que la libertad, per se, lo es todo. Este último fragmento del exilio parece no ver que el tener esos medios a su disposición no los hace mejores, el problema, en cualquier caso, sería darle un uso bueno y eficiente. Tampoco la libertad que se goza del lado de acá nos hace libres si no sabemos estar a su altura. A no pocos exiliados les sucede lo que al prófugo de Hegel. «El que escapa ―sentenciaba el filósofo― todavía no es libre, ya que su libertad está condicionada por aquello de cual huye». Y es esta la gran paradoja que observo desde la otra orilla. Al menos internamente, son más libres muchos de los que llegan de la Isla que muchos de los que han permanecido aquí, dominados por el mismo esquema de pensamiento que los enfermó en Cuba y que ya no alcanzan a trascender aun en condiciones de libertad. Mucha de esa gente que llega de la Isla es postcastrista, mientras que los que los repudian desde el otro lado del estrecho de la Florida son otros mambises-rebeldes queriendo hacer otra revolución. Han quedado atrapados en el dilema castrismo/anticastrismo que tiene en ellos la fuerza de un paradigma, al estilo de Kuhn. Valdría la pena proponer para este caso un nuevo término, porque en verdad son «contracastristas»1, qué duda cabe, pero castristas al fin. Mas >

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